La riqueza perdida y el coraje de ser venezolano

La evidente pobreza de Venezuela destaca el coraje de los venezolanos para sobrellevar la fuerte inflación desatada, y la indolente ceguera del gobierno ante la inminente decadencia de un país considerado «rico» por su petróleo y por sus bellezas naturales, éstas últimas tocadas por la ambición de una cúpula reinante que ha osado entregarla para satisfacer las «supuestas» necesidades del pueblo.

Una muestra de todo lo que viven los venezolanos para lograr mantenerse en este marasmo institucional, es ver los precios de los productos «importados», en los anaqueles de los establecimienos comerciales, los cuáles son en extremo costosos para ser adquiridos por un ciudadano común que sólo devenga un salario complementario de 325 mil bolívares, lo que a un cambio de dólar oficial representa 97 dólares.

Este producto es proveniente del Uruguay, no hay producción venezolana

CLAP DESAPARECE

Los comité Locales de Abastecimiento y Producción  (CLAP) encargados de distribuir las esperadas cajas de alimentos con productos no perecederos, provenientes de México, serán suspendidos debido supuestamente a la terrible situación de desastre que se enfrenta en el país azteca, así lo indicaron representantes de los consejos comunales de varios sectores, quienes han informado a la ciudadanía por orden de esta organización.

No obstante, aún no hay un pronunciamiento de parte de las autoridades con respecto a la suspención de la entrega de cajas CLAP.

de pronto surge esta noticia, «Fueron hallados esta semana al menos 20 toneladas de alimentos importados comercializados por los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) por parte del Sundde en el Mercado Mayorista de Tocuyito en el estado Carabobo». En contraste con los anuncios hechos por Aristóbulo Istúriz, quien informó sobre «sólo» 19 toneladas de cajas CLAP para el pueblo, qué habrá de cierto en todo esto, cuál es el negocio.

Sumado a todo esto la colectividad deberá enfrentar la rudeza de la crisis con los fuertes precios de los productos, que aunque el gobierno insiste en imponer controles resulta imposible mermar el incremento, ejemplo, en la actualidad un cartón de huevos sobrepasa por 28 mil Bs, a pesar de la campaña de incentivo para en consumo de dicho alimento.

Campaña «coman huevo» pasará a la historia.

Mientras las autoridades acuerdan establecer precios «justos», el azúcar se vende a 900.000 Bs el bulto de 50 kilos, lo que representa 18 mil bolívares el kilo, y así una gran mayoría de productos de primera necesidad.

En este mismo orden de ideas, el vicepresidente de la República, Tareck El Aissami anunció este viernes, 22 de septiembre que el arroz, el azúcar, el café y la harina de maíz ya tienen precios acordados informó  desde el Hotel Marriot de Maracay donde se realizaba el Consejo Nacional de Economía Productiva.

El Aissami explicó que los precios no son impuestos sino acordados con los productores y comerciantes, por medio mecanismos que se basan en la estructura de costo de todos sectores de la cadena de producción, por lo que no se podrá argumentar que no se puede vender a los precios establecidos porque dan perdida, como señalaban comercializadores de productos en el país.

Asimismo hizo incapié que “Toda persona que esté al margen de los precios acordados se le van a poner sanciones severas”, , quien además anunció una guerra contra los bachaqueros y los contrabandistas.

Este viernes llegó el segundo buque con harina de trigo desde Rusia con 32 mil toneladas del producto y llegarán al país “buques con harina de trigo todos los meses”, hasta el mes de diciembre, lo que sumará 600 mil toneladas de harina importada a Rusia, informó el alto funcionario.

el costo del jabón en polvo, pareciera ser imposible de adquirir

“Ya tenemos los recursos necesarios para garantizar la producción de todos los medicamentos que demandan los venezolanos”, dijo Tarek El Aissami.

Algo tan simple como una Salsa de Tomate, llegó a los límites de la aceptación y aunque no es de primera necesidad resultaba muy económico conseguirlo.