Ucrania está cada vez más cerca de alcanzar el estatus de país candidato a entrar en la Unión Europea. Una realidad que se hizo evidente durante la celebración de la primera cumbre de los Veintisiete tras la recomendación de la Comisión Europea, el pasado viernes, de iniciar del proceso de adhesión, tanto de Ucrania como de Moldavia, a la UE. La solicitud de Georgia, sin embargo, quedó sujeta a la necesidad económica e industrial de “unirse políticamente y de diseñar un camino claro hacia la reforma estructural y hacia la Unión Europa”, según dijo la presidenta del Ejecutivo europeo, Úrsula Con der Leyen.
La cumbre de este lunes, que congregó en Luxemburgo a todos los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión, sirvió a los Veintisiete para demostrar su unidad –a nivel técnico– ante la entrada de Ucrania en la UE, en línea con lo preconizado por la Comisión el pasado viernes 17 de junio.
“Teniendo en cuenta lo que está pasando en Europa, la unidad es lo más importante, y, por eso, creemos que la propuesta de la Comisión es equilibrada”, dijo el ministro de Exteriores de Países Bajos, Wopke Hoekstra, dejando así de lado las reticencias que habían caracterizado a Ámsterdam hasta la fecha.
Muy posiblemente, esta unanimidad servirá para fijar la línea de las negociaciones entre los presidentes de Estado y Gobierno de cara a la cumbre del Consejo Europeo, los días jueves 23 y viernes 24 de este mes de junio. Un encuentro donde los líderes de los Veintisiete tendrán la última palabra sobre el inicio de lo que el secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Clément Beaune, calificó de “exigente y largo” proceso de adhesión, para el que la unanimidad es indispensable.
“Es un momento histórico en el que todos tenemos que reflexionar sobre lo que seremos los próximos años si tomamos la dirección equivocada”, advirtió, por su parte, Annalena Baerbock, ministra germana de Exteriores, que trató de insuflar fuerza a la Unión subrayando que esta “siempre crece en los momentos más difíciles”. Y es que el “consenso total” que alabó el francés Beaume se materializó, incluso, en el apoyo del ultranacionalista húngaro más próximo a Moscú, Viktor Orbán, que tras mantener una conversación telefónica con Zelenski anunció que respaldaría las aspiraciones ucranianas de ingresar en la Unión.
La Unión tiene un “imperativo político, estratégico y moral” con Kiev, decía la ministra de Exteriores francesa, Catherine Colonna; mientras España calificaba de “positivo y equilibrado” el informe del Ejecutivo europeo, y República Checa –próxima a asumir la presidencia de turno de la Unión – advertía que el pueblo ucraniano “muere por los valores europeos”, y se sentiría abandonado ante Rusia de ser rechazado por la UE.
Sin embargo, el proceso de adhesión ucraniano y moldavo no quedaría exento de condiciones. Pese al reconocimiento de los progresos realizados por ambos países, “la necesidad de consolidar reformas y asegurar su aplicación” –en materia judicial, de lucha contra la corrupción y de protección a las minorías –, puntualizó Von der Leyen sigue siendo un requisito indispensable. “El proceso muestra que es el propio país el que lo tiene en sus manos, en caso de que haya avances, se estaque o haya retrocesos”, explicó la germana Baerbock.
Ante este escenario, el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, se ha mostrado esperanzado, pronosticando una aprobación unánime, tanto para Ucrania como para Moldavia, puesto que “no ha oído a nadie oponerse”.
Paralelamente, y aunque París respalda de manera rotunda la candidatura ucraniana, el líder del Elíseo, Emmanuel Macron, ha trabajado también en la propuesta de crear una “comunidad política” que se diferencia del proyecto de integración europeo. Iniciativa que el secretario de Estado francés para Asuntos Europeos defendió al hilo de la cumbre de ministros, y que, pese a las críticas, tendría como objetivo iniciar acciones “no de manera alternativa, sino complementarias, adicionales” para “mantener la perspectiva europea” en caso de que el proceso de adhesión se prolongase demasiado.
Alemania, Eslovenia y Austria, de mientras, solicitaron avances en el proceso de ampliación de la Unión en la región de los Balcanes Occidentales, donde Macedonia del Norte y Albania continúan esperando el inicio de las negociaciones. Por ello, la reunión del próximo jueves 23 contará también con la presencia de ambos países para, previsiblemente, aprobar la apertura de las conversaciones.
No obstante, estas candidaturas estancadas habrán de hacer frente al bloqueo de Bulgaria, que exige que la capital macedonia de Skopie reconozca que mantiene una historia, una lengua y una identidad común con Sofía.
