Arresto de madre de Brooklyn recalca problema de maltrato en oficinas públicas de NYC
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Jazmine Headley, una empleada doméstica de Brooklyn, ya estaba preocupada por su situación económica cuando se enteró que el servicio de guardería de su hijo estaba suspendido. Ella ha estado usando cupones de asistencia pública para pagarlo, en un intento por no perder su empleo.
La madre afroamericana de 23 años que mantiene a su hijo Damone, de 1, con un sueldo extremadamente bajo y sin prestaciones sociales, se preguntaba cómo podría llegar a fin de mes si nadie le cuidaba a su pequeño. Fue entonces cuando, el pasado viernes en horas de la mañana, decidió tomar el día libre para visitar la oficina de la Administración de Recursos Humanos (HRA) en Boerum Hill, cerca de su casa, en Brooklyn, y tratar de buscar una respuesta.
Sin embargo, lo que hubiera sido una simple revisión de su caso, con una respectiva confirmación de la razón por la cual sus beneficios habían sido suspendidos, se convirtió en una larga espera de cuatro horas en medio de una pequeña oficina ubicada en la calle Bergen, sin ningún asiento disponible. Según contó Headly, en medio de su cansancio, se sentó en el piso para tratar de calmar a su hijo y descansar, pero esta acción detonó una trifulca con los guardias de seguridad de lugar, y en la que luego intervinieron oficiales de policía, y que fue grabada por un testigo que compartió el video en sus redes sociales.
Las perturbadoras imagenes muestran a Headley abrazando a su hijo mientras recibe golpes y empujones por parte de varios oficiales del Departamento de Policía (NYPD) y de los oficiales de paz, la fuerza de seguridad de la HRA. El video solo capta algo más de dos minutos de la impresionante situación, en la que la joven resultó arrestada y separada de su hijo.
Headley, quien pese a que este martes el fiscal del distrito de Brooklyn Eric Gonzalez le quitó los cargos por resistirse al arresto, actuar de una manera perjudicial para un niño, obstruir la administración gubernamental y entrada ilegal, permanecía recluida en la cárcel de Rikerd Island en espera de una transferencia a Nueva Jersey para resolver una orden de arresto allí por un delito menor de tarjeta de crédito. Su madre, Jacqueline Jenkins, aseguró estar “devastada” y pidió que se haga justicia.
“Me sentí devastada al ver que algo así le pasaba a mi hija y a mi nieto, y cómo este oficial le está tirando a mi nieto para sacarlo de los brazos de mi hija”, apuntó Jenkins. “Quiero que despidan a la gente, de verdad que sí, no deberían estar trabajando en una instalación donde la gente tiene niños todos los días y no tienen ninguna idea del cuidado. Están allí para ocuparse de sus problemas como todos los demás”.
Más común de lo que parece
El caso de Headly no es nuevo. Es uno más en una lista de incidentes que, la mayoría de veces, pasan desapercibidos en decenas de oficinas públicas en la ciudad de Nueva York. Si bien el acceso a redes sociales está haciendo más fácil ver cómo actúan los oficiales de policía en algunas situaciones como cuando hacer una parada de tránsito, las imágenes del fin de semana abren una nueva conversación sobre el trato que reciben las comunidades de color cuando se enfrentan a procesos tan simples como aplicar por un beneficio público, o buscar un empleo.