Es un hecho: no es fácil que los demás se pongan en los zapatos de una mujer soltera. Por eso las solteras necesitamos zapatos que nos encanten; para que caminar dentro de ellos al menos sea divertido”. Este mantra de Sarah Jessica Parker, alias Carrie Bradshaw, podría definir a la perfección el alma de ‘Sexo en Nueva York’. Solteras y moda fueron dos elementos fundamentales de una serie que se atrevió a ir más allá. Antes de Carrie y sus amigas, existían muchas limitacionas acerca de lo que se hablaba en televisión sobre el sexo femenino.
Esta dramedia sobre relaciones (amorosas y de amistad) nacida un 6 de junio de 1998 acabó confluyendo, como si se tratase de un matrimonio bien avenido, con el mundo de la moda. Y es justo recordar esa pareja, la de ‘Sexo en Nueva York’ y lo ‘fashion’, ahora que se cumplen veinte años de la primera emisión de la serie.
No son pocas las chicas que soñaron con pasear modelazos por la Gran Manzana como si fuesen la mismísima Carrie Bradshaw. Tampoco aquellos que vieron mil veces aquel capítulo en el que la escritora se convertía en modelo improvisada y la mismísima Heidi Klum la ayudaba a levantarse después de un traspiés en la pasarela. Otros tantos ahorraron lo indecible para comprarse esos Manolos que calzó, capítulo sí y capítulo también, esta columnista que vivía en el Greenwich Village, se enamoraba de un hermético Mister Big y teorizaba junto a sus tres amigas sobre el sexo, la amistad y la vida. Y todas ellas lo hacían, por supuesto, impecablemente vestidas.
Patricia Field, la diseñadora de vestuario, fue la artífice de esa comunión entre moda y televisión que jamás se había visto en una serie. “Vestir a cada personaje es como vestir a tu muñeca Barbie. Es divertido”, declaraba en un documental al respecto. Vanitatis rinde homenaje a este hito televisivo analizando el estilo de cada uno de los personajes principales. Si después de leer este artículo sientes que tu relación con la moda es complicada (o que nunca podrás vestir como estas cuatro mujeres), recuerda lo que dijo Carrie: la relación más importante de tu vida es la que mantienes contigo mismo.