40 años después se resuelve el misterio del mítico Mustang desaparecido que conducía Steve McQueen en «Bullit»
Fuente: https://es.gizmodo.com/Miguel Jorge
En la que probablemente fue una de las primeras y más espectaculares escenas de persecución en automóvil de la historia del cine, Steve McQueen conducía un flamante Ford Mustang GT verde de 1968. Sin embargo, cuando acabó el rodaje el coche desapareció. Cuatro décadas después se ha resuelto el misterio.
Ocurrió en la película Bullit, y aunque existen varias escenas famosas, la mayoría de los amantes a la conducción recordaran la principal, donde McQueen iba al volante de un Mustang GT-390 de color verde oscuro persiguiendo a dos asesinos a sueldo.
En realidad, se usaron dos Mustang en la película. El primero de ellos fue el que se llevó la peor parte filmando la mayoría de las escenas de persecución. De hecho, y según la propia productora, el vehículo se envió directamente al patio de demolición tras finalizar el rodaje, aunque el año pasado se encontraron piezas del mismo en un depósito de México.
Sin embargo, con el segundo la historia fue muy distinta. El modelo se utilizó para los primeros planos con McQueen y acabó la grabación en perfecto estado. Se sabía que había sobrevivido y que se vendió, pero su paradero había sido un misterio durante décadas. Incluso McQueen intentó encontrarlo antes de su muerte en 1980, pero fue en vano.
El pasado mes de enero la historia dio un vuelco. Ocurrió durante el Salón Internacional del Automóvil en Detroit. En un momento dado, salió a escena lo que parecía ser el Mustang de Bullit. ¿De dónde demonios había salido?
La historia la contó su propietario, Sean Kiernan, de 36 años, quién había heredado el automóvil de su difunto padre. Al parecer, Bob Kiernan lo había comprado en 1974 a través de la publicación Road & Track por 6.000 dólares.
los Kiernans lo emplearon como un coche normal para el uso diario. La madre de Sean, una profesora de escuela, condujo durante unos cinco años con él. El coche luego tuvo un problema de embrague y lo mantuvieron en el garaje a partir de 1980 con la idea de arreglarlo algún día, un año antes de que Sean naciera. Desde entonces, el coche se mantuvo en el anonimato mientras se alimentaba la leyenda sobre su paradero.
Cuando los rumores sobre el Mustang comenzaron a extenderse por el mundo del automóvil, y finalmente a través de la red, los Kiernans comenzaron a darse cuenta de lo importante que era el vehículo que tenían. El problema, según Sean, era que no estaban seguros de cómo lidiar con ello. Optaron con mantener la historia del automóvil en silencio, ni siquiera se la contaron a amigos o familiares.
Con los años, el hombre se puso en contacto con Ford para desvelarlo, llegando por fin a la línea del tiempo donde ha sido presentado.