Un equipo de investigadores de la Universidad de Tennessee (EEUU) asegura por ejemplo que el acto físico de sonreír puede hacer que las personas se sientan más felices o enojadas si fruncen el ceño.
Fuente: https://as.com / Álvaro Piqueras
El impacto de las expresiones faciales sobre el estado de ánimo o las emociones es un tema controvertido ya que a lo largo de la historia no se ha podido lograr un consenso al respecto. Aunque ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Tennessee (EEUU), conluye que las expresiones faciales pueden llevar a las personas a sentir las emociones vinculadas a ellas.
«La sabiduría convencional nos indica que si sonreímos podemos sentirnos un poco más felices o que, por el contrario, nuestro estado de ánimo se vuelve más serio si fruncimos el ceño. Aunque los psicólogos no han terminado de ponerse de acuerdo sobre esta idea durane más de 100 años”, asegura Nicholas Coles, principal autor de la investigación.
De hecho, hace poco más de dos años 17 equipos de investigadores no pudieron replicar un experimento conocido que demuestra que el acto físico de sonreír puede hacer que las personas se sientan más felices. «Algunos estudios no han encontrado evidencia de que las expresiones faciales puedan influir en los sentimientos emocionales, pero no podemos centrarnos en un único estudio”, explica Cole que ha analizado junto a su equipo 50 años de datos sobre la materia.
Meta-análisis
En concreto, el equipo liderado por Cole empleó la técnica del meta-análisis para combinar datos de 138 estudios que evaluaron a más de 11.000 participantes de todo el mundo. Y los resultados de su trabajo, publicados en Psychological Bulletin, indican que las expresiones faciales tienen un pequeño impacto en los sentimientos. De este modo, la sonrisa hace que la gente se sienta más feliz o el ceño fruncido que se sienta más enojada.
«No creemos que la gente sea feliz por el simple hecho de sonreír, pero los resultados son emocionantes porque proporcionan una pista acerca de cómo la mente y el cuerpo interactúan para moldear nuestra experiencia consciente de la emoción”, concluye Coles.