SALVEMOS A VENEZUELA Por: Prof. Marlon S Jiménez García
SALVEMOS A VENEZUELA
Por: Prof. Marlon S Jiménez García
Profesor Universitario.
Venezuela, país de ensueño, fundador en el continente, en tiempo y espacio, de la pluralidad política; es hoy un país de pesadilla; de ruindad política, económica, social y moral; la emigración es el pan de cada día, sobre todo de nuestro principal talento profesional y laboral y está inmerso bajo el control absoluto de un régimen dictatorial: su norte es avasallar a todos los sectores políticos, económicos, sociales, culturales, y religiosos que fijan posición sobre el desmadre generalizado causado y contrasta con una política de persecución, de cárcel y de muerte.
Nuestra realidad actual era impensable hace 20 años atrás, Hoy, Venezuela es un país de nula posibilidad de alcanzar una mínima calidad de vida; cada día disminuye el lapso de vida de nuestra gente, los índices de mortalidad son crecientes a todos los niveles del proceso evolutivo del hombre, lo que significa que de manera revulsiva la edad de vida: por ausencia de una alimentación adecuada, por las carencias de medicina y por la crisis en sanidad psiquica que padecemos, ha decrecido porcentualmente en niveles dantescos. Hoy el principio de la “primacía de la realidad” es determinante; el régimen cada día reduce, por su impopularidad geométrica, su incapacidad de convencer al pueblo, su diarrea verbal produce: escozor, arrechera, malestar físico y espiritual en el ámbito de la convivencia familiar y ciudadana y una actitud intolerable contra aquellos que juegan demagógicamente con el hambre y con la muerte de la población, pero se sustenta en el poder por el apoyo crematístico, que le dan, de manera desvergonzada, a los altos miembros de la FAN, incluyendo actividades delictivas y una impunidad total a sus acciones.
Millones de conciudadanos salen despavoridos, “como si vieran al demonio” de nuestras fronteras a buscar horizontes distintos y diversos para poder congraciarse con la esperanza de un mejor vivir: salud, medicinas, comida, trabajo, paz espiritual, libertades ciudadanas, capacidad para ahorrar, para así ayudar económicamente a su familia en el país. En lo particular, sufro, como centenas de miles de familia, la partida de mis dos hijos, ambos médicos especialistas, graduados en LUZ con altas calificaciones y mucha experiencia profesional, que de nada le sirve en el país ya que los salarios que devengan en el sector público no les alcanza para las tres comidas del día ni tampoco para pagar el alquiler de un apartamento y mucho menos en la compra del mismo, así como de un vehículo. Hoy engrosan la lista de desterrados de su patria por las razones precitadas; es decir, los comunistas socavaron las bases del desarrollo y de las potencialidades estructurales individuales y colectivas, para convertir a los venezolanos en miserables, harapientos y hambrientos (zombies) y convertirlos en piltrafas humanas para la consolidación del poder.
Los que nos quedamos en esta tierra que nos vio nacer y nos brindó las oportunidades infinitas de crecimiento individual y familiar lo hacemos a conciencia de que necesariamente tenemos que enfrentar la “alta represión” de los sanguinarios de la FAN, de los colectivos y de las fuerzas represivas cubanas que se encuentran en el país, preparados para salir a matar como lo hicieron con nuestra juventud en las protestas de 2016. El país está a punto de estallar, de explosionar económica y socialmente, aunado a una crisis eléctrica, de proporciones mayúsculas, que ahoga toda posibilidad de desarrollo. Esperamos lo que viene (que ya está) y actuaremos con gallardía como buenos hijos de Bolívar. Para luego es tarde.
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