Turismo y Agricultura
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
Nuestro flamante presidente ha nombrado como Ministro de Agricultura a una profesional con interesante hoja de vida, consecuencia de una preparación académica esmerada que le mereció un título profesional en Turismo. Si, leyeron bien, en Turismo y Hotelería; igual que ustedes mi reacción inmediata fue de asombro, y la misma pregunta implícita ¿Qué relación tienen estas dos actividades? A “primera vista” parece no existir ninguna semejanza ni correspondencia, y después de escudriñar el tema me atrevo a decir que a “segunda vista” tampoco.
Pero confieso que se puede revisar la teoría de una relación simbiótica, en donde cada actividad aportaría beneficios a la otra; de hecho conozco algunas experiencias en firme, como la Hacienda “Los Prados” en Baba, “La Danesa” en Naranjito, y otras cuantas tentativas similares en El Triunfo, en Paute, en Balao y algunos lugares más. Entendemos que el turismo busca presentar cosas bonitas, interesantes, exóticas, donde la belleza y complejidad de la naturaleza es el mejor escenario para obtener esas sensaciones. Por eso funciona el concepto en los ejemplos señalados, La Danesa y Los Prados son propiedades agropecuarias de primer orden, tanto en infraestructura para la actividad productiva misma, cuanto en edificaciones para vivienda y obras colaterales de recreación que se admiran como excepcionales en el ambiente rural.
Lamentablemente no hay nada atractivo en las parcelas de los pequeños y medianos agricultores que proveen los alimentos que llegan a nuestras mesas diariamente: papa, arroz, maíz, hortalizas, leche, carne, huevos, etc. y donde los turistas solo encontrarían pobreza, desamparo y necesidades insatisfechas; donde ni siquiera acceden caminos transitables, apenas trochas y chaquiñanes; sin electricidad ni agua potable ¡ningún servicio básico!
Turismo y Agropecuaria no es una utopía pero tampoco nuestro presente ¡ni de lejos! Es necesario primero rescatar el sector devolviéndole la rentabilidad, para que el pequeño productor vuelva a confiar en sus conocimientos ancestrales como una forma de vida decente y veraz; implementando una reingeniería total en las políticas de estado sobre el sector agropecuario, priorizando en productividad, costos, financiamiento y comercialización, buscando devolverle al campesino el lugar que le corresponde, con justicia y dignidad.
Señor presidente Lasso, su percepción del sector agropecuario está errada, por eso equivocó su elección. El subsector para el consumo interno está en crisis, muy grave, en real agonía, urge su rehabilitación y para eso se necesita algo más que voluntad e ímpetu juvenil, mucho más que un apellido con estirpe, muchísimo más que cultura general; en realidad se necesita un conocimiento profundo y específico de las particularidades de estas labores. Necesitamos un ministro con afinidad profesional a la responsabilidad encomendada, y esto solo se consigue con profesionales agropecuarios, con conocimiento, competencia y mucha, mucha, experiencia.