El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, aseguró este martes en Bagdad que sus tropas continuarán en el país a petición del Gobierno iraquí, pese a que el Parlamento de Irak ha pedido su retirada, en un viaje sorpresa que realiza a pocos días de que se cumplan 20 años de la invasión de EE. UU. al país árabe.

«Las tropas de EE. UU. permanecerán aquí a petición del Gobierno iraquí, pero estas tropas ofrecerán apoyo y asesoramiento», afirmó el jefe del Pentágono en una rueda de prensa en Bagdad.

Austin, el cargo de mayor rango de la Administración de Joe Biden que visita Irak, quiso agradecer al primer ministro, Mohamed Shia al-Sudani, y al ministro de Defensa, Thabet al-Abasi, por «su compromiso para garantizar que las fuerzas de la coalición aquí en Irak sigan a petición del Gobierno iraquí».

El objetivo de este viaje a Irak, que se enmarca en la gira de Oriente Medio que comenzó hace dos días en Jordania, es el de reafirmar la asociación estratégica entre ambos países para que Irak sea una nación «más segura, estable y soberana».

«Seguiremos trabajando con nuestros socios iraquíes para una vida mejor para el pueblo iraquí y me siento muy optimista respecto esta relación iraquí-estadounidense (…) EE. UU. seguirá ampliando esa asociación para apoyar la seguridad, la estabilidad y la soberanía de Irak», aseveró.

La misión en la que están centrados es la de «acabar» con el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y ese es el único objetivo, aclaró.

Estados Unidos lidera una coalición antiyihadista que se creó para derrotar al EI, que autoproclamó un «califato» en el verano de 2014 y se expandió rápidamente e incluso llegó a las puertas de Bagdad.

Aunque la organización yihadista fue derrotada territorialmente en 2017, sus remanentes todavía siguen llevando a cabo ataques, sobre todo contra las fuerzas de seguridad iraquíes y particularmente en la frontera con Siria y el norte y centro del país.

Se estima que el Estado Islámico cuenta con entre 5.000 y 7.000 miembros y simpatizantes repartidos entre el Irak y Siria, de los cuales aproximadamente la mitad son combatientes, según datos recientes de la ONU.

El viaje de Austin se produce a menos de dos semanas del vigésimo aniversario de la invasión estadounidense de Irak, iniciada en 2003, que derrocó al régimen del exdictador Sadam Husein y llevó al país a una espiral de inestabilidad.

Precisamente, Austin fue el último comandante de las fuerzas estadounidenses que supervisó la retirada de los militares, en 2011.

El asesinato del poderoso comandante iraní Qasem Soleimaní en un bombardeo selectivo estadounidense en enero de 2020 en Bagdad derivó en el fin de la misión de combate de Estados Unidos en Irak y la retirada de un gran contingente militar, aunque los estadounidenses mantienen alrededor de 2.000 soldados dedicados exclusivamente a tareas de asesoramiento y entrenamiento.

Austin realiza también este tour por la región para abordar la escalada de violencia entre Israel y Palestina, así como las amenazas asociadas con Irán en la región.

Se espera que viaje a Israel y a Egipto, aunque el departamento estadounidense no ha informado de las fechas.