Como sucede en todas las disciplinas, siempre hay un genio que las eleva a la categoría de arte, Mozart con la música, Cervantes con la escritura, Da Vinci con la pintura y escultura y Edson Arantes Do Nascimento, más conocido como Pelé, lo hizo en el deporte Rey. Con la muerte del Rey se nos va el último bastión del siglo XX que tan grande hizo este deporte. En 2014 se murió Alfredo Di Estéfano, en 2016 Johan Cruyff, y en 2020 Diego Armando Maradona. O Rei, para muchos el mejor futbolista de todos los tiempos, ha fallecido tras más de un año de tratamiento frente a un cáncer de colon. El exfutbolista brasileño, gran referente del “jogo bonito”, desarrolló la mayoría de su carrera en el Santos y fue en la selección donde cimentó su leyenda, conquistando tres Mundiales, el que más de la historia.
Como resumir una carrera tan grande en tan poco. Pelé debutó con la ‘Canarinha’ con sólo 16 años y con 17 ya fue vital para la obtención del título Mundial en Suecia en 1958. Su llegada, junto a la de otro joven talento como era Garrincha, dio inicio a un juego artístico, fluido y dominador que marcó para siempre el devenir del balompié y sigue grabado en el imaginario colectivo de los aficionados. El futbolista carioca asombró al mundo con su clase, poderío físico, manejo del balón y un disparo clínico, que mostró marcando tres goles en las semifinales frente a Francia y otros dos en la final contra los anfitriones. Ese torneo dio inicio a la dominación del fútbol mundial de Pelé, que lideró a Brasil hacia la victoria en otros dos Mundiales, 1962 y 1970, este último conocido como el mejor mundial de todos los tiempos donde Brasil reunió el once más icónico de todos los tiempos; la Brasil de los 5 “dieces”.
Tras obtener todos los títulos posibles con el Santos y la selección y sumar más de mil goles marcados en partidos oficiales (1.284 goles en 1.363 partidos, según las estadísticas), anunció su retirada del deporte activo en 1974. Sin embargo, en 1975 fichó por el Cosmos de Nueva York, equipo lleno de figuras del fútbol que buscaba promocionar el fútbol en Estados Unidos. Convertido ya en un mito, tras su retiro en 1977, fue actor de televisión y quiso ser cantante. El 13 de enero de 2014 la FIFA le concedió un Balón de Oro honorífico por su gran carrera. También fue nombrado Caballero de Honor del Imperio Británico, Ciudadano del Mundo por la ONU, Embajador de Educación, Ciencia, Cultura y Buenos Deseos de la Unesco, Embajador para la Ecología y el Medio Ambiente por la ONU (1992) y Embajador del Deporte en el Foro Económico Mundial de Davos (2006).
Pelé es la compensación que Dios le otorgó a nuestro país por no tener, hasta ahora, un premio Nobel. Pelé inventó la idea de Brasil en el imaginario de todo el planeta. El futbolista fue elegido Atleta del Siglo por el periódico francés L’Équipe en 1980. Andy Warhol, el artista pop que predijo la gloria instantánea durante 15 segundos para todos los mortales, dijo de él: “Pelé será famoso durante 15 siglos”. “El único en parar una guerra”, decía una pancarta en el estadio del Santos, Vila Belmiro, desde lo ocurrido en 1969. Hay historiadores que aún le discuten este título imposible e irrepetible, pero cualquiera se lo cuenta a los aficionados, que cantaban en cada partido: “Mi Santos es sensacional / Solo Santos detuvo la guerra / Con Rei Pelé Bi (campeón) Mundial (Intercontinental) / El mejor equipo de la tierra”.
Las giras para hacer caja para los equipos de fútbol no se inventaron en este siglo. Santos lo hizo en 1969 en países que no tenían el dinero por las mismas razones por las que los países podrían querer albergar la Copa del Mundo hoy. Primero, en lugar de prevenir una guerra, Pelé evitó dos. En 1968, Marian Ngouabi dio un golpe militar en la República del Congo. El país vivía en tensión entre purgas por un lado y ataques por el otro, a lo que al dictador se le ocurrió la idea de fortalecer su imagen reuniendo al mejor equipo del mundo.
Los sobrevivientes del equipo aún hablan de estrictas medidas de seguridad. Recordó la “presencia de un gran número de efectivos en las calles” y la protección del ejército y la policía durante la estancia. También dijo que el director comercial de Santos les había asegurado que la guerra civil de Nigeria terminaría por su juego de exhibición y no traería problemas a las autoridades. Santos jugó sin valla frente a 25.000 espectadores que se quedaron al margen. Pero el hecho es que el conflicto armado continúa en otras partes del país. Y que la guerra continuó un año más después de la partida de Pelé. “No había cumplido veinte cuando el Gobierno de Brasil lo declaró “tesoro nacional” y prohibió su exportación”. Eduardo Galeano, escritor uruguayo sobre Pelé.
Es tan grande la lista de personajes históricos del futbol que afirman que O Rei fue el más grande que no existe espacio suficiente para nombrarlos a todos. Pelé fue tan grande que ni los argentinos le discuten. Si bien el amor por “El Diego” por parte del pueblo argentino trasciende de lo futbolístico, las grandes estrellas que lo vieron y fueron contemporáneos al “Negro” (Apodo por el que es conocido Pelé en Argentina), se deshacen en elogios al brasileño. Alfio Basile, exentrenador de Messi con la selección y ex compañero de Maradona, que además enfrentó a Pelé da cuenta de ello: “Tenía: el mejor golpeo que yo vi de zurda y de derecha, le daba con las dos, gambeteaba con las dos piernas, guapo, malo, cuando vos le pegabas, ya te había quebrado a 3 o 4 de tus compañeros”.
Hugo Gatti, exportero del Cosmos con Pelé y uno de los emblemas del futbol argentino comentó “Cuando se habla de futbol a Pelé hay que separarlo, es lo más completo que vi. Perfecto es Dios, el como futbolista estuvo cerca”, “Pelé era el único jugador que daba miedo, eran como ver una pantera”, añadió. Franz Beckenbauer, conocido como el “El Kaiser” del fútbol aseveraba que “Podemos hablar de Messi, de Maradona, de Cruyff, de Gerd Müller, de Cristiano Ronaldo, Ronaldo Nazario… pero Pelé, Pelé fue el mejor de todos los tiempos”.
Si por algo se caracteriza un genio es su capacidad de parecer un loco en su época y un grande para la historia. Sobre O Rei podemos escribir libros y más libros sobre aquello que hizo que ni el mismo imaginaba. Lo que todo pequeño hacíamos en el patio del colegio, él lo hacía en las canchas de juego. Elevar una disciplina a arte será su mayor legado. Las jugadas e imágenes más icónicas de la historia son suyas, el no gol contra ante Ladislao Mazurkiewicz, sufrir en sus carnes la parada del siglo de Gordon Banks, el gol número 1000, y así tantas y tantas acciones que nos maravillan ahora, pero que el dejó como legado hace ya más de 50 años. El fútbol es sentimiento y pasión. Que cada uno disfrute más con quien quiera y elija a su favorito, y ya está. No le demos más vueltas. Lo único claro es que hoy el deporte rey ha perdido a su Rey. Gracias por todo, O Rei.
Coordinador América: José Antonio Sierra