China apuesta por la economía global y Estados Unidos por el proteccionismo. La carrera por la producción de los semiconductores agudiza las estrategias de las dos potencias, y China mueve otra pieza en el tablero. Pekín ha presentado una queja contra Washington en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por la última medida proteccionista de la Casa Blanca que pone restricciones a las exportaciones de las empresas norteamericanas fabricantes de chips. Según el régimen de Beijing, esta política “obstaculiza el comercio internacional de semiconductores” y “amenaza la estabilidad de las cadenas industriales globales”.

La decisión de Estados Unidos tomada el mes de octubre impide a sus compañías vender a China los componentes tecnológicos fabricados en el país, bajo amenaza incluso de sanciones para las empresas que lo hagan. Con paso firme, las autoridades estadounidenses han respondido a la denuncia de Pekín en la OMC. “Como ya hemos comunicado a China, estas medidas específicas están relacionadas con la seguridad nacional, y la OMC no es el foro adecuado para debatir cuestiones relacionadas con la seguridad nacional”, ha declarado Adam Hodge, portavoz de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos.

Sin embargo, para China esta medida obedece a “motivos políticos” y a una “represión irracional” a las compañías. Y no queda muy lejos de la realidad. En el documento de la Estrategia de Seguridad presentado por la Administración Biden advertía de la posición estadounidense frente a las otras potencias: Rusia es el enemigo inmediato, pero China es la verdadera amenaza.

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AFP/ SAUL LOEB – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden y el presidente de China, Xi Jinping se reúnen al margen de la Cumbre del G20 en Nusa Dua, en la isla turística indonesia de Bali, el 14 de noviembre de 2022
Bajo esta premisa se estructura la medida proteccionista de Washington: no quedarse atrás en el desarrollo de la tecnología y producción de semiconductores estratégicos dentro de sus fronteras, y hacer frente a la competencia china. Toda una guerra comercial que ya comenzó Trump en 2018.

Sin embargo, el campo de actuación de los demócratas se encuentra limitado. Primero, por el apoyo del Gobierno de Xi Jinping a la tecnología de los semiconductores. China acaba de asignar un paquete de 143.000 millones de dólares en ayudas directas para esta industria con el propósito de paliar el impacto que está teniendo en ella la política estadounidense. En segundo lugar, por el hecho de que los de equipos fotolitográficos más avanzados en las fábricas de chips no están en Estados Unidos. Intel y Samsung, los mayores productores de chips del planeta, son holandeses y japoneses.

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Chinatopix Via AP – Un hombre trabaja en un fabricante de encapsulado de chips integrados en Nantong, en la provincia oriental china de Jiangsu
Países Bajos y Japón, víctimas colaterales

La otra cara de la moneda de que los chips se fabriquen en Países Bajos y en Japón es que sus componentes son de origen estadounidense, una baza que no va a dejar escapar la Casa Blanca. Sin embargo, estos dos países aparecen con unos intereses contradictorios: o seguir comerciando con China o atenerse a la política de su aliado estadounidense.

Además de la política proteccionista, Washington presiona a Europa y a Japón para que sus fabricantes de microprocesadores secunden su veto a China con la recompensa de transferencias directas de Estados Unidos a estos fabricantes. Algo que la Unión Europea ya ha considerado de medida contraria e ilegítima de la libre competencia, pilar fundamental de lo que se constituyó como Comunidad Económica Europea.

Por el momento, el Gobierno de los Países Bajos ya ha advertido a sus fabricantes de chips de que las condiciones del mercado se van a endurecer en los próximos meses, mientras que Japón ya parece predispuesto a adherirse a las sanciones.

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Taiwan Presidential Office via AP – La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, izquierda, y la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, saludan durante una reunión en Taipei, Taiwán, el miércoles 3 de agosto de 2022 
Taiwán, el punto 0 de la nueva Guerra Fría

Si la tensión geopolítica con Taiwán ya estaba servida antes de que comenzase la guerra comercial, más se potencia al considerar que el archipiélago representa más del 60% de la producción mundial de microchips, con su empresa líder TSMC.

Tanto Taiwán, con el principio de una sola China, como el desarrollo de la tecnología de semiconductores fueron los temas principales del XX Congreso del Partido Comunista Chino. Una estrategia que, como asegura Beijing, garantiza la estabilidad y la paz, parece chocar con los planes estadounidenses. La visita de Nancy Pelosi a la isla y la política proteccionista de Estados Unidos son un tanteo más en la llamada “guerra de los chips”.

Coordinador de América: José Antonio Sierra.