No era ninguna sorpresa el anuncio de Donald Trump de presentarse una carrera presidencial hacia la Casa Blanca. El multimillonario llevaba dos años alimentando un suspense sobre su regreso que le ha resultado difícil mantener. En contra de sus asesores, Trump quiso anunciar su campaña antes de tiempo en dos ocasiones desoyendo la idea de hacerlo después de las “midterms”. Ahora, una semana después de que se celebrasen los comicios, ya es oficial la candidatura del republicano para 2024.
La noticia tenía que ser triunfal. Rodeado de 30 banderas de Estados Unidos y frente a aliados y asesores, Donald Trump anunciaba su carrera presidencial en su residencia de Mar a Lago, Florida, la ya considerada como el centro estratégico de los republicanos a instancias de Washington. “¿Estáis listos? Yo lo estoy. El regreso de América empieza ahora mismo”, preludio de lo esperado: “Para conseguir que América vuelva a ser grande y gloriosa, anuncio esta noche mi candidatura a la presidencia”.
En su discurso, Trump realizó un recorrido por las políticas que realizó durante su mandato entre 2017 y 2021, contrastándolas con las del actual mandatario, Joe Biden. De lo que él percibe como buena gestión de la economía, de “históricas reducciones de impuestos”, de una “pandemia controlada” y de acciones de inmigración, a lo que al demócrata achaca: calles “empapadas de sangre”, una “invasión” en la frontera sur y, en política exterior, “llevar a Estados Unidos a una guerra nuclear”.
El discurso terminaba con la misma fórmula que usó el candidato para las presidenciales de 2016, el Make America Great Again, que le dio la rotunda victoria para ocupar el Despacho Oval. “Haremos que América sea fuerte y orgullosa de nuevo. Haremos que América sea segura otra vez. Haremos que América recupere la gloria. Y le devolveremos su grandeza”, sentenciaba.
Anunciada la candidatura, ahora quedan dos intensos años de desafíos, especialmente para un candidato como Trump. “Esta no es una tarea para un político o un candidato convencional. Es una tarea para un gran movimiento”, reconocía el expresidente. Primer desafío, sus citas con la Justicia. Trump fue acusado por primera vez en 2019 por cargos de abuso de poder y obstrucción de la justicia, por sus actividades antes y después del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 y ahora por su retención de documentos clasificados en su mansión de Mar a Lago después de dejar el cargo. Unas investigaciones de las que el Departamento de Justicia evalúa emitir cargos penales.
En este sentido, lo que también parece pasarle factura para 2024 son sus insistencias en promover conspiraciones sobre las últimas elecciones presidenciales, tal y como expresan sus asesores.
El siguiente desafío que Trump no terminó de contemplar como tal en su discurso es el propio partido demócrata. La “marea roja” no consiguió los resultados que esperaba y los demócratas pudieron salvar el Senado en las elecciones de medio mandato, a espera de los resultados sobre el control de la Cámara de Representantes, que bajo todo pronóstico se espera que sea para las filas republicanas.
Con la resaca del triunfo de los demócratas en el Senado, el partido todavía no ha considerado designar al próximo candidato para 2024, aunque todo indica que será de nuevo Joe Biden, a pesar de que entonces cumplirá 82 años. Sin embargo, el actual mandatario no será un rival para Trump: “Tenemos un presidente que se duerme en conferencias globales y que se confunde de países”, decía con mofas en su discurso. Biden, por su parte, reaccionaba al anuncio de su candidatura desde la cumbre del G20 en Bali con un tuit: “Donald Trump le falló a Estados Unidos”.
Mientras, el partido republicano tampoco deja una alfombra roja para Trump. En estos dos años de legislatura y, sobre todo, estas “midterms” han dejado al expresidente dos claros rivales: el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y el antiguo mandatario, Mike Pence. Donald Trump se resiste a quedarse en la sombra y tendrá que superar, como ya lo hizo con los dos impeachment, los desafíos durante estos dos años que restan de la legislatura demócrata.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.