El control de las dos Cámaras en Estados Unidos continúa pendiente y es posible que así sea durante los próximos días, tras unas elecciones de medio mandato muy ajustadas en las que el Partido Demócrata no ha tenido resultados tan malos como los previstos, ni ha arrasado la ola republicana que esperaban los conservadores.

En un país donde no existe una autoridad electoral central y en donde la sombra de la duda ha sido una de las protagonistas de la campaña, el veredicto electoral previsiblemente tardará días en confirmarse, especialmente por lo estrecho de los resultados.

En el Senado, según las proyecciones, los republicanos aparecen con una ligera ventaja de 48 escaños frente a los 47 que tienen los demócratas, pero todavía quedan por decidir cinco contiendas, las de Wisconsin, Georgia, Arizona, Nevada y Alaska.

Según las proyecciones de los medios, Alaska, Nevada y Wisconsin tendrían representantes republicanos y Arizona demócrata, mientras que en Georgia los candidatos probablemente tendrán que acudir a una segunda vuelta tras no obtener ninguno el necesario 50% de los votos (existe un tercer candidato).

Así, si cuando avance el escrutinio estos resultados se confirman, el Partido Republicano no lograría la mayoría de la Cámara Alta y los estadounidenses tendrían que esperar a los resultados de la segunda vuelta en Georgia para ver si el partido de Joe Biden pierde la mayoría del Senado, que hoy tiene gracias al voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris.

En cuanto a la Cámara Baja, la Cámara de Representantes, todavía no se conoce qué formación la controlará durante los próximos dos años.

Según las proyecciones de los principales medios de Estados Unidos, los republicanos se aseguran 197 escaños, por 172 de los demócratas, pero ambos están aún lejos de los 218 necesarios para asegurarse la mayoría.

Aunque todavía faltan días, o incluso semanas, para tener una radiografía completa de la composición del Congreso estadounidense durante los próximos dos años, una de las certezas de la noche electoral es que no existió la prevista ola republicana y que Joe Biden no tendrá resultados tan malos como temían los demócratas.

Además, en las elecciones a gobernador, el Partido Demócrata ha logrado arrebatar al Partido Republicano dos gobernaciones, la de Massachusetts y la de Maryland.

Aunque ambos estados son de tendencia progresista, durante los últimos años habían estado gobernados por republicanos, y ahora volverán al control demócrata.