AFP/ ANDY BUCHANAN – El portero belga del Real Madrid Thibaut Courtois (C) y sus compañeros de equipo celebran al final del partido de fútbol del Grupo F de la UEFA Champions League entre el Celtic y el Real Madrid, en el estadio Celtic Park, en Glasgow, el 6 de septiembre de 2022
El 5 de marzo de 1980 fue la última visita del Real Madrid a Celtic Park. Fue 17 años después de que Bruce Reynolds y su banda llevasen a cabo el famoso robo del siglo. El atraco a un tren postal que iba de Glasgow a Londres con 300.000 libras y que les condujo a 30 años de prisión por culpa de un Monopoly, muchas películas y varias fugas de la cárcel años después.
El Celtic del griego Ange Postecoglou saltó al césped del mítico estadio con ganas de arrasar al campeón de Europa. En la grada, un tifo en una de las esquinas recordaba a los 500 madridistas que cualquier tiempo pasado de pancartas en Chamartín fue mejor y que no iba a ser un partido fácil.
En el minuto 21 Callum McGregor estrelló un balón en el poste de la portería de Courtois que no desesperó al Real Madrid. Los blancos juegan con la misma personalidad que su entrenador, tranquilos, con un punto de superioridad y sin perder la compostura en ningún momento. Sabían que su momento iba a llegar y que la dupla Vinicius-Benzema acabaría funcionando.
Pero Benzema acusó los cinco partidos seguidos que lleva esta temporada y tuvo que ser sustituido a la media hora. Hasta este tipo de situaciones le salen bien a Ancelotti que puso sobre el césped a Hazard. Nadie se acordaba de que el belga sigue en el club blanco y su salida al campo mantuvo la ilusión de aquel que prometió en Cibeles volver a ser el mismo.