Los esfuerzos diplomáticos por detener la crisis en Europa del Este siguen desarrollándose sin descanso. Hoy, sobre el telón de fondo germano de Múnich. Allí, el secretario de Estados de Estados Unidos, Antony Blinken, y la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, han participado en el panel inaugural de la Conferencia de Seguridad de Múnich –un encuentro anual que reúne a importantes líderes y expertos en seguridad desde hace más de 50 años.
Frente a la última cumbre de la Conferencia convocada de manera presencial –en el año 2019 –, en la que el ministro de Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, reprochó a los aliados occidentales la presencia de cientos de miles de unidades militares estadounidenses en la frontera ucraniana; en la edición de este año el Kremlin se ha abstenido de enviar representantes por primera vez en décadas. Moscú parece considerar que no tiene nada que dialogar con Occidente en el que está considerado como uno de los foros independientes más importantes del mundo en materia de seguridad, y, ni Lavrov ni Putin se han personado en la reunión de Múnich.
En el transcurso de la conversación entre Blinken y Baerbock, que ha sido moderada por el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ambos representantes han reafirmado su compenetración, y han advertido a Moscú sobre “las graves consecuencias” de una violación de la soberanía territorial de Ucrania.
“Lo que estamos viendo en las últimas 24, 48 horas, es parte de un escenario de crear falsas provocaciones para responder y cometer una nueva agresión contra Ucrania”, advertía Blinken en relación al avance de la situación sobre el terreno durante las últimas horas. Una situación susceptible de precipitarse al conflicto ante cualquier incidente. En esta línea, el secretario norteamericano ha dicho no descartar la posibilidad de que el Kremlin “emprenda otro camino”.
Por su parte, la ministra alemana Annalena Baerbock ha querido encomiar las relaciones transatlánticas entre ambas potencias, y se ha referido a todos los países aliados como “unidos en la diversidad”. Del mismo modo, dado que la cuestión del gasoducto Nord Stream 2 y la seguridad energética se presentaron como objeto de controversia entre Washington y Berlín hace unas semanas, Baerbock ha declarado que “todo está sobre la mesa, incluido el Nord Stream 2”. En el caso de que Moscú decidiese atacar Ucrania, se impondrán sanciones económicas “sin precedentes” al Estado ruso.
Además de Antony Blinken, el Gobierno de Washington contará también con la representación de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, durante los tres días que durará la Conferencia de Seguridad de Múnich. Harris, cuya agenda incluye reuniones con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski; el canciller alemán, Olaf Scholz; o el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg; espera poder subrayar la “destacable unidad” de los países de la Alianza en su discurso de apertura del sábado.
“Por supuesto, seguimos apoyando la diplomacia en lo que respecta al diálogo y las discusiones que hemos tenido con Rusia, pero también estamos comprometidos a tomar medidas correctivas para garantizar que haya consecuencias graves en términos de las sanciones que hemos discutido”, declaraba la vicepresidenta estadounidense tras su encuentro con Stoltenberg.
Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos en la frontera ucraniana parece no esperar a que las negociaciones alcancen un consenso entre Moscú y los aliados de Occidente. A pesar de que las violaciones del alto el fuego en la región separatista del Donbás han sido una constante desde los albores del conflicto, en el año 2014, la actividad violenta se ha multiplicado durante las últimas horas. Las acusaciones de ataques y bombardeos entre ambas partes han incrementado, aún más si cabe, la frágil y tensa calma en la frontera.
Ante esta situación, –calificada por las autoridades estadounidenses como una “provocación” y un “pretexto” ruso para atacar el país –, los separatistas de Lugansk y Donetsk han ordenado evacuar a los civiles hacia Rusia. Según el jefe del Gobierno rebelde en Donetsk, Denis Pushlin, las mujeres, niños y ancianos serán los primeros en ser trasladados en dirección a instalaciones preparadas por el Kremlin.
No obstante, en la senda de las negociaciones diplomáticas, el secretario de Estados norteamericano, Antony Blinken, anunciaba ayer la proposición de reunirse con su homólogo ruso, el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, a lo largo de la próxima semana. En una entrevista con la cadena rusa RT, el funcionario moscovita comunicó su intención de poner fecha a esta nueva sesión diplomática.
“Los rusos han respondido con fechas propuestas para fines de la próxima semana, que aceptamos, siempre que no haya más invasión rusa de Ucrania. Si invaden Ucrania en los próximos días, quedará claro que nunca se han tomado en serio la diplomacia”, informó el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
“Acordamos que cuando Rusia enviase su documento sobre las garantías de seguridad, y el Gobierno estadounidense estuviese familiarizado con nuestra visión de la situación, nos encontraríamos listos para reunirnos”, afirmó Lavrov. Con estas declaraciones, el ministro hacía referencia a las demandas que, el pasado mes de enero, dirigía a Washington y la OTAN sobre el freno a la expansión de la Alianza en el Este de Europa; así como a la posterior respuesta –negativa – por parte de las autoridades estadounidenses.