La polémica Copa de África ya tiene dos finalistas después de grandes decepciones deportivas y extradeportivas con los fallecidos que provocó la avalancha de Yaundé como gran tragedia del torneo.
Sin Marruecos, clara favorita, y sin Camerún, que vive una importante desilusión como anfitriona del torneo, serán Egipto y Senegal las que se jugarán el máximo trofeo africano de selecciones.
Los grandes protagonistas de la final que se jugará en el estadio de la capital camerunesa serán Mohamed Salah, por Egipto; y Sadio Mané por Senegal. Los dos jugadores del Liverpool disputarán una final muy especial para sus selecciones antes de jugar la parte más importante de la temporada con su equipo.
Egipto busca su octavo entorchado de la Copa de África de Naciones. Lo ganó en la primera edición de 1957; en 1986 ante Camerún; en 1998 ante Sudáfrica y en 2006, 2008 y 2010 ante Casta de Marfil, Camerún y Ghana, respectivamente.
Mohamed Salah está ante la primera oportunidad de levantar el título con su selección porque sus participaciones empezaron en 2011. El juego del faraón del Liverpool en la competición deja muchas dudas sobre su estado físico cuando regrese. Ha disputado todos los partidos y todos los minutos con un saldo de dos goles, entre ellos uno decisivo a Marruecos.
A los 270 minutos de la fase de grupos hay que sumar tres prórrogas de octavos, cuartos y semifinales, es decir, 360 minutos más. Un total de 630 minutos que aclaran aún más la petición de su segundo entrenador tras el partido, “Senegal tiene un día más de recuperación. Deseo que, como se ha avanzado el partido por el tercer puesto del domingo al sábado, nosotros juguemos el lunes”. Las palabras de Diaa Al Sayed, entrenador adjunto de Egipto, hubieran tenido más fuerza de haberlas pronunciado Carlos Queiroz, seleccionador egipcio que fuera, entre otros cargos, entrenador del Real Madrid.
Hay un dato curioso con Carlos Queiroz porque con Egipto puede coronarse como campeón de África, el continente en el que nació ya que es natural de Nampula, en Mozambique. Ha sido campeón mundial Sub-20 con Portugal, subcampeón en un torneo asiático de clubes con el equipo de Nagoya, campeón de Europa junto a Alex Ferguson en el Manchester United y dos veces mundialista con Irán.
Senegal vive un proceso de liderazgo en su selección gracias a Sadio Mané (Liverpool), Koulibaly (Nápoles), Mendy (Chelsea) o Gueye (PSG). Jugadores que rinden en competiciones al más alto nivel y de lo que se aprovechan sus selecciones.
Para la gran final, Mané llegará más descansado. Disputó los 270 minutos de la fase de grupos, pero los cruces fueron más benévolos. 70 minutos y un gol ante Cabo Verde; y los 90 minutos ante Senegal y Burkina Faso. Un total de 520 minutos, 110 más que Salah.
Ambos jugadores son titulares en las alineaciones de Klopp y piezas fundamentales para los octavos de final de la Champions ante el Inter de Milán y para mantener los puestos europeos en la Premier League.
El Senegal-Egipto del domingo a las 20:00 en el estadio Paul Biyá de Yaundé (Camerún) coronará a dos grandes jugadores y a dos selecciones que quieren reinar en África. Después, llegarán las quejas de Europa de cara a la próxima CAN de 2023 que se disputará en Costa de Marfil.