El año que acaba de concluir puede calificarse de extraordinario en la vertiente espacial. Y no precisamente por el impacto de la COVID-19 sino en cuanto al elevado número de lanzamientos, a la enorme cantidad de satélites, sondas y astronaves posicionados en el espacio ultraterrestre y a la gran trascendencia de lo conseguido.
Las naciones que de una manera indiscutible han dominado el sector espacial global siguen siendo China y Estados Unidos, que rivalizan por descubrir algún rastro de vida en la superficie o en el subsuelo de Marte y en mostrar su superioridad científica y tecnológica ante la comunidad internacional. Pero entre ambos han batido el récord de la historia de la astronáutica en cuanto a satélites colocados en órbita y, entre todos, el número de lanzamientos espaciales anuales.
El vehículo Zhurong chino y el laboratorio sobre ruedas Perseverance de la NASA con la estación meteorológica española MEDA fueron posicionados en febrero sobre el Planeta Rojo, donde continúan explorando. Junto a ellos está el mini helicóptero norteamericano Ingenuity, que efectuó su despegue inaugural en la atmósfera marciana el 19 de abril. Fue un hecho sin precedentes, ya que se trataba del primer vuelo de una aeronave propulsada en otro planeta, que se prolongó durante 39 segundos.
Emiratos se convirtió a principios de febrero en el primer país árabe en alcanzar la órbita marciana, mientras China reiteraba de nuevo su firme voluntad de ser un gran actor en el espacio ultraterrestre, para lo que en abril inició la construcción de su anunciada Estación Espacial Tianhe, Armonía Celestial en español. Cuando esté completada a finales de 2022 se convertirá en el segundo complejo orbital habitado que, de forma simultánea con la Estación espacial Internacional (ISS), dará vueltas alrededor de la Tierra y será un importante laboratorio de experimentación.
El año que se acaba de cerrar también abrió de par en par las puertas del turismo espacial suborbital, pero para ricos. Los multimillonarios Jeff Bezos y Richard Branson ya han tenido ocasión de poner en marcha sus respectivos proyectos, con los que pretenden liderar un incipiente mercado que ofrece grandes emociones para quienes las puedan pagar.
La cápsula New Shepard de la empresa Blue Origin de Bezos realizó con éxito sus tres primeros vuelos. En julio ascendió por encima de los 100 kilómetros con tres pasajeros, en octubre con cuatro y en diciembre lo experimentaron otros seis tripulantes, que orbitaron hasta más de 500 kilómetros, por encima de la ISS y del telescopio espacial Hubble. El avión SpaceShipTwo de Richard Branson no superó en el mes de julio los 86 kilómetros de altura, pero permitió al británico y a sus cinco acompañantes sentir en sus cuerpos los efectos de la micro gravedad.
En el plano cuantitativo, los lanzamientos orbitales que se han efectuado en todo el mundo han sido un total de 145, lo que representa superar en un 27,19% la cifra de los realizados en 2020, que fueron 114. Tal cantidad supone alcanzar un nuevo récord histórico, al sobrepasar los 139 conseguidos en el año 1967, en plena Guerra Fría entre el Kremlin y la Casa Blanca.
Conseguir 145 despegues en 12 meses, supone un frenético ritmo de disparos: 1 cada 2,5 días, es decir, casi 3 lanzamientos por semana. Sus principales protagonistas han sido China y Estados Unidos, un mano a mano en el que Pekín ha resultado ganador con 55 lanzamientos (38% del total), algo más de uno por semana. Washington se ha tenido que conformar con el segundo puesto, con 51 despegues (35,2%), lo que supone que entre ambos países han acaparado el 73,2% de todos los disparos. La Agencia Espacial Europea (ESA) ha tenido 6 lanzamientos, Japón otros 3, India 2, pero uno fallido, e Irán otros 2, ambos fracasados.
En lo que respecta a plataformas desplegadas en el espacio, Joe Biden ha ganado por goleada a Xi Jinping, con más de un millar frente a menos de un centenar por parte china. En este caso, el liderazgo no ha sido de la NASA sino del emprendedor multimillonario Elon Musk. Washington ha concedido patente de corso a sus empresas y proyectos y el magnate ha sabido hacer muy buen uso de sus privilegios.
Con su fiable lanzador Falcón 9 ha llevado a cabo 31 vuelos al espacio. Con tres de ellos, Musk ha demostrado que su cápsula tripulada Dragón ya cumple con todos los requisitos para llevar astronautas de ida y vuelta a la Estación Espacial Internacional (ISS), lo que devuelve a Estados Unidos la autonomía para viajar al espacio y no depender de las cápsulas tripuladas rusas Soyuz.
La gran mayoría de los despegues del Falcón 9 han servido para situar en órbita nada menos que 989 satélites Starlink, la mega constelación que ofrece internet de banda ancha en cualquier parte del mundo, que ya dispone en órbita de 1.823 plataformas. Además, el magnate ha demostrado que sus cohetes son recuperables, con lo que logra abaratar sus costes frente a sus más firmes competidores, las poderosas corporaciones industriales Boeing y Lockheed Martin.
El año se ha cerrado con el enorme éxito que representa la puesta en órbita el 25 de diciembre del telescopio espacial de infrarrojos James Webb, el gran proyecto científico conjunto de las Agencias Espaciales de Estados Unidos, Europa y Canadá. Y con el gran fracaso del tercer vuelo del Angara A5, el lanzador pesado que Rusia tiene todavía en fase de desarrollo, que en el despegue del 27 de diciembre no pudo culminar con éxito su misión debido a un fallo de su etapa superior.
El número de misiones no tripuladas ha estado muy por encima de las tripuladas, que ha sido de 9. Tres han partido desde Rusia y otras tantas desde Estados Unidos, todas ellas para trasladar astronautas a la Estación Espacial Internacional y regresar. Otras tres han despegado desde China, para transportar a las tripulaciones del nuevo complejo orbital que Pekín está construyendo en solitario.
Rusia sigue siendo el principal soporte de la ISS. Ha logrado acoplar otros dos módulos a la ISS ‒Nauka y Prichal‒, sus cápsulas Soyuz siguen siendo el principal transporte de astronautas y sus naves automáticas Progress las que llevan mayor carga de abastecimientos y repuestos. Pero a pesar de los esfuerzos de Putin por escalar posiciones, Moscú ha quedado relegado a la tercera posición con tan solo 25 lanzamientos ‒el 17,24% del total‒, muy por detrás de Washington y Pekín
Y mientras la iniciativa privada norteamericana apuesta por desarrollar vehículos que en pocas horas puedan llevar turistas de ida y vuelta a sentir la sensación de ingravidez, la agencia espacial de Rusia (Roscosmos) sigue apoyando la presencia en la ISS de quienes puedan costear su estancia a bordo con un montón de millones de dólares.
El último ha sido el caprichoso magnate japonés de la venta de moda por internet, Yusaku Maezawa (46 años), acompañado por su asistente personal Yozo Hirano, que en diciembre han pasado una docena de días en la estación internacional. Ambos relevaron al director de cine Klim Shipenko y la actriz rusa, Yulia Peresild, que en octubre rodaron allí arriba escenas de la película de próximo estreno ‘El desafío’ ambientada en el espacio. Por último, anticipar que el presente año se vislumbra mucho más apasionante que el recién fenecido 2021. En breve comenzaremos a comprobarlo.