A pocas horas de la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la escalada de violencia entre Israel y Hamás continúa. En esta reunión, convocada con carácter urgente, se tratará este nuevo episodio de confrontación entre el Ejército israelí y las milicias palestinas. Los 15 miembros del Consejo de Seguridad ya se han reunido en secreto durante esta semana, sin embargo, no han ofrecido una declaración final debido a la oposición de Estados Unidos. Según informa AFP, Washington habría considerado “insuficiente” lo sugerido por los demás Estados.
“Obama permitió que se adoptara una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre los asentamientos ilegales de Israel, pero ahora, con nuevo abusos y violencia, la Administración Biden ha ralentizado una declaración del Consejo de Seguridad que considera demasiado desfavorable para Israel”, señaló el director de la ONG Human Rights Watch, Kenneth Roth. Por su parte, Biden ha intentado tomar un papel de mediador en el conflicto comunicándose con las dos partes, pero, como era de esperar, desde una perspectiva más israelí.
El presidente estadounidense ha mantenido conversaciones telefónicas con el líder palestino, Mahmud Abbas, a quien insistió que Hamás debía detener los ataques contra Israel. También expresó “su fuerte compromiso con una solución negociada de dos Estados como el mejor camino para alcanzar una resolución justa del conflicto”.
Su antecesor, Donald Trump, también declaró su compromiso con la búsqueda de la paz en la zona. No obstante, con su plan denominado “El acuerdo del siglo” el gran ganador sería Israel, que conseguiría soberanía sobre territorios palestinos. “No es un plan de paz porque no cumple con la definición clásica de acuerdo de paz debido a que falta una parte”, declaró a RTVE Haizam Amirah-Fernández, investigador principal para el Mediterráneo y el mundo árabe del Real Instituto Elcano.
Biden, pese a sus intentos por desmarcarse de la política exterior de Trump, está siguiendo la línea marcada por el expresidente republicano. En la llamada telefónica que mantuvo con Benjamin Netanyahu, Washigton trasmitió su “decidido apoyo” al derecho de Israel de defenderse de los ataques lanzados por “Hamás y otros grupos terroristas”.
A diferencia de Biden, la ONU sí ha condenado las acciones de Israel. El Comité de la ONU para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino ha reiterado el “fin de todas las prácticas ilegales israelíes, incluidas las actividades de asentamiento, demoliciones de viviendas, desalojos y todos los demás actos de castigo colectivo contra la población civil palestina”. Varios países europeos que actualmente son miembros del Consejo de Seguridad también han expresado su desaprobación por las acciones sobre Gaza. Igualmente critican la inacción del órgano ante la violencia. “Irlanda está decepcionada de que el Consejo de Seguridad no haya asumido su responsabilidad”, aseguró la embajadora irlandesa en la ONU, Byrne Nason. “Debería pedir la desescalada y condenar la violencia contra los civiles”, añadió.
Mientras la comunidad internacional discute sobre como abordar la cuestión palestino-israelí, la violencia en Gaza e Israel continúa. El Ejército hebreo, dentro de su ofensiva militar sobre Gaza contra objetivos de Hamás, ha derribado un edificio de 14 plantas. Esta torre era la sede de medios de comunicación internacionales como Associated Press o Al Jazeera, entre otros. El Ejército israelí avisó a los residentes del edificio que tenían solo una hora para evacuar la torre, según informan periodistas locales. El Ejército de Israel aseguró que el edificio “contenía activos militares pertenecientes a la inteligencia militar de Hamás”. Mostefa Souag, director del medio catarí, recuerda que “el ataque a un edificio que acoge a medios de comunicación internacional es una flagrante violación de los derechos humanos y un crimen de guerra”.
Durante la madrugada del domingo los ataques aéreos no han cesado. Medios como Reuters o Al Jazeera han informado de que el Ejército israelí ha bombardeado la casa del jefe de Hamás en Gaza, Yehya al-Sinwar.
Las brigadas Ezzedim al Qassam, el brazo militar de la organización islamista, han reivindicado el lanzamiento de varios cohetes contra Tel Aviv y otros lugares del centro de Israel. Según informa el Jerusalén Post, habría fallecido un hombre a causa del impacto de un misil. Por otra parte, también continúa la tensión entre judíos y árabes en las localidades mixtas de Israel.
Con motivo del día de la Nakba y los últimos acontecimientos en Gaza, miles de personas de todo el mundo han salido a las calles como muestra de solidaridad con los ciudadanos palestinos. Durante las manifestaciones, que han tenido lugar en diversos puntos del planeta, también se ha pedido el cese de hostilidades y el establecimiento de la paz en la zona.
Las principales calles de capitales europeas como Madrid, Londres o Berlín se llenaron de gente portando banderas palestinas. En París, pese a las prohibiciones del Gobierno, también se organizaron marchas en apoyo a los palestinos. Las fuerzas de seguridad francesas emplearon gas lacrimógeno y cañones de agua contra los manifestantes.
Ciudades estadounidenses como Nueva York, Boston o Washington también se sumaron a las protestas a favor de la paz. Desde que empezó el enfrentamiento entre Israel y Hamás, hace casi una semana, se han organizado marchas en la capital estadounidense pidiendo el cese de violencia. En algunas de estas concentraciones también ha habido ciudadanos judíos condenando las acciones de Israel y pidiendo la paz para los palestinos.
En Oriente Medio la población también se ha volcado con los palestinos, demostrando una vez más que la cuestión palestina es un problema que concierne a todo el mundo árabe. Manifestantes libaneses se han concentrado cerca de la frontera con Israel, lanzando cócteles Molotov y piedras sobre el muro fronterizo.