Canan Kaftancioglu es miembro del Partido Popular Republicano (CHP) y una de las figuras emergentes de la política turca. Los índices de popularidad de esta doctora transformada en política de 48 años de la región del mar Negro están entre los más altos de Turquía.

Ella fue la directora de campaña de Ekrem Imamoglu, quien logró hacerse con la Alcaldía de Estambul ganando los comicios locales al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) del todopoderoso Recep Tayyip Erdogan. El presidente de la nación euroasiática sufrió en 2019 un duro revés con la derrota electoral en las elecciones locales, sobre todo en Ankara, capital administrativa del país, y en Estambul, corazón financiero nacional. Este revés mostró a Erdogan que ha perdido muchos apoyos dentro de la nación otomana, sobre todo, entre los sectores más jóvenes; y, a partir de ahí, intensificó ciertas políticas represoras encaminadas a perseguir a opositores y reforzar su poder, como han señalado diversos analistas. Cientos de miembros de partidos rivales, como el propio CHP o el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), muy vinculado con los kurdos (perseguidos por el régimen turco que les acusa de actos terroristas en el sur del territorio nacional), y también de miembros del Ejército y de colegios de abogados fueron detenidos acusados de apoyar precisamente a la facción kurda o de vínculos con el clérigo Fethullah Gülen, señalado como instigador del supuesto golpe de Estado de 2016.

Canan Kaftancioglu siempre se había destacado en el Partido Popular Republicano socialdemócrata por sus opiniones de izquierda, y, a principios de 2018, fue elegida presidenta provincial de Estambul. Aunque el verdadero despegue de Kaftancioglu se produjo un año después, cuando dirigió una de las campañas electorales más exitosas en la historia de Turquía, la de Ekrem Imamoglu en las elecciones a la Alcaldía de Estambul de marzo de 2019. Pocas personas esperaban que este recién llegado ganara contra el candidato del gobernante AKP, el ex primer ministro Binali Yildirim. Pero, finalmente, Imamoglu ganó las elecciones y se convirtió en una de las figuras más relevantes de la oposición al Gobierno dirigido por el presidente Recep Tayyip Erdogan.

El enfoque del CHP centrado en la reconciliación en lugar de la polarización y la radicalización fue bien recibido por los votantes; mientras, el AKP de Erdogan ha seguido apostando por lo contrario y por una islamización cada vez más marcada (incluso se acusa al régimen presidencialista otomano de vínculos con entidades catalogadas como terroristas como los Hermanos Musulmanes).

Canan Kaftancioglu, líder del CHP turco
PHOTO/AP – Canan Kaftancioglu, líder del CHP turco

La decisión del partido de condenar el nepotismo, la mala gestión y el mal uso de los fondos públicos resultó ser una buena estrategia durante la crisis económica que atraviesa el país; además, muchos votantes se hartaron de la arrogancia de algunos políticos instalados en el poder. Y es que Turquía sufre una crisis económica grave con el desplome de la lira turca y una alta inflación.

Después de que Imamoglu venciese por un pequeño margen, el AKP se negó a ceder y el presidente Recep Tayyip Erdogan presionó a la junta electoral para que solicitase un nuevo proceso. Con poca efectividad porque el CHP reafirmó su victoria y Erdogan tuvo que reconocer la derrota en Estambul.

Perder la ciudad, el centro económico y social de Turquía con una población de 16 millones, fue la mayor derrota electoral del presidente hasta el momento. Y la mayor victoria de Kaftancioglu, quien es víctima ahora de una fuerte presión judicial. En septiembre de 2019, fue condenada a casi 10 años de cárcel tras ser acusada de una serie de delitos, entre ellos difamación, incitación al odio público y a la violencia, por difundir «propaganda terrorista» e insultar al presidente y al Estado turco, cargos muy graves contra la médico y política turca.

Según sus partidarios, las pruebas en su contra surgieron de la nada, en gran parte compuestas por una serie de tuits que había publicado entre 2012 y 2017. Los dirigentes del CHP dijeron que su sentencia fue un acto de venganza por la debacle electoral en Estambul. Kaftancioglu negó todas las acusaciones y apeló la sentencia. De momento, no puede ser encarcelada en espera del proceso de apelaciones.

Mientras, la Fiscalía de Anatolia también ha presentado una denuncia contra otro miembro del CHP, Suat Özcagdas, por fotografiar la casa de Fahrettin Altun, el director de Comunicaciones del presidente turco, en el distrito de Üsküdar en Estambul. Si es declarado culpable, enfrenta cinco años de cárcel por «violación de la privacidad». Özcagdas hizo la foto como parte de los esfuerzos para documentar la construcción no autorizada en terrenos públicos.

Ekrem Imamoglu, alcalde de Estambul
AFP/OZAN KOSE – Ekrem Imamoglu, alcalde de Estambul

Kaftancioglu apoyó públicamente a Özcagdas en las redes sociales. «Pronto se ahogarán en sus inmoralidades y mentiras», tuiteó; «Özcagdas solo estaba cumpliendo con su deber. Realizó una inspección y siguió las instrucciones del partido porque la construcción es ilegal. Lo volverá a hacer. Los que tienen algo que esconder. están creando pánico. Mantengan la calma, chicos», indicó la dirigente del CHP.

Esto reforzó la dureza de la Fiscalía del Estado y ahora ha sido acusada de «incitación a cometer un delito» y «glorificación de un delito». Por lo que se pide diez años y medio de cárcel si es declarada culpable.

Ante este escenario, Kaftancioglu no cede ante las amenazas de cárcel. También ha empezado a luchar contra el Gobierno mediante demandas contra el propio presidente y el ministro del Interior, Süleyman Soylu, por difamación después de que la definieran como «terrorista». Erdogan la había acusado de ser militante de un grupo de izquierda radical prohibido cuando apoyó las protestas contra el nombramiento del nuevo rector de la Universidad del Bósforo de Estambul, una persona muy vinculada con el gobernante AKP y designado por decreto presidencial.

Ante esta deriva legal en su contra, Kaftancioglu ha manifestado que Recep Tayyip Erdogan debería dar pruebas de lo que ella llama «acusaciones ridículas», dando a entender que el presidente otomano no ha superado la derrota en las elecciones locales de Estambul.