A una semana de que tuviera lugar el primer vuelo comercial directo entre Tel Aviv y Rabat, y con ello la materialización de la normalización de relaciones entre Israel y Marruecos, ambos países han firmado un acuerdo de cooperación en materia de inversión y finanzas.
La semana pasada se firmaron cuatro acuerdos bilaterales entre Israel y Marruecos, centrados en enlaces aéreos directos, gestión del agua, conexión de sistemas financieros y un acuerdo de exención de visados para diplomáticos. Asimismo, Marruecos e Israel también discutieron el lunes las perspectivas de cooperación y asociación industrial en cinco sectores.
Pero el acuerdo firmado hoy se trata del primero en ámbito económico entre los dos países. La ministra de Finanzas, Shira Greenberg, firmó este acuerdo mientras participaba en la delegación israelí en Rabat para promover las relaciones bilaterales tras el acuerdo de normalización.
En el marco del convenio, los dos países se han puesto de acuerdo en varios campos de cooperación económica, incluyendo un esfuerzo bilateral para reducir las barreras de inversión, aumentar la cooperación e intercambiar información en los campos de la regulación financiera, la prevención del blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo, así como la promoción de varios convenios internacionales para beneficiar la actividad en el sector privado.
Israel y Marruecos también han acordado establecer un equipo económico conjunto y esbozaron acuerdos que se firmarán entre los respectivos ministerios y los organismos de reglamentación financiera de los países.
Greenberg ha declarado que, «Marruecos se ha unido a una serie de países de la región con los que hemos firmado acuerdos en el campo de la inversión y las finanzas». Dijo que los acuerdos «contribuirán a aumentar el potencial de crecimiento de Israel y de la región». “Creemos que existe la posibilidad de aumentar el comercio con Marruecos en unos 500 millones de dólares al año. La firma del acuerdo anoche es el primer paso necesario e importante para promover la realización de este potencial».
Asimismo, la firma de este acuerdo coincide con una reunión telemática que, ha tenido lugar hoy, entre el ministro de Industria de Marruecos, Moulay Hafid Elalamy y el ministro israelí de Economía e Industria, Amir Peretz. Elalamy ha compartido el anuncio a través de su cuenta de Twitter: «Esta mañana he mantenido conversaciones a distancia con mi homólogo israelí, Amir Peretz, sobre las perspectivas de la cooperación industrial bilateral». Los sectores identificados incluyen el textil, la industria alimentaria, la investigación aplicada en la industria, las tecnologías verdes y la energía renovable, añadió.
La entrevista entre Elalamy y Peretz se centró, principalmente, en las perspectivas de una cooperación fructífera entre los dos países, que se apoye en avances económicos y responda a prioridades y estrategias de desarrollo.
Asimismo, medios israelíes confirman que una delegación marroquí se encuentra en Israel sentando las bases para la reapertura de una oficina de enlace en el estado judío. Marruecos cerró su oficina de enlace en Tel Aviv en el año 2000, al comienzo de la segunda intifada.
Esta visita ya la anunciaba el pasado sábado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a través de comunicado en el que decía: «Ayer estuve de acuerdo con el rey de Marruecos durante nuestra conversación telefónica de ayer en que una delegación marroquí llegará a Israel a principios de semana, con el fin de abrir una oficina de enlace en preparación para la apertura de una embajada y el lanzamiento de una ruta de vuelo directo entre los dos países”.
El 10 de diciembre el presiente estadounidense Donald Trump anunciaba la normalización de relaciones entre Marruecos e Israel, con su consiguiente reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Desde que Trump diera la noticia, los acuerdos entre estos países no han hecho más que ir en aumento, y Estados Unidos tampoco se ha quedado fuera en este juego. Marruecos ha llegado a un acuerdo con el país norteamericano que incluye la compra de armas estadounidenses, drones y munición guiada de precisión, por valor de 1.000 millones de dólares. Un intercambio de favores que pretende beneficiar económicamente a todos los actores.