La economía mexicana tendrá un mejor desempeño en 2020 desde la caída del año pasado, gracias a factores positivos como el renovado acuerdo para América del Norte, consideró hoy el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
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El director general del CEESP, Carlos Hurtado, explicó que el Producto Interno Bruto (PIB) mexicano puede crecer 1,1 por ciento este año, en línea con el consenso del mercado que apunta al 1,0 por ciento.
«Aunque podemos ser muy críticos de la situación político-económica, en todo caso estamos lejos de una crisis económica como las que han afectado a México en décadas anteriores», dijo Hurtado en una rueda de prensa.
«Estamos en una situación en donde la deuda pública es estable y los déficit públicos han sido controlados», agregó el líder del organismo, que depende del Consejo Coordinador Empresarial.
Hurtado señaló que el principal factor de optimismo se encuentra en que 2020 comenzó con el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) de libre comercio ya aprobado, el cual puede entrar en vigor en los próximos meses.
Otro hecho se refiere a que México cuenta con un déficit manejable en su cuenta corriente de la balanza de pagos, además de que goza de un sistema financiero estable.
Añadió que el Acuerdo Nacional de Infraestructura firmado a finales del año pasado entre el gobierno mexicano y el sector privado puede comenzar a rendir frutos en próximos meses.
«Obviamente quizá lo que abre mayores oportunidades para la economía en 2020 es el T-MEC, y un punto que ha venido ayudando al consumo y que parece que se está estabilizando a un nivel más alto que antes es el de las remesas que llegan al país», abundó.
Las remesas a México cerraron 2019 con la cifra récord de 36.049 millones de dólares, un monto mayor en un 7 por ciento frente a lo registrado en 2018, de acuerdo con información publicada el pasado 4 de febrero por el central Banco de México.
Entre los riesgos que puede enfrentar la economía local, Hurtado se refirió al escaso nivel de inversión pública, a la posibilidad de observar algunas presiones inflacionarias por «el efecto faro» del incremento al salario mínimo vigente desde este año y la inseguridad pública.
La economía mexicana, la segunda mayor de América Latina después de Brasil, se contrajo un 0,1 por ciento en el 2019, su primer tropiezo en una década.