Fuente: https://www.elpais.com.uy
¿Qué originó la rivalidad?
La rivalidad entre Estados Unidos e Irán encendió su llama con la toma de la embajada de Estados Unidos en Teherán (capital de Iran) en 1979 en la que secuestraron a personal y ciudadanos estadounidenses por 444 días.
Eso generó que Estados Unidos rompiera relaciones diplomáticas con Irán y comenzaran décadas de imposición de sanciones económicas y tensión entre ambos países. Pero en 2018 se dio un nuevo mojón en la tensión entre ambos países cuando el presidente de Estados Unidos Donald Trump se retiró del acuerdo nuclear iraní firmado en 2015 por su antecesor Barack Obama para garantizar el carácter no militar del programa nuclear iraní.
El pacto había implicado levantar las sanciones contra Iran en el marco del pacto, pero salido Estados Unidos del mismo por considerarlo un «desastre», Trump reimpuso sanciones que se han extendido e incrementado con el tiempo, las que han hecho mella en los iraníes. Entre ellas figuran restricciones a las compras de Irán de dólares, el comercio de metales (acero y minería suponen la segunda mayor fuente de ingresos de Irán después del petróleo) carbón, sanciones a la industria del software y el sector automotor. También impuso sanciones para evitar la venta de petróleo iraní al extranjero.
Esto generó que Iran suspenda algunos de los compromisos del acuerdo internacional sobre su programa nuclear. En mayo 2019 anunció que dejaría de limitar sus reservas de agua pesada y de enriquecimiento de uranio, pero en julio confirmó que empezó a enriquecer uranio a un nivel prohibido tras haber superado el umbral de almacenamiento autorizado de uranio de bajo enriquecimiento. En setiembre anuncia que activó centrifugadoras para aumentar sus reservas de uranio enriquecido. Pero más allá de eso la estrategia, según explican los expertos ha sido usar milicias aliadas para efectuar ataques a puntos clave de Estados Unidos que le permitan evitar represalias directas.
Desde hace años, Irak se encuentra entre dos fuegos, atrapado entre sus dos grandes aliados: Estados Unidos e Irán. Y de a poco se ha convertido en el campo de batalla de dos potencias que buscan tener el control de medio oriente e incidir en el país, que es uno de los tres principales países exportadores de petróleo del mundo.
Pero además Irak está en medio de una crisis política y social en la que manifestantes reclaman desde hace meses la caída del régimen por la deficiencia de servicios públicos, las altas tasas de desempleo y la excesiva influencia de Irán en su país así como la presencia de milicias y otros grupos con afiliación sectaria, a los que los manifestantes han acusado de llevar a cabo ataques armados y secuestros de activistas y participantes. Las protestas (el 60% de la población es menor de 25 años) ya se cobraron cerca de 300 muertos y más de 10.000 heridos desde octubre en que estalló el conflicto. La presencia iraní en el territorio creció luego que Estados Unidos se retiró tras el combate al Estado Islámico.
Sí. En la guerra contra el Estado Islámico o ISIS iraníes y norteamericanos estuvieron del mismo lado.
El 20 de marzo de 2003 una coalición liderada por Estados Unidos invadió Irak para destruir supuestas armas de destrucción masiva que tenía el ISIS. Días más tarde los estadounidenses entraron en Bagdad (la capital), donde uno de sus blindados, ayudado por un centenar de iraquíes, derribó la estatua de Sadam Husein. La escena simbolizó la caída de la capital y del régimen, aunque seguían los combates. Al derrocar al régimen del presidente Sadam Husein, Estados Unidos pasó a controlar los asuntos iraquíes. Estados Unidos fijó un administrador civil y anunció la disolución de los órganos de seguridad. Pero en octubre un informe estadounidense del Grupo de Inspección reconoció que no se habían descubierto armas de destrucción masiva. Mientras tanto el gobierno iraní y los proiraníes se infiltraron en el sistema puesto en marcha por Washington. Los proiraníes acumularon un arsenal gracias a Irán, pero también a lo largo de años de combate junto con los estadounidenses, en particular contra el Estado Islámico (EI).
En junio de 2004, la coalición transfirió el poder al gobierno interino. Se disolvió la Autoridad Provisional de la Coalición. Las primeras elecciones multipartidistas en más de 50 años se celebraron en 2005. Los últimos soldados estadounidenses abandonan Irak en diciembre de 2011, poniendo fin a casi nueve años de ocupación y dejando el país sumido en una grave crisis política.
En enero de 2014, yihadistas del grupo Estado Islámico en Irak y Levante (EIIL) y miembros de tribus hostiles al gobierno tomaron el control de varias ciudades de Irak y el 29 de junio, la organización proclamó un «califato» que pasó a llamarse Estado Islámico (EI). Para entonces el EI controlaba entonces un tercio de Irak.
Con la ayuda de una coalición internacional dirigida por Washington, las fuerzas iraquíes lanzaron un contraofensiva y expulsan al EI de todos los centros urbanos. Las autoridades proclamaron la victoria contra esta organización terrorista en diciembre de 2017. Irán, que apoyaba al grupo paramilitar iraquí Hashd al Shaabi —clave en la lucha contra el EI—, se convirtió en un influyente aliado y socio comercial más importante de Irak y también su influencia en el país.
Pero el 1 de octubre de 2019, emerge un movimiento de protesta contra la corrupción, el desempleo y la escasez de servicios públicos, así como contra el gobierno y la influencia iraní. Desde ese momento, se registraron al menos 12 ataques contra bases militares iraquíes donde se encuentran desplegados militares estadounidenses. En total, son 5.200 los soldados de Estados Unidos presentes actualmente en territorio iraquí como parte de la coalición antiyihadista.
En el cruce de enfrentamientos entre Estados Unidos e Irán, el 27 de diciembre se produjeron lanzamientos de cohetes y proyectiles contra intereses estadounidenses en suelo iraquí lo que provocó la muerte de un contratista norteamericano. La reacción no se hizo esperar y generó un ataque norteamericano contra posiciones de algunos batallones de las milicias iraquíes en el oeste de Irak el día 29. En ese ataque, según la Multitud Popular fallecieron 25 de sus hombres y más de 50 resultaron heridos.
El hecho provocó a su vez que el 31 de diciembre seguidores de la milicia iraquí Multitud Popular —coalición formada principalmente por milicias chiítas proiraníes, que tiene el respaldo de Irán y que está integrada en el Estado iraquí— asaltaran la Embajada estadounidense en Bagdad, lo que pareció colmar la paciencia de la Casa Blanca que tiene como antecedente el episodio de Teherán en 1979.
Así fue que el 2 de enero Trump autorizó un ataque aéreo en Bagdad para matar al jefe militar más importante de Irán Qassem Soleimani. Trump justificó la acción en que tenían información de que Soleimani estaba preparando atentados contra objetivos estadounidenses, y que era mejor actuar para “parar una guerra”.
Soleimani ¿por qué era tan importante? Soleimani, era el hombre clave de la influencia iraní en Oriente Medio, donde reforzó el peso diplomático de Teherán, sobre todo en Irak y Siria, dos países donde Estados Unidos está implicado militarmente. Además era el comandante de los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de la república Islámica de Irán. Pero además en la región era una estrella superstar con miles de seguidores en Instagram y que gustaba aparecer en las tapas de las revistas.
Washington dijo que está comprometido con disminuir las tensiones luego del ataque aéreo que lanzó en Bagdad que mató a Soleimani. El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo dijo en Twitter que conversó con el ministro de Relaciones Exteriores de Reino Unido, Dominic Raab, y con el jefe de la cancillería china, Yang Jiechi, sobre la decisión del Pentágono de eliminar a Soleimani, quien estaba a cargo de las fuerzas Quds de elite iraníes.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dijo además que Estados Unidos tenía derecho a defenderse al referirse a la muerte del comandante iraní de alto rango Qassem Soleimani. «Qassem Soleimani es responsable por la muerte de ciudadanos estadounidenses y muchas otras personas inocentes. Él estaba planeando más ataques», añadió la declaración. «El presidente (Donald) Trump merece todo el crédito por actuar rápidamente, enérgicamente y con decisión. Israel está con Estados Unidos en su lucha justa por la paz, la seguridad y la autodefensa», agregó.
En tanto el ministro de Asuntos Exteriores catarí, Mohamed bin Abderrahman al Zani, viajó a Teherán para reunirse con su homólogo iraní, Mohamad Yavad Zarif para encontrar «una solución pacífica para reducir las tensiones».
El Gobierno iraquí y la máxima autoridad religiosa chií del país calificaron el ataque que Estados Unidos realizó como una «violación de la soberanía» de Irak.
En la plaza Tahrir de Bagdad, epicentro de las protestas contra el gobierno y su aliado iraní que sacuden el país desde hace más de tres meses, decenas se iraquíes expresaron su júbilo por la muerte del general Soleimani.
El presidente iraquí Barham Saleh instó a «todo el mundo a la moderación» mientras numerosos comandantes proiraníes instaron a «estar listos» para responder al ataque estadounidense.
El primer ministro saliente iraquí, Adel Abdel Mahdi, teme «una guerra devastadora en Irak», al mismo tiempo que el influyente líder chiita iraquí, Moqtada Sadr, anunció la reactivación de su milicia anti-EEUU, el Ejército de Mehdi, al ordenar a sus combatientes a «estar preparados».
El gran ayatolá Ali Sistani, figura tutelar de la política iraquí, consideró que el ataque estadounidense es «injustificado», mientras su representante en la ciudad santa chiita de Kerbala leyó el sermón denunciando «una violación flagrante de la soberanía iraquí» y centenas de fieles gritaron «No a Estados Unidos».
¿Es probable una guerra?
En las redes sociales el hashtag WWIII (tercera guerra mundial) se volvió tendencia. Irán prometió «una dura venganza en el lugar y el momento adecuados». El presidente iraní, Hasan Rohaní, advirtió este sábado a Estados Unidos de que las repercusiones por el asesinato del comandante de la Guardia Revolucionaria Qasem Soleimaní tendrán su eco en la región ahora y en los próximos años. «Los estadounidenses no se dieron cuenta del gran error que cometieron; los efectos de este error los verán no solo hoy sino a lo largo de los próximos años», subrayó Rohaní durante su visita a la familia de Soleimaní. Según Rohaní, el ataque «permanecerá en la historia de sus mayores crímenes inolvidables contra la nación de Irán».
El presidente destacó que Soleimaní «no era solo un comandante de guerra y un importante planificador de operaciones, sino que también era un político y un estratega excepcional y talentoso». Por ello, aseguró que «los jóvenes iraníes siguen y aman el camino» trazado por el comandante de la Fuerza Quds y que en Irán «se crearán si dios quiere decenas de generales Soleimaní». «Sin duda, si EE.UU. era odiado antes, hoy es mucho más odiado tanto entre la gente de Irán como la de Irak», agregó aludiendo a que también en el país vecino el general era muy influyente.
En medio del funeral miles de personas gritaban «¡Muerte a Estados Unidos!» en el barrio chiita de Kazimiya, en Bagdad, cuando acompañaban los féretros de los diez fallecidos.
Y la respuesta no tardó en llegar. Cinco días más tarde, Irán atacó con misiles bases de Estados Unidos y dijeron que eso era «solo una bofetada». «La presencia corrupta de EE. UU. debe terminar», dijo el guía supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei. A lo que Trump respondió: «¡Tenemos el Ejército más poderoso del mundo!», en clara advertencia.
La última vez que Estados Unidos fue a la guerra en el Medio Oriente fue en 2003 en Irak. Un informe de CNN sostiene que Estados Unidos superaría militarmente a Iran, pero el punto flojo sería la estabilidad y el costo para la economía global por el factor petróleo.