La Reserva Federal estadounidense ha cumplido con las expectativas y ha rebajado el precio del dinero hasta un rango objetivo de entre el 1,75% y el 2%
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de EEUU. AFP
Fuente: https://www.elmundo.es / Pablo Pardo
La Reserva Federal ha bajado por segunda vez en lo que va de año los tipos de interés, hasta dejarlos en una horquilla de entre 1,75% y 2%. La medida, que ya había sido descontada por el mercado, se debe, según ha explicado el banco central en un comunicado, tanto a la ralentización de la economía mundial como a la ausencia de presiones inflacionarias en Estados Unidos.
El instituto emisor está particularmente preocupado por la debilidad de la inversión empresarial, que se ha visto fuertemente dañada por la incertidumbre generada por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que ha hecho que las empresas aplacen sus decisiones de abrir nuevas plantas o expandir sus actividades.
El frenazo de la inversión también pone en cuestión la lógica de las bajadas de impuestos a las empresas llevada a cabo el año pasado, ya que, según sus defensores, esa reducción de la presión fiscal iba a dar más recursos a las compañías que los iban a destinar a inversión productiva. En vez de eso, ese dinero parece haberse ido a retribuir a los accionistas.
Junto con la caída de la inversión, hay otro problema en EEUU, según explica el comunicado de la Reserva Federal en el que ha anunciado su medida: el frenazo de las exportaciones. Es, de nuevo, un golpe a la política de Donald Trump, que ha hecho de la balanza comercial estadounidense uno de los ejes de su política económica. Trump también ha lanzado una ofensiva sin precedentes para obligar a la Reserva Federal a bajar tipos de interés e, incluso, a ponerlos en territorio negativo, pese a que la economía estadounidense no presenta los problemas de estancamiento y baja inflación de la UE o de Japón, donde esas medidas ya están en práctica. De hecho, la Fed descarta que haya riesgo de recesión en Estados Unidos, aunque sí de un crecimiento considerablemente menor en 2020.
En la práctica, sin embargo, la relajación monetaria no es tan intensa. Las dos bajadas han dejado el precio del dinero exactamente en el mismo nivel en el que estaba hace ahora un año.
La atención del mercado está centrada, más que en los tipos de interés, en la financiación a corto plazo de los bancos en un mercado que se basa en la toma de préstamos a corto plazo por las entidades a cambio de bonos del Tesoro, que ha entrado en una fase de tensión desconocida desde la crisis financiera de 2008.
La tasa de financiación de los bancos a corto plazo se ha disparado hasta el 8%, muy por encima de los tipos de interés oficiales de Estados Unidos, lo que ha forzado al banco central a inyectar al menos 128.000 millones de dólares (116.000 millones de euros) en el mercado. El repunte parece deberse a factores circunstanciales, pero es un recordatorio de que la expansión económica iniciada en 2009, y que ya es la más larga de la Historia de Estados Unidos, podría ser más frágil de lo que aparenta.
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