Tras 17 días de incendios forestales en Brasil, el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE, por su sigla en portugués) reportó 72,843 incendios hasta el 20 de agosto, esto representa un aumento de más de 80% en comparación con el mismo periodo del 2018. Del total, 52.5% (37,878) se registró en la región amazónica.

 

 

 

 

Fuente: https://www.eleconomista.com.mx / Nelly Toche


 

De acuerdo con fuentes locales, sólo en la última semana se han suscitado 9,507 incendios, que han convertido en ceniza millares incalculables de hectáreas de bosque.

 

 

 

 

Esto ha obligado a que algunos estados de la Amazonia (región de la parte central y septentrional de América del Sur), como Amazonas y Acre, ubicados en Brasil, hayan declarado situación de emergencia o alerta ambiental debido a que el humo ha multiplicado los riesgos a la salud como enfermedades respiratorias y la afectación del tránsito aéreo.

El bosque tropical amazónico es reconocido como una reserva que genera servicios ecológicos no sólo para los pueblos indígenas y las comunidades locales, sino también para el resto del mundo. Se trata del único bosque tropical que queda de ese tamaño y diversidad en la Tierra.

De acuerdo con datos de la NASA, en la región amazónica, los incendios son raros durante gran parte del año porque el clima húmedo les impide comenzar y propagarse. Sin embargo, en julio y agosto, la actividad generalmente aumenta debido a la llegada de la estación seca. Por lo general, la actividad alcanza su punto máximo a principios de septiembre y se detiene principalmente en noviembre.

De acuerdo con el INPE, los focos de incendio tan sólo en la última semana han afectado 68 áreas protegidas por ser reservas ambientales o indígenas, principalmente en la Amazonia.

Apenas en el mes de julio, México vivió un incendio similar en la Reserva de Sian Ka’an, situado en la Península de Yucatán; un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y conformado por tres Áreas Naturales Protegidas. En su momento, César Robles, subgerente del Centro Nacional de Control de Incendios Forestales de la Comisión Nacional Forestal, explicaba a esta publicación que los incendios forman parte de la dinámica de los ecosistemas y pueden ser una herramienta de manejo, pero también un factor de deterioro ambiental, según las condiciones en las que se presente.

Confirmaba que entre 98 y 99% de los incendios forestales son provocados por el ser humano. “Los ecosistemas de la región han sido afectados por la actividad humana en los últimos años. Esto constituye un factor que amenaza el equilibrio ecológico en la reserva de la biosfera, también algunas zonas han sido deforestadas para extraer de ellas especies maderables”.

deforestación y expansión agrícola, las causas

Lo anterior coincide con los especialistas que identifican lo ocurrido en la Amazonia como acción directa del hombre.

El director del Programa para Amazonia del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por su sigla en inglés), Ricardo Mello, aseguró que en la región de la Amazonia no existen procesos naturales que provoquen incendios, por lo tanto, el incremento es atribuible al hombre.

También la directora de ciencias del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (IPAM, por su sigla en inglés), Ane Alencar, dijo que “en el 2019, no hemos tenido sucesos climáticos que influyan en las sequías, como El Niño, éstos no están ocurriendo con fuerza”, por consiguiente, el clima no puede explicar el incremento de los incendios.

Agregó que los incendios se deben al aumento en la deforestación, provocada por granjeros para obtener tierras de cultivo. A esto se le suma la expansión de infraestructura vial y de la frontera agrícola y ganadera, el aumento de cultivos ilícitos y el tráfico de madera.

Hasta ahora, el gobierno del estado de Amazonas no ha podido confirmar si los incendios de este año provienen de la actividad agrícola o de la deforestación y han dicho que los datos oficiales de la agencia de investigación espacial de Brasil no se consolidarán hasta el 2020.

Por último, atendiendo a las cifras generales, la NASA asegura que a partir del 16 de agosto del 2019, las observaciones a través del satélite Aqua, indicaron que la actividad total de incendios en la cuenca del Amazonas fue ligeramente inferior al promedio en comparación con los últimos 15 años. Aunque la actividad ha estado por encima del promedio en Amazonas y Rondônia, para Mato Grosso y Pará ha estado por debajo del promedio.