La mayoría de nosotros concebiríamos unos días en Cancún como sinónimo de hoteles de lujo, playas paradisíacas y sol caribeño; sin embargo hay turistas estadounidenses que acuden a México para operarse una rodilla o un tumor.
El alto coste de las operaciones sanitarias en Estados Unidos y los altos estándares de calidad de muchas clínicas hacen que el turismo médico sea una buena opción para ahorrar costes.
A las empresas que asumen la cobertura médica de sus empleados les supone ahorrar un 50 %, incluso más, en los gastos de hospitalización e intervención quirúrgica de un paciente. De hecho, los empleados que eligen esta opción no tienen que pagar copagos ni asumir deducibles, es más, la compañía, cubre la intervención, les da 5.000 dólares y costea el viaje.
Sin embargo, hay ciertos riesgos que hacen que el incentivo financiero no sea suficiente para convencer a la mayoría. La molestia de los viajes, la posibilidad de que algo salga mal estando lejos de familiares y amigos o el problema de demandar algún error en un país extranjero son algunas de las cosas que tiran para atrás a la hora de elegir esta opción sanitaria.
En general, la percepción es que la atención sanitaria en el extranjero no tendrá los estándares de calidad que tiene en EEUU.
Viajar con tu médico
La compañía NASH (North American Specialty Hospital) ofrece un modelo que trata de salvar estos inconvenientes. Esta empresa organiza tratamientos en países extranjeros en los que el paciente viaja con un médico estadounidense a hospitales como el Galenia, en Cancún, que cuentan con la acreditación de Joint Commission International, organización que establece los estándares hospitalarios en EEUU.
Las intervenciones pueden ser un 50 % más baratas que en EEUU. Hospital Galenia
“En el pasado, el turismo médico básicamente era un salto a ciegas hacia un país lejano, a hospitales y médicos desconocidos con suministros desconocidos, a un lugar sin un seguro estadounidense de mala praxis médica”, dijo James Polsfut, director ejecutivo de NASH. “Estamos haciendo que la experiencia sea completamente diferente y eliminando toda la incertidumbre posible”, contó a The New York Times.
Mucho más barato
Una vez en México, en un hospital como Galenia, el cirujano estadounidense colabora con un homólogo mexicano y enfermeras locales. En este hospital, por ejemplo, un reemplazo de rodilla cuesta 12.000 dólares, mientras que en EEUU el precio es de 30.000 dólares o más, según cuenta Gabriela Flores Teón, directora del centro, a The New York Times. Pasar una noche serían 300 dólares en Galenia, significativamente más barato que los 2.000 dólares que costaría en un hospital estadounidense.
En los últimos 20 años, hospitales de todo el mundo han aumentado su oferta dirigida a los extranjeros. Galenia tiene una pestaña en su página principal en la que se lee «Turismo Médico». Ahí anuncian «un servicio de turismo médico con una atención eficaz y oportuna de primer mundo».
Aún así, quedan abiertas ciertas cuestiones como es el asegurar la continuidad de la atención médica al regreso, puesto que en estos hospitales tiene lugar la operación o intervención médica y su inmediata recuperación, pero el servicio ha de continuar en el país de origen.
«Ha sido una gran experiencia», dijo dos días después de la operación Donna Ferguson, que fue a hacerse un remplazo total de rodilla a Galenia, en Cancún. «Incluso si tuviera que pagar, volvería aquí simplemente porque es un nivel diferente de cuidado, te tratan como si fueras de la familia», contaba a The New York Times.