Los precios al consumidor de Estados Unidos anotaron un aumento generalizado en julio, aunque es poco probable que la lectura más robusta de inflación cambie las expectativas de recortes en la tasa de interés de la Reserva Federal el mes próximo basadas en el empeoramiento de las tensiones comerciales.
Sin embargo, el reporte del Gobierno emitido el martes podría reducir la probabilidad de que el banco central estadounidense recorte su tasa clave en 50 puntos porcentuales en su reunión de política monetaria, el 17 y 18 de septiembre.
El Departamento del Trabajo afirmó que su índice de precios al consumidor (IPC) sumó un 0,3% el mes pasado, debido en buena parte a alzas en los costos de los productos de energía y de una serie de otros productos.
El IPC había subido un 0,1% en los dos meses anteriores. En los 12 meses anteriores hasta julio, la inflación se situó en 1,8%, frente al 1,6% de junio. Economistas encuestados por Reuters habían previsto que el IPC ganaría 0,3% en julio y que marcaría una inflación interanual de 1,7%.
Excluyendo los componentes volátiles como energía y alimentos, la inflación subyacente de Estados Unidos alcanzó el 0,3% el mes pasado, el mismo nivel de junio.
Desde julio de 2018 a julio de 2019, el IPC subyacente marcó un alza de 2,2% tras el aumento de 2,1% de junio.
La Fed, que tiene una meta de inflación del 2%, sigue también de cerca un indicador subyacente de gastos y consumo personales (PCE) para ayudar a fijar su política monetaria. El PCE subyacente marcó un 1,6% interanual en junio y este año ha estado por debajo del objetivo.
Hasta el martes por la mañana, los mercados financieros tenían del todo incorporado un recorte de tasas de la Fed de 25 puntos base en septiembre, en vista de las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos que han generado fuertes temores por su impacto en la economía global.
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