El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, minimizó el martes la preocupación por la larga guerra comercial con China, mientras que Pekín advirtió de que la decisión de Washington de señalarlo como un manipulador de monedas llevará al caos a los mercados financieros.
El asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, habla con los miembros de los medios de comunicación de la Casa Blanca. 6 de agosto de 2019. REUTERS/Leah Millis
Trump, quien la semana pasada afirmó que impondría aranceles del 10% a productos importados de China por valor de 300.000 millones de dólares a partir del 1 de septiembre, dijo que las inversiones se estaban dirigiendo a la economía estadounidense y también prometió respaldar a los agricultores frente a las represalias chinas.
China detuvo las compras de productos agrícolas estadounidenses y amenazó con gravámenes adicionales para los productos.
“¡Enormes cantidades de dinero de China y otras partes del mundo están llegando a Estados Unidos por razones de seguridad, inversión, y tasas de interés!”, tuiteó Trump. “Estamos en una posición muy sólida”.
Escalando la presión sobre China, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció el lunes que determinó por primera vez desde 1994 que Pekín manipulaba su moneda.
La medida se tomó después de que China dejó que el yuan se debilitara más allá de las 7 unidades por dólar por primera vez en más de una década, sacudiendo a los mercados financieros y reduciendo las expectativas de un fin de la guerra comercial que supera el año de duración.
Wall Street registró el lunes su peor día de 2019. El martes, los principales índices del mercado subían.
DESORDEN FINANCIERO
El banco central chino dijo el martes que la medida cambiaria de Washington “dañaría severamente el orden financiero internacional y causaría caos en los mercados financieros”, al tiempo que evitaría una recuperación económica mundial.
China “no ha usado y no usará el tipo de cambio como una herramienta para lidiar con las disputas comerciales”, dijo en un comunicado el Banco Popular de China en la primera respuesta oficial del país a la decisión estadounidense.
“China aconseja a Estados Unidos que frene antes del precipicio, que sea consciente de sus errores y que regrese del camino equivocado”, afirmó.
El gobierno estadounidense quiere continuar las conversaciones comerciales con China y aún planea recibir a una delegación de Pekín para nuevas negociaciones en septiembre, dijo el asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow.
El asesor afirmó también que la economía estadounidense se encontraba en buen pie y dijo que no veía una recesión mundial en el horizonte, pese al creciente temor a que el enfrentamiento comercial desacelere la actividad global de manufacturas.
La disputa entre ambos países ya ha escalado más allá de la imposición de aranceles recíprocos.
En una señal de un deterioro mayor en los lazos, el Ministerio de Comercio chino anunció el lunes que sus empresas dejaron de comprar productos agrícolas estadounidenses en respuesta a las últimas amenazas sobre aranceles de Washington.
Reporte de Winni Zhou y David Stanway en Shanghái, Cheng Leng y Yawen Chen en Pekín, Susan Heavey, Tim Ahmann, Howard Schneider y Mohammad Zargham, Escrito por Andrea Shalal en Washington, Editado en Español por Manuel Farías