El escándalo de los centros de detención de inmigrantes azota Estados Unidos
Congresistas demócratas denuncian el horror que sufren los retenidos, incluidos niños
Protesta en Nueva York tras conocerse los detalles de los centros de detención de migrantesSHANNON STAPLETON | REUTERS
La visita de un grupo de congresistas demócratas a dos centros de detención en El Paso (Texas) ha sacado a la luz los horrores de la política antimigración de Donal Trump. El relato de los legisladores es devastador. Mujeres detenidas sin agua corriente, niños separados de sus padres que duermen sobre el cemento y denuncias del trato vejatorio por parte de los agentes de fronteras, entre otras denuncias.
Antes de su visita, la congresista de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez ya advirtió de lo que se iban a encontrar. «EE.UU. dirige campos de concentración en la frontera sur», dijo el jueves en Instagram. La realidad que presenciaron el lunes no se aleja mucho.
A pesar de que los agentes les retiraron los móviles y controlaron sus movimientos, Cortez tuvo la ocasión de hablar con un grupo de mujeres que denunciaron la «guerra psicológica» a la que están sometidas. «Les dicen que beban del váter», escribió en Twitter. La congresista por Massachusetts Aryanna Presley comprobó al abrir el grifo de una de las celdas que de allí no salía nada. Estas descripciones se vieron reforzadas por unas fotografías aéreas publicadas por Reuters del patio del centro de detención en McAllen (Texas) con cientos de inmigrantes hacinados entre basura a más de 30 grados.
La indignación recorre EE.UU. en la semana de la fiesta nacional del 4 de julio en lo que muchos califican de «crisis moral» de la primera democracia del mundo. La crueldad de los agentes de fronteras quedó también al descubierto con la revelación por ProPublica de una grupo de Facebook donde cerca de 9.500 miembros publican comentarios despectivos contra los inmigrantes y los congresistas demócratas.
Cerca de 700 menores retenidos
«El país entero debería estar indignado», declaró la congresista demócrata Norma Torras a la NBC. Torras explicó que durante la visita al centro de detención de Clinton (Texas), un niño de corta edad se acercó al cristal que le separaba para llamar su atención mientras decía «papá, papá». Cerca de 700 menores de edad se encuentran retenidos allí en grupos de 10 a 15 niños por celda sin muebles, sin acceso a las necesidades básicas y cuidándose unos a otros.
Una situación confirmada por una niña de 12 años que acaba de ser liberada tras pasar dos semanas en el centro con su hermana de seis años. «Nos tratan mal», dijo en un video publicado el lunes por Associated Press, donde explicó que muchos de los niños no se bañan ni se alimentan porque la comida «sabe mal». Esta avalancha de evidencias no ablandó a Trump. El lunes por la noche anunció que tras el Día de la Independencia comenzarán las redadas migratorias.
«A las detenidas les dicen que beban del váter», aseguró Ocasio-Cortez a través de TwitterLos agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés) planean detener a unas 2.000 familias de ilegales en Nueva York, Miami, Houston, Los Ángeles, San Francisco, Chicago, Atlanta, Baltimore y Denver. La líder demócrata, Nancy Pelosi, pidió a Trump la suspensión de estas operaciones «sin corazón» por el «terror» que inyectarán entre las comunidades migrantes. Los grupos de activistas se concentraron ayer en 170 puntos del país para pedir el cierre de los centros de detención y expresar su repudio a las duras políticas migratorias del presidente.
Human Rights Watch denuncia la violencia que padecen los solicitantes de asilo devueltos tras el acuerdo con México
CARLOS PÉREZ CRUZ
La oenegé pide el fin de esta política y aporta los testimonios de varios solicitantes de asilo que han sufrido diversos abusos
Secuestrados, extorsionados, violados, sin techo que los cobije. Es la aterradora experiencia que, según Human Rights Watch (HRW), viven muchos solicitantes de asilo en EE.UU. obligados a esperar en México la resolución de sus casos en los tribunales estadounidenses. En un informe publicado ayer, HRW pide a la Administración Trump que detenga una práctica iniciada de forma unilateral por Washington y que se amplió, con el beneplácito del Gobierno de López Obrador, tras el acuerdo firmado entre ambos países el 7 de junio.
«El Gobierno estadounidense ha fomentado la peligrosa fantasía de que los solicitantes de asilo, enviados de regreso a México, tendrán acceso a trabajo y albergue y una oportunidad justa ante los tribunales de inmigración estadounidenses», explicó Clara Long, investigadora de HRW y una de las autoras del informe. «La realidad es que los funcionarios fronterizos estadounidenses están abandonando a madres con niños pequeños y otros migrantes vulnerables en ciudades fronterizas de México donde su seguridad está en riesgo». Desde la entrada en práctica del programa Permanezca en México, los agentes fronterizos no están obligados a preguntar a quienes piden asilo si tienen motivos para temer ser devueltos a México.