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Trump aprovechó los mensajes para decir que la acción estaría a cargo del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
«La próxima semana, ICE comenzará el proceso de remover a los millones de extranjeros ilegales que ilícitamente han encontrado su camino hacia Estados Unidos. Los expulsaremos tan pronto como llegan», escribió Trump.
Los mensajes de Trump llegan cuando se prepara para lanzar su campaña para la reelección presidencial. Ha dicho que se tratará de un «gran mitin» en Orlando, Florida, el martes por la noche. Explicó previamente en otro mensaje en Twitter que el evento contará con pantallas gigantes para alcanzar a miles de asistentes.
«Nuestro país lo está haciendo muy bien, mucho más allá de lo que los enemigos y perdedores creían posible, ¡y solo mejorará!», escribió Trump.
Se espera que la inmigración sea un tema central de la campaña de reelección de Trump, que el mandatario empleará con frecuencia para movilizar a sus bases en la campaña para 2020.
La agencia AP informó que la campaña se centrará en más de un millón de personas que recibieron órdenes definitivas de deportación de jueces federales pero siguen libres en el país, según una fuente del gobierno. El funcionario habló bajo condición de anonimato para explicar los tuits del presidente.
Por regla, no es habitual que las agencias de seguridad anuncien redadas antes de realizarlas. Algunos miembros del gobierno de Trump creen que las demostraciones de fuerza, como arrestos masivos, pueden servir como disuasorios efectivos, enviando un mensaje a los que se plantean hacer el viaje a Estados Unidos de que no merece la pena.
Detener el flujo migratorio es fundamental para Trump, que hasta amenazó a México con imponer aranceles a sus productos en caso de que no detuvieran la migración. Un acuerdo entre ambos países impidió que la medida se implementara.
México por su lado, aceptó desplegar a su guardia nacional y aumentar los esfuerzos de coordinación y control de migración.
Hace tres semanas llegaban unos 4.200 migrantes diarios a la frontera de Estados Unidos, una cifra que ahora ha bajado a unas 2.600 personas, según un alto cargo del gobierno mexicano.