El cuerpo militar de élite creado por el presidente Andrés Manuel López Obrador intensificó los controles este 16 de junio, en la frontera entre México y Guatemala, para frenar el flujo de migrantes hacia Estados Unidos.
Por carreteras, veredas y otros caminos, la Guardia Nacional de México opera en busca de personas indocumentadas.
Las requisas y revisiones a vehículos y transeúntes ocurren principalmente en comunidades fronterizas como Carmen Xhán, El Jocote, Frontera Comalapa, Motozintla y La Trinitaria, las cuales corresponden al estado Chiapas, sur del país, en la zona limítrofe con Guatemala.
La orden que tienen los uniformados, por parte del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es detener a toda persona que no cuente con documentos legales para permanecer en México.
Quienes no pudieron sustentar su permanencia en territorio mexicano quedaron bajo el poder de agentes del Instituto Nacional de Migración.
Los operativos se extienden por lugares ya identificados por las autoridades, como sitios de paso de autos y camiones con centroamericanos indocumentados a bordo, en su ruta para tratar de llegar a territorio estadounidense.
Estas acciones de las autoridades mexicanas se dan en respuesta a la presión del gobierno de Donald Trump para frenar el flujo de personas que pretenden pedir asilo en su país.
Cerca de 800 migrantes fueron detenidos en medio de la presión de EE. UU.
El Instituto Nacional de Migración informó que el sábado 15 de junio fueron detenidos 791 ciudadanos extranjeros e indocumentados, mientras se transportaban hacinados en cuatro camiones, por Acayucan, Veracruz, oriente del país.
Un video grabado por las autoridades mostró que entre los centroamericanos hallados se encontraban mujeres y niños.
El 7 de junio, Washington y Ciudad de México llegaron a un acuerdo en el que la administración de Andrés Manuel López Obrador se comprometió a reforzar sus controles migratorios y a ampliar el programa que obliga a quienes solicitan asilo en Estados Unidos a esperar la respuesta en México.
Además, acordó el despliegue de 6.000 soldados en la frontera sur, lo que significó, desde el pasado 11 de junio, el estreno de la Guardia Nacional, conformada por miembros de la Policía Federal, Naval y Militar fuerza armada creada por López Obrador.
Si las medidas no tienen éxito en un término de 45 días, la administración de López Obrado se habría comprometido también a ser “un tercer país seguro”, es decir, que los migrantes que pasaron por México deberán pedir el estatus de refugiado en ese país, en vez de asilo en Estados Unidos.
A cambio, Washington suspendió, por ahora, la imposición de aranceles a productos mexicanos, algo considerado como una victoria política del mandatario estadounidense.
Pero el jefe de estado mexicano asegura que su intención es no caer “en la trampa de la confrontación”. “Nosotros no queremos la guerra comercial con Estados Unidos”, dijo López Obrador el sábado 15 de junio, durante su visita al estado fronterizo de Chihuahua.
Aumenta el número de regresados desde Estados Unidos hacia México
En Ciudad Juárez, Enrique Valenzuela, coordinador general del Consejo Estatal de Población y Atención a Migrantes, señaló que en los últimos días se duplicó el número de migrantes que son regresados desde territorio estadounidense hacia México.
El acuerdo binacional sobre el Protocolo de Protección a Migrantes que comenzó el pasado 26 de marzo en Ciudad Juárez y Mexicali incluía únicamente a migrantes de Centroamérica y tenía un límite de 100 deportados al día, pero desde el 13 de junio comenzó a aumentar a 200 personas, según aseguró Valenzuela.
Agregó que entre los retornados ya no son sólo personas provenientes de América Central.
“Para todas las personas de países hispanoparlantes, ya no es nada más para gente de Centroamérica, Guatemala, Nicaragua y El Salvador. Ya el día de ayer, por ejemplo, entre los retornados hay gente de nacionalidad cubana y venezolana, sabemos que va a seguir incrementando el número”, dijo Valenzuela a Reuters.
Josefa Martínez, una salvadoreña afectada, aseguró que los migrantes retornados son abandonados a su suerte. “Lo mandan a uno y lo sacan a la calle sin dinero, tienen uno que buscar donde dormir o en los parques quedarse con la gente que viene, porque es mentira que te ayudan cuando te sacan de migración”, dijo Martínez.
Está previsto que el despliegue de los 6.000 militares en la frontera, prometidos por México, se complete el 18 de junio, según la cancillería.
Pero los fuertes controles no desalientan a los centroamericanos, pues varios han replanteado su estrategia para llegar a Estados Unidos, buscando cruzar el río Suchiate, entre México y Guatemala, para evitar los operativos.