Barr y Mueller intercambian ataques sobre informe en EEUU
El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, afirmó el 18 de abril de 2019 que no hay “pruebas suficientes” de que el presidente, Donald Trump, obstruyera la justicia en el contexto de la investigación sobre la trama rusa
Las tensiones personales entre altos funcionarios del Departamento de Justicia y el equipo del fiscal especial Robert Mueller salieron a relucir el miércoles cuando el secretario de Justicia, William Barr, rechazó los reclamos “malhumorados” de Mueller a la manera como manejó el informe sobre la investigación a la posible colusión entre la campaña del presidente Donald Trump y Rusia.
En su primer testimonio desde la difusión del informe de Mueller, Barr enfrentó las preguntas incisivas de senadores demócratas que lo acusaron de hacer declaraciones engañosas y parecer a veces protector de Trump en su papel de máximo representante de la ley en el país.
Las diferencias avivaron las afirmaciones de que Barr manipuló las conclusiones de Mueller a favor de Trump y minimizó la gravedad de la conducta del mandatario. La disputa con toda seguridad persistirá, ya que los demócratas buscan conceder a Mueller la oportunidad de que responda personalmente este mes al testimonio del secretario de Justicia.
Barr informó por separado a la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Representantes que no acudiría a su comparecencia prevista para el jueves debido a la insistencia del panel de que lo interroguen abogados y legisladores de la comisión. Esa negativa abre la posibilidad de que Barr enfrente una acusación de desacato al Congreso.
En la sesión del miércoles de la Comisión de Asuntos Jurídicos del Senado, Barr se dijo sorprendido de que Mueller no señalara en alguna conclusión si Trump intentó obstruir la justicia, y que él se sintió obligado a emitir su propio juicio de que el presidente no había cometido delito alguno.
“No estoy seguro de su razonamiento”, declaró Barr en referencia al análisis de Mueller sobre la obstrucción, en el que ni se acusó ni se exoneró al mandatario de delito alguno. Si Mueller consideró que no debía hacer una decisión en cuanto a presentar cargos, “entonces no debió haber investigado. Era hora de parar”, agregó.
Barr también estaba preocupado por una carta que Mueller, su viejo amigo, le envió el mes pasado para quejarse de que el secretario de Justicia no había presentado en forma adecuada las conclusiones del fiscal especial en un sumario de cuatro páginas que sintetizaba el informe. El secretario de Justicia dijo que la carta tenía un tono “un poco malhumorado”.
“Yo dije ‘Bob, ¿qué pasa con la carta? Levanta el teléfono y llámame si hay algún problema’”, declaró Barr.
La ventilación de los desavenencias fue más que impactante porque parecía que el Departamento de Justicia y el equipo de Mueller compartían el mismo enfoque durante la mayor parte de los dos años que duró la investigación sobre la posible colusión entre el equipo de campaña de Trump y Rusia en el proceso electoral de 2016.
La revelación de que Mueller, que mantuvo el hermetismo durante la investigación, se inquietó lo suficiente para enviar una carta a Barr —que podía salir al público y fue lo que sucedió— dio a sus palabras credibilidad adicional frente a los demócratas, que acusaron al secretario de Justicia de haber mentido bajo juramento el mes pasado cuando negó que el equipo de Mueller estuviera insatisfecho con la manera como fue descrito su trabajo.
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