Llevar indocumentados a EEUU, un negocio multimillonario ilegal que no disminuye con las caravanas
Un informe solicitado por el Departamento de Seguridad Nacional calculó los ingresos de los ‘coyotes’ entre 200 y 2,300 millones en 2017, una cifra que los autores del reporte creen que podría multiplicarse este año. Si al gobierno le interesa atajar el problema, le recomiendan ser más sistemático a la hora de procesar a los migrantes que llegan.
Fuente: https://www.univision.com / Lorena Arroyo
No es nada nuevo pero cada vez genera más beneficios: llevar a migrantes indocumentados a Estados Unidos es un negocio ilegal multimillonario que, según varios expertos consultados por Univision Noticias, no está decreciendo con las caravanas de migrantesy por el contrario, sí está alimentando el incremento de la seguridad en la frontera y la actividad de los carteles.
Según un estudio recién publicado por Rand Corporation a pedido del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), se estima que el coyotaje generó entre 200 y 2,300 millones de dólares en 2017, un amplio rango que, según sus autores, se debe a la incertidumbre en los tres factores a considerar para hacer la proyección: el número de migrantes que llegan a Estados Unidos indocumentados (los que son aprehendidos por la Patrulla Fronteriza y los que no), cuántos de ellos usan ‘coyotes’ y cuánto pagan quienes recurren a ellos
«Nos llamó la atención la fluidez de los grupos que participan en la movilización de la gente», le dijo a Univision Noticias el investigador argentino Blas Núñez-Neto, uno de los autores del estudio. «Hay grupos muy organizados que ofrecen servicios ‘end to end’ (de punto a punto), que coordinan todo el viaje de un migrante. También hay muchos grupos que participan en algún sector de la ruta (…) y los migrantes en realidad tienen un montón de diferentes opciones para hacer el viaje más caras o más baratas».
El informe, que se hizo con los datos del DHS y de las Encuestas de Migración de la Frontera Norte y Sur (Emif) del Colegio de la Frontera Norte (Colef), trata de ofrecer luz sobre las características de un negocio al que recurren cientos de miles de centroamericanos cada año en su intento de migrar en su búsqueda de una vida mejor y recomienda al gobierno que, si realmente quiere saber el volumen del negocio que mueven los ‘coyotes’, la Patrulla Fronteriza debe ser más sistemática a la hora de hacer sus entrevistas a los migrantes cuando los detiene.
Y aunque, como muestra el estudio, es difícil establecer cuánto mueve este negocio por su naturaleza, nadie parece dudar que se trata de una actividad lucrativa y para la que los ‘coyotes’ se han ido especializando. Univision Noticias habló con los autores del informe y consultó a varios expertos sobre las características de esta actividad ilegal.
Un negocio más caro y «profesionalizado»
«Es un hecho que ha habido un incremento en los costos para cruzar migrantes de manera irregular a Estados Unidos», asegura Oscar Misael Hernández, un investigador del Colef que lleva años haciendo entrevistas a migrantes y ‘coyotes’ para analizar estas redes y que define lo que ganan como «cantidades estratosféricas».
Entre los factores que han hecho subir los precios del negocio, explica, está el incremento de los riesgos de la migración por la actividad creciente de los grupos criminales, pero también al aumento de la vigilancia en la frontera entre Estados Unidos y México.
Según la información de su organización, un migrante centroamericano puede pagar en torno a 7,000 dólares para llegar a Estados Unidos, mientras que los ‘coyotes’ han duplicado sus tarifas en los últimos años para cruzar la frontera de 1,000 a 2,000 dólares.
Además, el Colef ha observado que el sistema de coyotaje es cada vez más profesionalizado. «Ya no hablamos de coyotes novatos, sino de gente que tiene mucha experiencia, conoce las rutas y los sistemas normativos y legales en materia de política migratoria: se documentan y se informan», afirma Hernández.
El investigador también apunta que se trata de una actividad cada vez más diversificada, con diferentes actores que van desde los reclutadores de migrantes hasta los guías que los reciben una vez en territorio estadounidense, y de un trabajo transnacional por los vínculos entre México, Centroamérica y el sur de Estados Unidos.
En sus entrevistas con los actores implicados en el negocio, Hernández ha identificado además diferentes tipos de paquetes que pagan los migrantes: desde los que lo hacen simplemente para cruzar el Río Bravo (Río Grande en Estados Unidos), hasta quienes pagan precios más altos para cruzar a través de puentes internacionales con documentos falsos. «También hay paquetes de emergencia si algún migrante tiene prisa por cruzar para encontrarse con algún familiar. O si alguien quiere cruzar a una persona enferma, una mujer embarazada o un discapacitado. En esos casos los costos incrementan porque el riesgo es mayor», explica el investigador del Colef.
Las caravanas no le quitan el trabajo a los ‘coyotes’
Por su parte, el director ejecutivo de Latino Resource and Justice Center ‘Carecen’, Abel Núñez, también apunta que los migrantes salvadoreños pueden llegar pagar de 8,000 a 10,000 dólares, unos precios que indican que «no es la gente pobre la que está usando los ‘coyotes'»: «En realidad es la gente de clase media que tiene bienes, terrenos o que tiene acceso a la capacidad de solicitar préstamos o que tienen personas en este país que puede financiar la trayectoria», explica.
Por el contrario, para quienes huyen de la violencia y la pobreza y no tienen dinero para pagar a un ‘coyote’, en los últimos meses se ha abierto una nueva opción de viajar de manera más segura a Estados Unidos con las llamadas caravanas.
Es lo que Oscar Misael Hernández del Colef llama el «nuevo rostro de la migración en tránsito por México». Al ser custodiados por agentes federales mexicanos y ONGs, los migrantes se garantizan en cierto modo la seguridad y omiten el pago del ‘coyote’.
Sin embargo, los analistas coinciden en que esto no significa que los ‘coyotes’ hayan dejado de trabajar. «El presidente (Donald Trump) se está enfocando mucho en las caravanas pero la industria de los ‘coyotes’ sigue y hasta puede que más fuerte», asegura Abel Núñez de Carecen. «La industria de los ‘coyotes’ está moviendo a la población centroamericana que desea venir a este país y va a seguir porque las condiciones en los países de origen no han cambiado».
Un «beneficio redondo» para los carteles
Núñez Neto, de Rand Corporation, también prevé un aumento en los ingresos de los ‘coyotes’ este año por el despunte en el número de migrantes indocumentados que se calcula que lleguen este año a Estados Unidos que, según la Patrulla Fronteriza, podría superar el millón.
Su organización hizo el informe sobre los ingresos de los ‘coyotes’ a pedido del Departamento de Estado en su búsqueda de respuestas sobre el volumen del negocio que mueve esa actividad y qué porcentaje de esos ingresos acaba en los bolsillos de organizaciones criminales transnacionales.
Según Núñez Neto, la participación de los carteles en el negocio de los ‘coyotes’ tiene que ver con los impuestos que cobran a los migrantes para operar en los terrenos que ocupan. Es lo que se llama el ‘piso’ o derecho de paso que su estudio estima que alcanzó entre los 30 millones y 180 millones de dólares en 2017.
«Para los carteles esto es solo una fracción de sus ingresos, pero para ellos es muy fácil y cómoda: ocupan el espacio y recaudan el impuesto. No se arriesgan mucho. Es un beneficio bastante redondo para ellos», afirma.
Además, los autores del informe creen que esos grupos organizados pueden tratar de usar el cruce de los indocumentados para desviar la atención de las autoridades fronterizas de otras actividades ilícitas como el tráfico de drogas y que también pueden tratar de reclutar o coaccionar a los migrantes para transportarlas.
´Hernández coincide en que el sistema de coyotaje ha pasado en los últimos años de ser independiente a estar «subordinado a grupos delictivos que les cobran por hacer su trabajo».
No obstante, advierte que al comisionar un informe con este tipo de datos, el gobierno puede tener fines políticos. «Yo creo que por un lado se están publicando para evidenciar el supuesto riesgo de seguridad nacional que significa la migración en tránsito o irregular. Pero por supuesto que se trata de una forma de presión política en la dinámica congresista interna que hay en EEUU» afirma.
«Si bien es una cantidad estratosférica la que mueven los ‘coyotes’, no hay que criminalizar a los migrantes sino al coyotaje y a todos los problemas que se derivan del proceso de securitización de la frontera. Yo pienso que se ha politizado bastante, se ha criminalizado bastante a los migrantes», lamenta.
*El periodista Pablo Gato colaboró en la elaboración de este artículo.