“En Venezuela no se consigue absolutamente nada. No hay ni harina para hacer la tradicional arepa venezolana. No se consiguen el aceite, la mantequilla… los insumos básicos de la cocina criolla escasean demasiado. Cuando se consiguen, es a unos precios extremadamente altos, porque pasan por las manos de los revendedores.
Más de 20.000 venezolanos cruzan diariamente a Cúcuta, la primera ciudad colombiana tras la frontera, para comprar lo que no encuentran en su país o les resulta muy caro debido a la crisis económica.
Fuente: https://eltorotv.com
Se ha convertido en una locura”, comenta Marco Antonio Rosales, uno de los miles que cruza cada día al país vecino, tanto para comprar como para llevar a su hija al colegio, ante la falta de profesores en su lado de la frontera.
Rosales, propietario de un taller de confección, cuya producción ha disminuido drásticamente por la crisis económica que vive Venezuela, se mueve con agilidad en las intrincadas callejuelas de los mercados colombianos que se han erigido junto a los puentes fronterizos.
El lugar es un hervidero de personas a mediodía. La mayoría son venezolanos. Buscan alimentos, y también medicinas. Nada más cruzar el puente, aparecen varias personas ofreciendo acetaminofén y pañales, dos de los insumos básicos más reclamados por los venezolanos.
Los locales del mercado invaden la calle para mostrar su mercancía. Abundan también productos perecederos como frutas, hortalizas, o carnes.
“La moneda venezolana ha sufrido una devaluación gigantesca, aparte de los ocho ceros que le han quitado en dos oportunidades, y para el venezolano es más rentable venir aquí a Colombia y comprar los alimentos”, explica Rosales a Europa Press.
Los precios en Venezuela aumentaron 1.698.000 por ciento en 2018, según los datos de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, ante la ausencia de datos del Banco Central. El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica una inflación de 10.000.000 por ciento para 2019.
La moneda nacional, el bolívar, continuará devaluándose. “Aquí en la frontera ya no te reciben bolívares en ningún sitio. Vas a una bodeguita a comprar cualquier cosita y ya es en pesos colombianos. Las economías tienden a regularse ellas solas, y aquí el peso colombiano ha sustituido al bolívar, porque ya era imposible comercializar cualquier producto en moneda nacional”, señala Rosales, que paga a sus empleados en pesos colombianos y realiza todas sus operaciones comerciales en dicha divisa, a pesar de producir en Venezuela.
El salario mínimo da para un kilo de carne
“Un venezolano que viva en Venezuela con un salario mínimo venezolano no sé cómo hará. Tendrá que ser un mago, porque ese sueldo no te alcanza sino para comprar un kilo de carne. No da para más”, dice el comerciante.
“Los habitantes de frontera nos hemos trasladado al mercado colombiano y buscado empleo en Colombia. Aquí en Cúcuta, básicamente hay mucho venezolano y obrero que vino a trabajar aquí y así más o menos está solventando las penurias que estamos viviendo”, añade Rosales.
La actividad de los cambistas fronterizos es frenética. En el Puente Francisco de Paula Santander, varias mesas de madera o plástico se disponen en fila. Sobre ellas, varios fajos de la devaluada moneda venezolana.
“Todas las mesas estamos repletas de plata. Ya la gente no quiere irse para Venezuela con bolívares, sino con pesos colombianos, apunta Mónica Tovar, una de las cambistas, que dejó en Venezuela su empleo como docente al no ganar lo suficiente para sostenerse económicamente.
“Nicolás Maduro nos acusa de devaluar el bolívar artificialmente. Dice que por eso está tan escaso. Que es nuestra culpa. Pero la realidad es que ni el bolívar ni el salario mínimo valen nada. Aquí en Colombia los precios son más estables”, comenta.
El Gobierno de Nicolás Maduro culpa de la hiperinflación a la especulación empresarial. Asegura estar siendo víctima de una guerra económica planeada desde Washington.
La oposición, en cambio, culpa de la hiperinflación y la escasez al modelo de controles establecido por el oficialismo y denuncia que en Venezuela no es rentable producir. Maduro también acusa del incremento de precios a las personas que envían a Venezuela productos comprados en Colombia.
‘En Venezuela no se produce nada’
Rafael Jaimes es un comerciante venezolanos que adquiere en Colombia insumos como pañales o productos de aseo, y los envía a Venezuela, donde escasean. “La gente lo que más necesita es pañales. Tiene el dinero, pero no consigue los productos. No hay producción de nada, no hay empresa privada. Es un país en abandono”, comenta.
“En el trayecto, el producto se encarece. Va metido el gasto del envío, más el gasto de la ganancia mía”, expone Jaimes. Asegura estar haciendo lo que el Gobierno ya realizaba con anterioridad. “Maduro enseñó a la sociedad cómo era el juego. Ahora todo el mundo participa. Ya el monopolio se acabó. No es sólo de ellos. Como no hay producto, cualquiera puede venir, comprar, enviar, y ganarse un dinero. Ya ellos no son los únicos que venden”, explica el comerciante.
Quienes sí reconocen que les va mejor son los empresarios colombianos de la frontera. “Esta era antes una zona muy muerta. No se vendía casi. Era una zona que no tenía nada de producción. La situación ha favorecido. Se han montado más negocios, y hay más supermercados”, admite Andrés Jaimes, comerciante del Puente Francisco de Paula Santander.
El Gobierno venezolano ha creado varios programas para detener la hiperinflación, entre ellos la puesta en marcha de una moneda digital, el petro, respaldada por las reservas petroleras del país, pero sin éxito aparente hasta ahora.