La BBC visitó la nueva zona franca creada por el flamante presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y habló con los locales sobre el impacto que podría tener.
Fuente: https://eldiariony.com
Mientras que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se mantiene firme en su insistencia de construir un muro a lo largo de la frontera entre su país y México, el nuevo presidente mexicano busca que menos de sus compatriotas sientan la necesidad de emigrar en primer lugar.
Para lograrlo, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha lanzado una nueva iniciativa para impulsar las economíasde los pueblos y las ciudades a lo largo del lado mexicano de la frontera.
La esperanza es que las empresas crezcan y empleen a más personas, aumentando la prosperidad.
Pero, ¿cuáles son los detalles de la nueva “zona libre” o esquema de zona franca, y funcionará?
Es mediodía en el Hotel La Villa de Zaragoza, en el centro de Tijuana, la ciudad mexicana que se encuentra al otro lado de la frontera con San Diego, California.
El chef Gerardo Santos Gonzales y la camarera Patricia Olvera Martínez están comenzando su bien conocida rutina de servir almuerzo.
Él fríe un poco de orégano en una sartén sobre una llama de gas, mientras ella toma los primeros pedidos en el restaurante. Las salsas recién hechas y las tortillas de maíz están listas para ser consumidas.
“La nueva zona libre debería ayudar a la gente aquí a conseguir trabajo”, dice Gerardo. “Podría transformar las vidas de los mexicanos aquí… y sí, algunos no sentirán la necesidad de buscar trabajo en EE.UU.“.
El esquema de zona franca se introdujo el mes pasado después de que López Obrador lo anunciara a finales del año pasado.
Aplica a toda la zona de la frontera entre EE.UU. y México, que tiene una longitud total de 3.180 km, y se extiende por un ancho de 25 km. Allí el impuesto a las ventas se ha reducido a la mitad: del 16% al 8%.
Al mismo tiempo, los impuestos a la renta se redujeron del 30% al 20% y el salario mínimo se duplicó a 176,20 pesos mexicanos (US$9,24) por día.
Además, los precios del combustible en la zona se han reducido al mismo nivel que en EE.UU.
El presidente López Obrador, que es de izquierda, espera que, además de reducir la emigración a EE.UU., la iniciativa aliente a más empresas estadounidenses a invertir en empresas mexicanas y, por lo tanto, a impulsar los vínculos comerciales transfronterizos.
“Es un proyecto muy importante para ganar inversiones, crear empleos y aprovechar la fortaleza económica de EE.UU.”, señaló el mandatario.
AMLO -quien asumió el 1 de diciembre de 2018- diseñó el plan de la “zona libre” para fortalecer económicamente a la región fronteriza de México.
Adrián Valdés, un joven empresario de Tijuana, dice que tiene esperanzas de que el plan realmente dé un impulso a las empresas en la zona fronteriza.
“En este momento importamos muchos productos terminados y no estamos produciendo según nuestro potencial”, asegura.
Valdés, dueño de una consultora que asesorara a las empresas sobre cómo reducir su impacto ambiental, agrega que es vital que se conserve más conocimiento, talento y producción del lado mexicano de la frontera.
El esquema de zona franca se implementó poco después de que México, EE.UU. y Canadá firmaran un nuevo acuerdo comercial en noviembre pasado.
Costos salariales
Nikia Clarke, de la Corporación de Desarrollo Económico Regional de San Diego, dice que la nueva iniciativa del gobierno mexicano brinda “claridad adicional sobre la producción transfronteriza en la relación entre EE.UU. y México”.
Sin embargo, advierte que aún no está claro “cómo el aumento del salario mínimo afectará los balances de muchas empresas que operan al sur de la frontera, que podrían haberse instalado allí por cuestiones de costos, o si el recorte del impuesto sobre la renta moderará (ese gasto extra)”.
Las empresas dentro de la “zona libre” tendrán que duplicar el salario mínimo de sus trabajadores, pero tendrán ventajas impositivas.
Más allá de esto, Clarke señala que “un desarrollo económico fuerte en la región fronteriza es bueno para México; a la larga probablemente ayude con algunos de los desafíos de la migración y de esa manera también es bueno para EE.UU.“.
Entre la comunidad empresarial mexicana en general, también existe preocupación por la duplicación del salario mínimo dentro de la zona fronteriza.
Carlos Castañeda dirige la cámara de comercio local, o “Canaco”, en Ciudad Juárez, que se encuentra al otro lado del río Bravo, frente a la ciudad texana de El Paso.
Teme que el problema salarial ahora se convierta en “una lucha entre una empresa y sus empleados“.
Otros líderes empresariales mexicanos han expresado su preocupación de que las empresas en otras partes del país se trasladen a la zona fronteriza, dañando la zona que dejan atrás.
Muchos creen que es vital evitar la fuga de talento, conocimiento y mano de obra mexicana al vecino del norte, pero a otros les preocupan los efectos que podría tener la “zona libre” sobre el resto de la economía mexicana.
De vuelta en el hotel La Villa de Zaragoza, la camarera Patricia dice que la reducción en la tasa del impuesto a las ventas será particularmente útil.
“Poder comprar la mayoría de las cosas a un costo más bajo hará la vida más fácil”, afirma.
También espera que el plan cree trabajo para los miembros de la llamada caravana de migrantes: migrantes de Honduras, Guatemala y El Salvador que han llegado a Tijuana y otras ciudades y pueblos fronterizos con la esperanza de ingresar a EE.UU.
Patricia dice que son muy bienvenidos a quedarse en Tijuana si están dispuestos a trabajar y contribuir a su economía.
Aún queda por ver si la zona franca tendrá éxito, pero ya es demasiado tarde para algunos de los hijos de Patricia y del chef Gerardo.
Ambos cuentan que tienen hijos que se mudaron a EE.UU. -de forma legal- en busca de una mejor vida.