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Un funcionario de alto rango de la Casa Blanca advirtió el domingo que es “muy posible” que el cierre parcial del gobierno llegue hasta el Año Nuevo, y aseguró que la solución del conflicto depende de los demócratas del Senado.
“La pelota está en la cancha del Senado”, dijo Mick Mulvaney, jefe de despacho interino de la Casa Blanca.
Mulvaney, quien también es director de la oficina del presupuesto de la Casa Blanca, dijo que ha estado esperando noticias del líder de los demócratas del Senado, Chuck Schumer de Nueva York, después de que el gobierno presentara el sábado a Schumer una contrapropuesta para la larga disputa sobre el financiamiento del muro fronterizo prometido por el presidente Donald Trump.
Mulvaney se negó a dar detalles de la oferta, pero dijo que la propuesta está entre la petición de los 5.700 millones de dólares que pidió Trump y los 1.300 millones de dólares ofrecidos por los demócratas.
Se espera que el punto muerto causado por el muro se extienda hasta el jueves ya que la Cámara de Representantes y el Senado, que tuvieron sesiones extraordinarias el fin de semana, se retiraron hasta finales de la próxima semana.
El lunes y martes, Nochebuena y Navidad, respectivamente, son días festivos federales, lo que significa que gran parte del gobierno federal ya estará cerrado.
El miércoles es el primer día en que los contribuyentes comenzarán a sentir los efectos del cierre, dijo Mulvaney. Agregó que pronosticaba que el cierre se extendería más allá del jueves, cuando se tiene programada una sesión del Congreso.
“Es muy posible que este cierre se extienda más allá del 28 y hasta que entre el nuevo Congreso”, dijo.
Los demócratas se mantuvieron firmes el domingo en su oposición a pagar por el muro, que fue una promesa central de la campaña del presidente Trump.
En el segundo día del cierre federal, Trump tuiteó el domingo que lo que el país necesita es “un buen MURO tradicional que funcione”, en oposición a una serie de drones aéreos y otras medidas que “son maravillosas y muy divertidas”, pero no las correctas para evitar que “drogas, pandillas, tráfico humano, elementos criminales y muchas cosas más” entren a Estados Unidos.
De costa a costa, el primer día del cierre tuvo diferentes consecuencias. La Estatua de la Libertad permaneció abierta para visitas, gracias al dinero del estado de Nueva York, y el Servicio Postal de Estados Unidos, una agencia independiente, todavía entregaba correo.
Sin embargo, la interrupción afectó muchas operaciones del gobierno y las rutinas de 800.000 empleados federales.
Aproximadamente 420.000 empleados fueron considerados esenciales y se esperaba que trabajaran sin goce de sueldo. Otros 380.000 se irán con licencia, o sea que permanecerán en casa sin pago. El Senado ya había aprobado una ley asegurando que recibirán su pago retroactivo, y la Cámara de Representantes probablemente haga lo mismo.
Durante meses, Trump consideró triunfal la idea de un cierre a causa del muro. La semana pasada dijo que estaría “orgulloso” de cerrar al gobierno. Hizo campaña con la promesa de construir el muro y también prometió que México pagaría por él, algo que México se ha negado a hacer.