El ex tesorero venezolano Alejandro Andrade Archivo
Fuente: https://www.elnuevoherald.com / Javier Weaver
Un ex tesorero nacional del gobierno socialista del presidente venezolano Hugo Chávez fue sentenciado el martes a 10 años de prisión por un juez federal por aceptar $1,000 millones en sobornos y lavar las ganancia con la compra de bienes raíces en el sur de la Florida y otras inversiones.
Alejandro Andrade, de 54 años, vendía acceso a los lucrativos mercados cambiarios del gobierno venezolano antes y después de la muerte de Chávez en el 2013, enriqueciéndose él y un círculo de altos funcionarios y empresarios, según documentos del tribunal.
La jueza federal de distrito Robin Rosenberg le impuso la sentencia máxima de 10 años en el tribunal federal de West Palm Beach, rechazando una propuesta de los abogados defensores de condenar a Andrade a siete años tras aceptar responsabilidad por sus delitos en una negociación de cargos. La jueza no le impuso ninguna multa porque Andrade no tiene dinero para pagar. Se le permitió entregarse a las autoridades para cumplir su sentencia el 25 de febrero del 2019 porque ha asistido a las autoridades federales en la amplia investigación de corrupción y lavado de dinero.
Andrade se disculpó ante la jueza, su familia y el pueblo de Venezuela, y describió cómo participó en un “movimiento” liderado por Chávez que él creía iba a beneficiar al país. Pero pronto, el tesorero nacional reconoció que traicionó la confianza del pueblo.
“Tomé muy malas decisiones cuando era tesorero, y me arrepiento profundamente de ello” dijo Andrade, quien fue el principal funcionario financiero del gobierno venezolano entre el 2007 y el 2010 antes de mudarse con su familia al sur de la Florida en el 2014. “Hasta hoy, estoy convencido de que mi decisión [de cooperar con las autoridades] fue la correcta”.
Andrade tenía varias propiedades en la acaudalada comunidad ecuestre de Wellington, en la zona oeste del Condado Palm Beach.
En la audiencia de sentencia del martes, la fiscal federal Vanessa Snyder dijo que Andrade se confabuló con otras tres personas clave en la trama de lavado de dinero para darles acceso al mercado venezolano de cambio de divisas en términos favorables. Snyder dijo que la trama generó unos $2,400 millones en ganancias ilícitas para los tres coacusados con Andrade y acordaron compartir con él el dinero, que tenían en bancos europeos y estadounidenses.
“El Sr. Andrade abusó de la confianza del pueblo de Venezuela”, dijo la fiscal Snyder al decir que sus delitos contribuyeron a la fuerte crisis económica que afecta al país sudamericano. “La cantidad de dinero fue asombrosa”.
Pero los abogados defensores de Andrade, Curtis Miner y Bob Martínez, dijeron que los coconfabulados controlaban las cuentas bancarias y que su cliente recibió unos $70 millones, no $1,000 millones.
Andrade, quien en diciembre pasado se declaró culpable de un cargo de confabulación para lavar dinero, ha entregado información privilegiada a los fiscales Michael Nadler y Vanessa Snyder, así como a los agentes federales que los asisten en el caso contra algunas de las personas más acaudaladas de Venezuela, entre ellas, el magnate de la televisión Raúl Gorrín, de 50 años, quien fue encausado el lunes pasado, un día antes que el caso contra Andrade fuera revelado en un tribunal federal en West Palm Beach.
El encausamiento acusa a Gorrín, un empresario caraqueño con buenas relaciones políticas, de confabularse para sobornar a funcionarios venezolanos y lavar dinero mediante la ocultación de dinero público desviado, que se invirtió en bienes raíces en el sur de la Florida y Nueva York durante los últimos 10 años.
Todo esto ocurrió durante un período de fuerte escasez para todos los venezolanos, muchos de quienes no pueden comprar siquiera productos básicos y han huido a otros países latinoamericanos.
La investigación de Andrade en el sur de la Florida fue reportada inicialmente por el Miami Herald y el Nuevo Herald en marzo del 2018 Andrade, ex guardaespaldas de Chávez que fue tesorero nacional entre el 2007 y el 2010, enfrentaba un máximo de 10 años de prisión según su negociación de cargos, mucho menos de lo que enfrenta ahora Gorrín, quien está fugitivo y es solicitado por las autoridades federales en Miami.
Andrade estaba viviendo en su granja en Wellington mientras asistía a las autoridades federales en una amplia investigación de corrupción en el extranjero y lavado de dinero. A mediados de noviembre, agentes federales tomaron el control de sus propiedades en Wellington, incluidos 17 caballos purasangre, como parte de un decomiso de $1,000 millones.
Los caballos fueron importados de varias partes de Europa, muestran documentos del tribunal. Emanuel, hijo de Andrade, competía en ellos en eventos en el sur de la Florida y otras partes del mundo.
Agentes de Investigaciones de Seguridad Nacional, también decomisaron numerosos autos de lujo de Andrade, incluidos un Mercedes-Benz GLS 550 del 2017 y un Bentley Continental descapotable del 2015, además de numerosas cuentas bancarias en Estados Unidos y Suiza, y una amplia colección de relojes de lujo.
Andrade, Gorrín y otros aliados en el gobierno de Venezuela y los sectores de negocios y bancario de ese país están acusados de enriquecerse ilegalmente aprovechando tasas cambiarias favorables y ocultando enormes ganancias en bancos europeos y estadounidenses, así como en inversiones, según el encausamiento de Gorrín. Andrade usó su cargo para dar a Gorrín acceso a tasas cambiarias preferenciales para sacar el mayor provecho a transacciones en divisas.
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Gorrín está acusado de pagar cientos de millones de dólares en sobornos a Andrade y a otro ex alto funcionario venezolano al canalizar fondos a ellos a través de un banquero venezolano en la República Dominicana. Ese banquero, Gabriel Arturo Jiménez Aray, de 50 años, controlaba el banco dominicano con Gorrín.
Jiménez fue acusado hace unos meses de confabularse para lavar dinero, se declaró culpable en marzo y debe ser sentenciado este jueves, aunque coopera con las autoridades federales. Jiménez enfrenta un máximo de 10 años de prisión. Su abogada defensora, Marissel Descalzo, declinó comentar al respecto.
Además de enviar millones de dólares a través de bancos europeos y estadounidenses a los dos altos funcionarios venezolanos, Gorrín pagó numerosos gastos elevados de Andrade, como tres jets, un yate, caballos purasangre y relojes de lujo, según el encausamiento de Gorrín y otros registros judiciales.
El encausamiento de Gorrín y los casos contra Andrade y Jiménez no tienen relación con un caso de lavado de $1,200 millones en el sur de la Florida presentado en julio, que acusó a nueve personas, entre ellas algunas cercanas al presidente Nicolás Maduro, de malversar grandes sumas de dinero del monopolio estatal petrolero venezolano y lavarlo a través de mercados cambiarios para inflar las ganancias. Millones de dólares en fondos mal habidos se invirtieron en el mercado de bienes raíces del sur de la Florida, como apartamentos en edificios de lujo y mansiones frente al mar en la sección Cocoplum de Coral Gables.
Dos acusados en ese caso, el banquero personal de Gorrín, Matthias Krull, y Abraham Ortega, ex ejecutivo de la petrolera estatal venezolana, se han declarado culpables de lavado de dinero y están cooperando con las autoridades federales estadounidenses.
Gorrín, propietario de la red de televisión Globovisión en Caracas, no ha sido acusado en ese caso. Se sospecha que desvió $600 millones de la petrolera estatal venezolana a un banco europeo para enriquecerse él mismo, a tres familiares cercanos de Maduro y a otros miembros de la élite política venezolana, según documentos judiciales y varias fuentes familiarizadas con la pesquisa federal en Miami.