Hasta el lunes la cifra de muertos seguía en 77 y había alrededor de 1.000 desaparecidos.
Laura Martin llora a su padre, TK Huff, quien murió en el incendio Camp, en California. Domingo 18 de noviembre del 2018.
Fuente: https://www.voanoticias.com
Familiares desesperados publicaron fotos y mensajes en las redes sociales y los albergues con la esperanza de encontrar a sus parientes desaparecidos, la mayoría de ellos adultos mayores, casi dos semanas después del incendio más letal y destructivo en la historia de California.
«Tengo un tío y dos primos con los que no he podido entrar en contacto. Paul Williams, de más de 90 años, su hijo Paul Wayne Williams, de más de 70, y su hija Gayle Williams, de más de 60», escribió una mujer en Facebook, «agradezco cualquier información», agregó.
Cientos de personas continúan buscando restos humanos entre las cenizas de Paradise y zonas aledañas que fueron devastadas por el incendio del 8 de noviembre, y el número de cadáveres aumenta a diario.
El pronóstico de lluvias para el miércoles aumentó la urgencia. Aunque podría ayudar a los bomberos a combatir las llamas, también podría obstaculizar las labores de localización al llevarse algunos restos fragmentados y convertir las cenizas en una espesa pasta.
Las autoridades localizaron a cientos de personas desaparecidas, y la cifra descendió considerablemente el domingo de alrededor de 1.300 a 1.000. Algunas páginas en las redes sociales brindaron actualizaciones sobre quiénes fueron descubiertos sin vida y quiénes estaban a salvo.
El jefe de policía del condado Butte, Kory Honea, dijo que difundió un listado preliminar e incompleto con la esperanza de que muchas personas contactaran a las autoridades para informar que estaban a salvo. Más de una docena de personas aparecen en la lista como ‘desconocidos’, sin nombre o apellido.
«Los datos que estamos difundiendo son en bruto, pero creo que es mejor trabajar en busca de progreso que intentar ser perfectos antes de poder revelar esa información», dijo el domingo a la cadena ABC.
Robert James Miles, de 58 años, perdió la casa rodante en la que vivía en Paradise a causa del incendio. Llevó a su hijo de 27 años de edad, Charlie, a un centro de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus iniciales en inglés) para que se entrevistara con un terapeuta de salud mental.
«Lo que más le preocupaba era sacar a mamá, y eso lo tiene muy preocupado», comentó.
En el albergue en el que se refugia Miles en Chico, algunas personas publicaron los nombres de aquellos de quienes no han tenido noticias. Miles dijo que el sábado le informó a un trabajador de la Cruz Roja que había reconocido el nombre de ocho de sus amigos en la lista y que sabía que estaban bien.
«Dos de ellos estaban en el refugio», dijo entre risas.
Ellen Lewis, una mujer de 72 años que perdió su casa por el incendio en Paradise, fue al centro de la FEMA para pedir ayuda, y ya en el lugar un representante de la agencia le mostró la lista de personas desaparecidas. Reconoció a dos personas de su club de arquería.
«Tendré que contactar a más personas para saber si están bien», comentó. Dijo que llamaría a la policía en caso de que pudiera confirmar que estaban a salvo.
El incendio, que consumió al menos 606 kilómetros cuadrados (234 millas) y destruyó casi 12.000 viviendas, está contenido en dos terceras partes, de acuerdo a reportes del lunes.