El Índice de Precios al Consumo (IPC) de EEUU se situó en el 2,5% en octubre, por encima del 2,3% de hace un año. En tasa intemensual, la inflación estadounidense aumentó hasta el 0,3% tras situarse en el 0,1% en septiembre. Estos datos, publicados este miércoles por la Oficina de Estadísticas Laborales coinciden con las previsiones de los analistas.
El precio más alto en la gasolina provocó el aumento del IPC en octubre, al que también contribuyeron los transportes y la electricidad. Por el contrario, los precios de los alimentos disminuyeron ligeramente.
En concreto, los precios de la energía ascendieron un 8,9% con respecto a octubre de 2017. El mayor incremento correspondió al petróleo, que avanzó un 26,2% frente al décimo mes del año pasado. El coste de los alimentos cayó un 0,1%. Las bebidas no alcohólicas fue el único grupo de alimentos que aumentó, subiendo un 0,2%. En cuanto a la energía, subió al 2,4% después de caer en septiembre, mientras que la electricidad aumentó al 2,3% y el gas natural descendió al 0,6%.
Por su parte el IPC subyacente, es decir, excluyendo alimentos y energía, se ha situado en el 2,1%, levemente por debajo de lo previsto por los expertos y del dato del 2,2% de septiembre.
En términos intermensuales, estos datos representan la segunda mayor subida del año, tras el incremento de cinco décimas en tasa mensual registrado en febrero.