Estados Unidos pidió el miércoles a Nicaragua que libere a todos los estudiantes detenidos y prisioneros políticos, declarando los cinco meses de disturbios civiles del país como una amenaza a la seguridad de la región.
La embajadora de EE.UU., Nikki Haley, advirtió el miércoles en una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que la situación en Nicaragua corre el riesgo de deteriorarse en otra Venezuela o incluso en Siria.
«Con cada día que pasa, Nicaragua viaja por un camino familiar», dijo Haley. «Es un camino que Siria ha tomado. Es un camino que Venezuela ha tomado».
“Cuando el pueblo se levanta en protesta el gobierno reprime. Ortega está utilizando las medidas de dictadores que criticó”, indicó la embajadora estadounidense al referirse a las medidas de represión adoptadas por el presidente Daniel Ortega.
“Ortega y Maduro son dictadores que viven temerosos de su propio pueblo”, precisó Haley.
“Ortega corrompió la constitución de Nicaragua para ocupar tres términos de cinco años. Ortega está tratando de destruir a las instituciones que buscan que permanezca la calma”, señaló la embajadora estadoundiense.
“Más de 448 acribillados, más de 2.000 lesionados. Cientos de secuestrados, seis ayer. Los prisioneros políticos deberían ser puestos en libertad de inmediato. Más de 5.000 nicaragüenses han llegado a Costa Rica. Nicaragua está siguiendo una vía que siguieron Siria y Venezuela”, dijo Haley.
Haley dijo que el Consejo de Seguridad no podía seguir siendo un «observador pasivo» ya que Nicaragua continuaba deteriorándose «porque sabemos hacia dónde conduce este camino».
«El éxodo sirio ha producido millones de refugiados, sembrando inestabilidad en todo el Medio Oriente y Europa», dijo Haley. «El éxodo venezolano se ha convertido en el mayor desplazamiento de personas en la historia de América Latina. Un éxodo nicaragüense abrumaría a sus vecinos y crearía una oleada de migrantes y solicitantes de asilo en América Central «.
La crisis en Nicaragua comenzó con protestas en abril por un plan del gobierno del presidente izquierdista Daniel Ortega para reducir los beneficios sociales, que no llegó a implementarse.
Las protestas pronto escalaron a una oposición más amplia contra Ortega, que ha estado en el cargo desde 2007. También sirvió un término como presidente durante la década de 1980 cuando él era un notable antagonista de Estados Unidos durante la guerra civil de Nicaragua.
«Cuando se niegan los derechos humanos, la violencia y la inestabilidad que siguen se derraman sobre las fronteras», dijo la embajadora Haley al comparar a Nicaragua con Venezuela, que ha visto a más de 1,6 millones de personas abandonar el país desde 2015, según la agencia de refugiados de la ONU, ACNUR.
El gobierno de Nicaragua rechazó la afirmación de la diplomática estadounidense. Sin embargo, el representante de la vecina Costa Rica dijo que el país ha visto un «aumento significativo» en las solicitudes de asilo de nicaragüenses desde que comenzaron las protestas: un total de 12,830 en los primeros ocho meses del año.
El embajador costarricense, Rodrigo Carazo advirtió que “la profundización de la crisis política, social y económica, de la represión y el incumplimiento del respeto a las libertades fundamentales y los derechos humanos mostrado por las autoridades, tienen el potencial de llevar a un desenlace desenfrenado de la crisis. Y esto puede tener un impacto directo en la estabilidad y el futuro del desarrollo en Centroamérica”.
Félix Maradiaga, líder de la sociedad civil nicaragüense dijo al Consejo que: «Hoy, Nicaragua se ha convertido en una gran prisión que parece no tener ningún control. Todos los días, vemos un clima de terror y persecución indiscriminada». Maradiaga advirtió que la situación corre el riesgo de perder el control. «Hoy, hay una bomba de tiempo en Nicaragua», dijo. «Los crímenes contra la humanidad están creando una atmósfera propicia para conflictos internos que solo pueden crecer en tamaño».
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se encarga de mantener la paz y seguridad internacional. Estados Unidos ocupa este mes la presidencia rotativa del Consejo.
Rusia, Bolivia y Venezuela apoyan a Nicaragua
Representantes de Rusia, Bolivia y Venezuela apoyaron al gobierno nicaragüense argumentando que la situación en el país no estaba socavando la estabilidad de la región.
«Hay consenso en este (Consejo) que Nicaragua no representa una amenaza para la paz y la seguridad internacionales», dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, Denis Moncada.
Moncada llamó a Nicaragua un modelo de seguridad en la región en la batalla contra el crimen organizado, y dijo que su la inclusión en el orden del día fue una violación del derecho internacional.
Rusia resaltó su inconformidad de que organizaciones internacionales intervengan, pues lo considera presiones exteriores y considera que la situación en Nicaragua es de política interna.
“Tenemos la impresión de que el Consejo de Seguridad es como un juez de Nicaragua” indicó Rusia. “La política destructora frente a Nicaragua no data de ayer” agregó.
Rusia afirma que el concepto de violación de derechos humanos “es más bien una hipocresía” insistiendo en su rechazo de que el Consejo de Seguridad intervenga en la situación de Nicaragua.
Dice que si Estados Unidos de verdad está preocupado por la situación de los ciudadanos nicaragüenses debería levantar medidas económicas impuestas.
Otros países
El Reino Unido dijo que ha preocupado el uso de la fuera empleada en Nicaragua. “Mantener la libertad de prensa es importante, aún más en momento de malestar social”, indicó.
Los desafíos de Nicaragua pueden atenderse solamente mediante a un diálogo, según el representante británico ante la ONU. Lamentó que el diálogo ha tenido tantas interrupciones debido a la violencia. Instó al gobierno de Nicaragua de que cumpla con su compromiso de participar en el diálogo.
El Reino Unido expresó apoyo a la OEA y a la Corte Interamericana de DD.HH. Resaltó la expulsión de la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los DD.HH., por lo que insta al gobierno a que acepte a la delegación de la OEA.
Perú reafirmó su compromiso y solidaridad con Nicaragua y recordó que en el pasado participó en procesos de resolución de conflicto.
Francia dijo que es responsabilidad del Consejo de Seguridad participar y contribuir a solucionar la crisis en Nicaragua, respetando los puntos de la carta de la ONU.
Entre los puntos de la crisis nicaragüense que merecen atención según Francia son el fin de la represión y violencia perpetrada por unidades paramilitares.
Expulsión de misión de DDHH
La semana pasada, la delegación de derechos humanos de la ONU publicó un informe que documenta violaciones de los derechos humanos en los últimos meses, incluido el uso desproporcionado de la fuerza y los asesinatos extrajudiciales perpetrados por la policía nicaragüense, las desapariciones, las detenciones arbitrarias y instancias de tortura y violencia sexual.
Poco después, el gobierno de Nicaragua ordenó la expulsión de la delegación.
Trabajo de la OEA
El grupo regional, Organización de los Estados Americanos (OEA), ha condenado la violencia y los abusos contra los derechos humanos e instó a las partes a dialogar. La OEA ha pedido que las elecciones avancen hasta el próximo año, en lugar de las previstas para 2021.
«Cuando las tensiones son tan altas y la violencia se produce de esa manera en una sociedad que deja muertas a más de 300 personas, es necesario devolver el poder a la gente para que decida», dijo a periodistas el jefe de gabinete de la OEA, Gonzalo Koncke.
Koncke dijo que la OEA ha estado trabajando con el gobierno de Ortega para hacer las reformas electorales necesarias. «Nicaragua se encuentra en una encrucijada que hubiera podido evitarse, dijo el funcionario al Consejo de Seguridad.
“A Nicaragua después del 18 de abril no pueden aplicarse los mismos instrumentos, se necesitan nuevas herramientas que ayuden a solucionar la encrucijada política. La crisis de democracia no afectan solo al país, por eso se necesita la cooperación internacional”, indicó Koncke.
Reunión sobre Venezuela
La embajadora Haley también anunció que el 10 de septiembre el Consejo de Seguridad de la ONU hablará sobre Venezuela usando la llamada “Fórmula Arria”, un mecanismo a través del cual se invita a grupos civiles a participar en la reunión. Haley dijo que el título de la reunión será “Venezuela y corrupción”.
El gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro “es sistemáticamente corrupto y quita recursos a sus habitantes”, dijo la embajadora, quien impulsó al Consejo a hablar por primera vez sobre la crisis actual venezolana en mayo del año pasado.