El joven de 18 años, egresado del Colegio San Agustín de El Paraíso con un promedio de 19 puntos, quien toca el piano y pinta, fue aceptado por siete universidades de EEUU, pero escogió Princeton por el prestigio de su Departamento de Física, donde dio clases Albert Einstein. Sueña con realizar grandes descubrimientos que ayuden a hacer los viajes interestelares
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Fuente: http://epmundo.com
Acá el trabajo completo publicado por https://elpitazo.com
Juan José López tiene 18 años, pero habla con una seguridad que incluso resulta complicado de encontrar en personas de más edad. Responde todas las preguntas con serenidad y comenta sobre su futuro académico en el Departamento de Física en la Universidad de Princeton, como un presente en evolución, aunque apenas acaba de egresar del San Agustín de El Paraíso, donde se graduó de bachiller con un promedio de 19 puntos.
Se sabe con el potencial para participar en descubrimientos que permitan convertir la ficción de los viajes interestelares en una realidad, pues considera que en algún momento el ser humano tendrá que migrar a otra parte, pues la tierra no aguantará por muchos siglos más.
Pese a la fácil evocación, por la similitud de intereses, Juan José advierte que no es Sheldon Cooper, un doctor en Física con pésimas relaciones interpersonales, el principal personaje de la serie The Big Bang Theory, interpretado por el actor Jim Parsons. “No les tengo alergia a las mujeres ni a la gente; no me importa si se sientan donde yo me siento, y también considero que tengo una mayor capacidad de entender el sarcasmo”, comenta.
“Me considero bastante inteligente, pero no considero que la inteligencia sea difícil de encontrar, sino difícil de cultivar; pues solo se debe encontrar algo que te motive a serlo. La inteligencia existe en todas las áreas del conocimiento humano”, expresa quien con un coeficiente intelectual de 130 puntos, por encima del promedio, no presta atención a ese indicador al que supone subjetivo. Sin embargo, gracias a sus capacidades y dedicación a los estudios, fue aceptado por siete universidades de EEUU: no solo lo seleccionó Princeton, también Harvard y otras cinco instituciones académicas que desearon tener a este joven caraqueño como uno de sus alumnos.
El 10 de agosto, el hijo único de un contador y una abogada partió a Princeton. Aunque prácticamente pudo estudiar donde quisiera, escogió esa institución ubicada en New Jersey por tener el mejor departamento de Física del mundo, donde dio clases Albert Einstein. Allí planea especializarse en mecánica cuántica, el área que considera más interesante de la Física; esta se encarga de estudiar los objetos más pequeños en el universo, mejor conocidos como las partículas subatómicas.
Nació el 17 de junio del año 2000. Toda su educación la vivió en los pasillos del colegio San Agustín de El Paraíso. El joven cuenta que a los ocho años un libro de Stephen Hawking que le regaló su padre le cambió la vida: aprendió sobre los agujeros negros y entendió que físico es lo que quería ser.
Asegura que lleva muchas cosas a Estados Unidos; una de ellas la crisis venezolana y cómo es ir en el carro de sus papás y ver a muchachos de su edad comiendo de la basura. El joven manifiesta que uno de sus objetivos es volver al país, cuando culmine su academia, para ayudar a reconstruir el panorama científico de la mano de un gobierno que apueste por ello.
¿A qué edad comenzó tu interés por la física?
–Mi papá me regaló un libro de Stephen Hawking a los ocho años y de ahí nació mi pasión por la física. A través de él yo pude conocer qué son los agujeros negros y la inmensidad del espacio. Pude aprender las diferencias que causa en el tiempo y el espacio la teoría de la relatividad de (Albert) Einstein; cómo a nivel subatómico la realidad se comporta totalmente diferente a como la percibimos.
Desde ese momento entendí que la física es la ciencia que nos permite saber verdades tan fundamentales del universo.
.–¿Cómo puedes definir a los agujeros negros?
–Los agujeros negros son una región del espacio que se forma cuando un cuerpo celeste colapsa sobre sí mismo y toda su masa es comprimida en un punto bastante pequeño, tan pequeño que genera un campo gravitatorio del que ni siquiera la luz puede escapar.
Se pueden dar de muchas maneras, en mayor proporción cuando colapsan estrellas antes de morir. Básicamente los agujeros negros se forman si tienes un montón de masa en un lugar muy pequeño.
.–¿De qué te sirvió comprender la física desde los ocho años?
–Principalmente me sirvió como una fuente de motivación, porque ya sabía lo quería ser y mis esfuerzos se enfocaron a ello.
La parte más difícil cuando se es estudiante de bachillerato es saber qué quieres hacer, y yo desde los ocho, diez años, he estado casi seguro de que esa área de la ciencia es a la que me quiero dedicar en mi vida profesional.
.–¿En algún momento dudaste que la física era lo tuyo?
–Claro. Todo el mundo duda sobre la carrera que desea estudiar y yo no soy la excepción.
Mis familiares o amigos a veces me preguntaban ¿física?, ¿para dar clases? Y aunque esta afirmación es cierta en países como Venezuela, donde actualmente no hay mucho futuro para el área investigativa, yo les decía que yo planeaba hacer mi carrera en Estados Unidos porque las oportunidades están allá.
Aunque yo estudiaré en Princeton y haré experiencia en sus laboratorios, espero que en algún futuro en Venezuela haya un panorama investigativo para la física. Ese es uno de mis objetivos: que luego de mi postgrado, doctorado y primeros descubrimientos pueda regresar al país y dé la mano a un gobierno que desee apoyar y reconstruir el panorama científico. .
–¿Qué le falta a Venezuela para reconstruir ese panorama?
–A Venezuela le faltan personas, infraestructura y motivación. En especial la motivación, porque la astrofísica, física cuántica, la relatividad, son áreas que no te van a dar un resultado inmediato sino un conocimiento abstracto que tal vez te ayude a desarrollar nuevas tecnologías y eso sin motivación se convierte en frustración.
¿Ejemplos de la física en la vida cotidiana?
–Para mí un buen ejemplo es el magnetismo. Los ciudadanos damos por sentado que si tenemos un imán lo ponemos en la nevera y se queda pegado, pero ¿por qué se queda pegado? Lo hace porque es una manifestación macroscópica de un fenómeno cuántico.
El magnetismo se supone que solamente existe a niveles muy pequeños (forma subatómica), pero ¿qué es lo que pasa? Hay ciertos materiales que a través de sus átomos se alinean de una manera y se convierten en un imán. Y cuando tú sabes cómo funciona eso, te da una apreciación más grande a la vida.
.–¿Qué novedad llevas a Princeton?
–Soy uno de los tres estudiantes venezolanos que se encuentran dentro de Princeton, y pienso que esa fue una de las razones por las que me escogieron. Esas universidades no solo buscan a personas académicamente excelentes sino que persiguen obtener una clase que sea diversa en términos de proveniencia, nacionalidad, historia socioeconómica. Por ello, el hecho de que soy venezolano y puedo aportar una cultura diferente creo que es uno de los factores por los que me eligieron.
Una cosa que deseo puntualizar es que además de ser científico, tengo una vena artística y eso es un contraste. Aunque muchas veces no se ve, ese es uno de los puntos que puedo desarrollar en la universidad, porque una gran parte de sus recursos se han dedicado en los últimos años a las artes.
–¿Conoces a los otros venezolanos que están en Princeton?
–Conozco a uno. No está en mi promoción. Entró a estudiar en 2017; su nombre es Daniel Bracho, y todavía no ha definido su carrera porque en Princeton esto se decide a final del cuarto semestre, a menos que estés estudiando ingeniería, donde te obligan a decidirlo a final del segundo semestre.
–¿Cómo fue el proceso de selección?
–Hay una gran parte que es mérito y otra que es suerte. Uno tiene que asegurarse de tener una buena ponderación en pruebas como el SAT o ACT, que son exámenes estandarizados que se usan para la admisión universitaria americana; también tener un buen promedio en el colegio, incluso las notas que tengas en quinto año.
Sin embargo, universidades como Harvard o Princeton buscan mucho más que las notas. Ellos buscan personas que sean apasionadas en un área o en varias áreas, no porque tengan la obligación sino porque tienen iniciativa y la premisa de cambiar el mundo.
Estas universidades consideran al académico, al artista. Además de las notas te piden varios ensayos; inclusive en la aplicación para Princeton te envían un cuestionario de 500 preguntas donde te preguntan tu libro favorito, tu película favorita, tu cita textual favorita, dos personas que te conocen para describirte.
¿A cuántas universidades aplicaste y cuántas de ellas te aceptaron?
–Yo presenté en diez universidades de Estados Unidos y me aceptaron en siete. Las universidades que me rechazaron fueron Columbia y Yale; y las universidades de Pensilvania y Cornell me pusieron en listas de espera. Además de ellas, apliqué en las universidades de Michigan, Boston, Boston College y a la universidad de Georgetown.
Las universidades que me aceptaron fueron Harvard, Princeton, Brown, Georgetown, Boston, Boston College y Michigan.
–¿Por qué elegiste Princeton y no Harvard?
–Son varios factores. Me gusta la atmósfera de Princeton porque está retirada y tiene un campus pintoresco. En cambio la universidad de Harvard se encuentra en medio del área metropolitana de Boston.
Princeton es más pequeña, más retraída, pacífica; además es mucho mejor en el área de la física. Tiene una historia de grandes físicos que han pasado por sus salones, por ejemplo, Albert Einstein (hasta murió en el pueblo de Princeton) y Richard Feynman.
En Princeton hay hasta un laboratorio de estudio de la física de plasma, el instituto de estudios avanzados donde se hacen los estudios físicos más vanguardistas del mundo.
–¿Hablaste de Venezuela en uno de tus ensayos de aplicación?
–Sí, en uno de los ensayos me exigieron un escrito donde narrara mi historia con un aproximado de 500 palabras. En él conté cómo es vivir en Venezuela y visitar los Estados Unidos, y cómo estos mundos tan diferentes me han hecho cambiar mi percepción del mundo.
También hablé de cómo Venezuela parece salida de una novela de George Orwell, pues para un ciudadano estadounidense es difícil imaginarse un país donde cambien todos los días los precios, que niños o ancianos coman de la basura y no solo en ciertas áreas sino en todos lados; inclusive los ves cuando vas en el carro de tus papás al colegio.
Yo además de eso aclaré que no me acostumbro a eso porque es así, pienso que cuando te acostumbras estás cediendo tu libertad a una fuerza que no tiene derecho de despojarte de tu identidad, tu voluntad y de tu motivación.
–¿En qué tiempo aprendiste a tocar piano y pintar?
–Yo pienso que si uno quiere hacer algo, siempre va encontrar tiempo para hacerlo. Cuando me encuentro sin hacer nada intento hacer algo que no he tenido la oportunidad. Empecé a pintar en el colegio cuando me encontré una cartulina blanca que me había sobrado de un proyecto y ubiqué un juego de acuarela. Con ellos hice mi primera pintura: el rostro de Isaac Newton, la cual permanece colgada en mi cuarto.
Con respecto al piano lo empecé a tocar en primaria. Entré a una academia en el centro comercial Plaza Las Américas, que ya fue cerrada, y luego continué con un profesor en clases privadas. Mi incentivo hacia este tipo de música es que me encanta la música clásica, el jazz; sin embargo, tengo límites: no me gusta el reguetón. Pero tampoco me considero una persona cerrada a los estilos musicales.
–¿Bailas?
–No. Bailar es un talento que no me ha llegado y pienso que nunca me va a llegar, porque cuando lo he intentado he fallado.
Realmente me hubiese gustado aprender a bailar; también que en Venezuela se brinden más recursos al arte.
–Como amante de la física ¿te gusta alguna película de ciencia ficción?
–A mí en lo personal me gusta la saga Star Wars. Desde siempre me ha gustado y solo pensar que algún día desarrollemos tecnologías para producir naves, vías de comunicaciones como las que se muestran en el film; es uno de los factores que me motivan para estudiar ciencias.
–¿En qué rama de la física te quieres especializar?
–Me quiero especializar en mecánica cuántica, pues me parece el área más interesante de la física. Esta rama es la que estudia la física de los objetos más pequeños en el universo: las partículas subatómicas.
Uno de los aspectos más importantes que se están desarrollando en esta área son las computadoras cuánticas. Nosotros tenemos computadoras normales que funcionan en lenguaje binario, unos y ceros, pero con la utilización de partículas cuánticas, donde los unos y ceros podrán ser al mismo tiempo ceros y unos, se multiplica de forma exponencial la capacidad de memoria de estas máquinas, más la cantidad de procesamiento y el espacio que ocupan los componentes.
¿Cuál es tu sueño?
–Quiero ser quien ayude a descubrir la relación que hay entre la mecánica cuántica y la relatividad, que son dos teorías fundamentales, pero que describen dos aspectos diferentes del universo: la mecánica cuántica lo más pequeño y la relatividad lo más grande. Con ello conoceremos si existen o no conceptos como la energía negativa o si son reales las partículas conocidas como gravitón.
Espero trabajar en el área de la física de partículas en alguna institución de investigación como la Organización Europea para la Investigación Nuclear, en Suiza.
–¿Cómo asumes el fracaso?
–Uno fracasa más veces de las que tiene éxito, pero al final lo que importa es lo que aprendas de ello.
En varias ocasiones no he logrado la nota que deseaba en un examen; el promedio en algún lapso no me dio, pero todo es aprender y recuperarse. Gracias a Dios he sabido cómo hacerlo, he aprendido identificar en qué he fallado y esto me parece importante porque hay muchas personas que fracasan y no quieren saber nada de ello; pero debe ser todo lo contrario, porque la misión es desarmar el fracaso, ver por qué fracasaste y qué razones te llevaron a fracasar, pues será la única forma de que no cometas ese error nuevamente.
–¿Qué te enseña el éxito?
–El éxito te enseña cómo hacer las cosas y te da una base para mejorar. El éxito te dice qué está bien y el fracaso que está mal.
–¿Cómo manejas el ego?
–Uno no necesita ir presumiendo de lo que es, porque el mérito vendrá cuando corresponde. Uno no debe hacer las cosas buscando méritos, sino porque te gustan y si eso lleva a que te reconozcan, eso es parte de lo que elegiste.
–¿Te identificas con algún personaje de la serie The Big Bang Theory?
–A mi me han dicho que les recuerdo a Sheldon, pero yo rechazo totalmente esa comparación. No les tengo alergia a las mujeres ni a la gente, no me importa si se sientan donde yo me siento; y también considero que tengo una mayor capacidad de entender el sarcasmo.
–¿Has tenido novia?
–No, no he tenido novia, pero no hay apuro; las cosas vendrán cuando tengan que venir. Por ahora no ha venido nada, pero yo estoy contento como estoy y si el futuro decide otra cosa, yo estaré feliz de aceptarlo.