Algunos lograron «green card», pero muchos enfrentan el temor de ser detenidos por ICE y ser expulsados del país
Fuente: https://laopinion.com
Esta política no es nueva, pero los procesos podrían ser más expeditos, dado el ambiente migratorio de “cero tolerancia” que impera en el gobierno del presidente Donald Trump.
En el año 2000, el Congreso aprobó una ley que otorgaba la ciudadanía automática a 140,000 niños adoptados por estadounidenses, pero el número de casos era mayor, dejando en el limbo entre 25,000 y 49,000 infantes, según la Campaña por los Derechos de los Adoptados.
Eso debido a que cuando se aprobó la reforma impulsada por demócratas, los republicanos acordaron limitar su aplicación para apoyarla, por eso se excluyó a quienes eran mayores de 18 años entonces, pero ahora rondan los 30 y 40 años de eda como mínimo.
The Intercept tomó el contexto para contar el drama que viven estos inmigrantes que no decidieron ser indocumentados, que vivieron como estadounidenses, pero que a decir del sistema migratorio no pertenecen a los Estados Unidos.
“Mauricio Oviedo Soto tenía 6 años cuando un juez de un tribunal de circuito del condado de Milwaukee, Wisconsin, reconoció oficialmente su adopción. Con un trazo de pluma se convirtió en Mauricio Cappelli, tomando el apellido de su nuevo padre estadounidense”, inicia la historia publicada por el portal.
Sin embargo, 32 años después, el 12 de marzo de 2018, fue deportado porque “había violado la leyes migratorias”, al no tener la ciudadanía estadounidense y vivir como “indocumentado” en el país.
Cappelli arribó en un vuelo comercial en el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría en San José, Costa Rica, en el país de su nacimiento.
“Entraron en mi celda y me dijeron que empacara mis cosas rápidamente. Abordé mi vuelo aún con mi ropa de cárcel”, contó.
Cappelli ya había nacido cuando su madre, Yamileth Oviedo Soto, conoció a Kurt Cappelli en Costa Rica en septiembre de 1980. Dos meses después, se casaron en Milwaukee.
El hombre de 38 años fue arrestado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y miles viven con miedo a la deportación.
“La mayoría vive como residentes (legales) permanentes, un estado nebuloso dentro de la ley de inmigración estadounidense que puede rescindirse si un individuo comete un crimen que cae dentro de una amplia gama de ‘delitos graves agravados’ no violentos, incluyendo robo y venta de drogas”, explica el portal.
Agrupaciones que ayudan a estos inmigrantes cuentan las historias de gente como Adam Crapser, originario de Corea del Sur, quien fue deportado después de vivir 37 años en EEUU.