La situación de emergencia generada por la explosión del pasado 3 de junio, que ha dejado al menos 113 muertos, continúa teniendo secuelas en distintos aspectos en la vida de las personas afectadas y uno de ellos es la escolaridad de los pequeños albergados.
La situación de emergencia generada por la explosión del pasado 3 de junio, que ha dejado al menos 113 muertos, continúa teniendo secuelas en distintos aspectos en la vida de las personas afectadas y uno de ellos es la escolaridad de los pequeños albergados.
Para apoyar el retorno a clases se lanzó oficialmente esta iniciativa organizada por UNICEF, Empresarios por la Educación, CentraRSE, la Fundación Carlos F. Novella y BAC Credomatic en apoyo al Ministerio de Educación.
Actualmente, hay más de 680,000 niños afectados por la situación, más de 14,000 niños que quedaron sin escuela y alrededor de 1,400 niños se encuentran viviendo en albergues de la zona.
Según el representante de Unicef en Guatemala, Carlos Carrera, en una emergencia «se olvidan las necesidades educativas y emocionales de los niños afectados» y la experiencia demuestra que «volver a la escuela lo antes posible no sólo es el derecho de estos niños, sino que es la estrategia más eficaz para que vuelvan a la normalidad y a la alegría».
Además, si no retoman sus clases lo más pronto posible y en ambientes amigables y adaptadas, muchos de estos niños están en riesgo de no completar los 180 días de clases necesarios para su proceso de aprendizaje.
«Una decepción así, sumado al trauma que ya sufrieron, podría significar que alrededor del 50% de estos niños no regresen al sistema escolar y no terminen la escuela», destacó Juan Pablo Morataya, director ejecutivo de CentraRSE (Centro para la Acción de la Responsabilidad Social en Guatemala).
El Ministerio de Educación ha definido una estrategia para que estos pequeños vuelvan a las clases el próximo 9 de julio y estas organizaciones buscan que tengan todo el material necesario para completar su ciclo escolar en los espacios habilitados temporalmente para ellos mientras se construyen los nuevos edificios.
La meta es conseguir 9,000 kits de útiles escolares para llenar sus mochilas.
La erupción del volcán de Fuego, la mayor de los últimos años, ha dejado 113 muertos, 332 desaparecidos, unos 50 heridos, más de 3,000 personas albergadas y más de 1,7 millones de afectados en Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, algunos de los cuales lo han perdido todo.