La medida sugiere un respaldo del gobierno federal a las escuelas para adoptar procesos de admisión sin considerar la raza, y vuelve a poner en primer plano el tema controversial de la llamada acción positiva.
La administración del presidente estadounidense Donald Trump avanzó el martes en la eliminación de directrices de la era Obama que alentaban a las escuelas a tomar en cuenta la raza y etnia de sus aspirantes para promover la diversidad.
La Corte Suprema ha apoyado repetidamente -aunque con una visión cada vez más limitada- la práctica de considerar la raza un factor para asegurar que las minorías sean integradas a la élite de instituciones educativas de Estados Unidos.
Pero el cambio en la política de parte del gobierno de Trump y el retiro a fin de mes del magistrado de la Corte Suprema Anthony Kennedy, quien movía el fiel de la balanza en las votaciones -con un reemplazo probablemente mucho más conservador- son una señal de problemas para la acción positiva.
«Cuando dicten normativas, las agencias federales deben cumplir con los principios constitucionales y seguir las reglas fijadas por el Congreso y el presidente», dijo en un comunicado el Fiscal General Jeff Sessions, enumerando las 24 directrices eliminadas, que habían sido implementadas en su mayoría durante la presidencia de Barack Obama.
Esas normas fueron anuladas porque eran «innecesarias, anticuadas, inconsistentes con la ley existente», explicó el Departamento de Justicia en el texto.
«Las directrices no hacen la ley pero clarifican y facilitan la implementación de la ley», reaccionó Faiz Shakir, director de la política nacional en la poderosa asociación de defensa de los derechos cívicos ACLU.
«Este es un nuevo ataque de Sessiones y del presidente Trump contra las personas de color», denunció Shakir.