El debate sobre hasta qué punto los Estados tienen la obligación (legal o moral) de acoger a extranjeros en su territorio orbita en la actualidad política de Europa y Estados Unidos. Las dos regiones tienen en común la existencia de dos bloques enfrentados: uno a favor de abrir las fronteras y admitir a tantas personas, y otro, en contra.
Mientras en Alemania el Gobierno de Merkel se tambalea por esta disyuntiva, en Estados Unidos, Trump, que se ayudó de los defensores de cerrar las puertas a la inmigración para ganar las elecciones, sigue alimentándose de ella. Y es que, este tema es difícil que pase a un segundo plano en EE. UU. ya que, tal y como se ve en el siguiente gráfico, este es el país con más personas inmigrantes del mundo (49,8 millones en 2017), según la ONU.