La líder de la minoría de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, demócrata de California (segunda desde la izquierda), observa mientras el representante federal Juan Vargas, demócrata de California, habla en el podio frente a miembros del Caucus hispano del Congreso durante una visita a la frontera, el lunes, 18 de junio de 2018, en San Diego. Los miembros del Congreso hablaron sobre su visita a las instalaciones de detención de inmigración del área. (AP Photo / Gregory Bull).
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Políticos y activistas visitaron el lunes la frontera sur de Estados Unidos para visitar los centros de detención de inmigrantes y ejercer más presión sobre el gobierno del presidente Donald Trump, en un ambiente de indignación por la política inmigratoria de separar a niños de sus padres.
Un grupo de legisladores visitó el domingo una antigua bodega en el sur de Texas en donde cientos de menores son detenidos en jaulas de malla metálica, una de las cuales encerraba a 20 chicos.
«Esos niños ahí dentro que han sido separados de sus padres ya están traumatizados», dijo el senador demócrata Jeff Merkley de Oregon. «No importa si el piso está limpio y las sábanas bien tendidas».
Casi 2.000 niños fueron separados de sus familias durante un período de seis semanas entre abril y mayo, después que el secretario de Justicia Jeff Sessions anunció una política de «cero tolerancia» que ordena que todos los arrestados por entrar al país sin autorización sean referidos a la fiscalía para que se les presenten cargos. Grupos religiosos y defensores de derechos humanos han criticado duramente la política, calificándola de inhumana.
La política ha dividido a los republicanos. La ex primera dama Laura Bush dijo en una columna en el Washington Post del domingo que la práctica de separar a padres y niños inmigrantes a lo largo de la frontera sur del país es «cruel» e «inmoral» y «me rompe el corazón». Bush comparó la política con el confinamiento de los japoneses-estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial.
El gobernador de Massachusetts, el republicano Charlie Baker, calificó la política de «cruel e inhumana» al dar marcha atrás a su decisión de enviar un helicóptero de la Guardia Nacional de su estado a la frontera.
El gobernador Baker hizo la afirmación el lunes durante una entrevista con el Canal 10 de Boston, afiliada de NBC, que citó las declaraciones en su cuenta de Twitter, indicando que el gobernador ordenó a la guardia nacional de su estado no enviar personal ni equipos a la frontera suroeste, como había ordenado antes, «debido a las actuales acciones del gobierno que están resultado en el tratamiento inhumano de niños».
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✔@NBCPolitics
JUST IN: Reversing course, Massachusetts Gov. Baker directs National Guard not to send any assets or personnel to the Southwest border «because the federal government’s current actions are resulting in the inhumane treatment of children.” – @NBC10Bostonhttps://bit.ly/2HZ2Y1T
Baker Won’t Send National Guard to Border
Massachusetts Gov. Charlie Baker said he has told the Massachusetts National Guard not to go to the U.S.-Mexico border due to the’cruel and inhumane’ decision by the Trump administration to separate…
El gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo también emitió una declaración escrita en la página web del estado, en la que dice: «En vista de esta contínua tragedia humana, permítanme ser muy claro: Nueva York, no será partidario de este tratamiento inhumano a familias inmigrantes. No enviaremos la Guardia Nacional a la frontera, y no seremos cómplices de una agenda política que gobierna por medio del miedo y la división.
In the face of the federal government’s inhumane treatment of immigrant families, New York will not deploy National Guard to the border. We will not be complicit in this ongoing human tragedy.
En San Diego, el representante Juan Vargas y la banca hispana del Congreso dirigieron una visita el lunes a varios centros de detención de inmigrantes. Vargas, la líder demócrata Nancy Pelosi y otros legisladores federales, esperaban reunirse con hombres, mujeres y niños detenidos en la frontera.
.@SecNielsen must resign. This is not an immigration issue, it is a humanitarian issue. Children are being used by the Trump Admin to create leverage, with a goal of passing Trump’s anti-immigrant agenda. I struggle to think of anything more barbaric. #FamiliesBelongTogether
«La secretaria Nielsen debe renunciar. Este no es un asunto de inmigración, es un problema humanitario. Los niños están siendo usados por la Administración Trump para ganar influencia con el propósito de aprobar la agenda anti-inmigración de Trump. Me cuesta pensar en algo más bárbaro. #LasFamiliasDebenEstarJuntas», escribió Pelosi.
Al interior de la bodega, cientos de niños esperan en recintos metálicos similares a jaulas. Esparcidas por el suelo había botellas de agua, bolsas de papas fritas y cobijas que parecían grandes láminas de papel aluminio.
Fue el mismo centro que la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos permitió a la prensa visitar brevemente el domingo. Los agentes no permitieron que los reporteros entrevistaran a detenidos o tomaran fotos.
Más de 1.100 personas estaban al interior del centro, dividido en alas separadas para niños no acompañados, adultos solos y madres y padres con niños. Las jaulas se abren hacia áreas comunes para que los detenidos puedan utilizar baños portátiles. La luz está prendida día y noche.
El lunes, en una corte federal de McAllen, algunos de los aproximadamente 80 inmigrantes que se declararon culpables por cargos inmigratorios le preguntaron al juez cosas como: «¿Qué pasará con mi hija?», ¿qué pasará con mi hijo?».
El juez respondió que no sabía.
Con la política de «tolerancia cero», los padres por lo general son enviados a la corte mientras los niños van a instalaciones del gobierno. Ha habido historias de niños separados de los brazos de sus padres sin que éstos conozcan su paradero.
En el Valle de Río Grande de Texas, el corredor más transitado de gente que intenta entrar a Estados Unidos, agentes de la Patrulla Fronteriza argumentan que tienen que tomar medidas severas contra los migrantes y separar a los adultos de los niños para desmotivar a que otros intenten llegar al país sin autorización.
«Cuando exoneras a un grupo de personas de la ley… eso crea atracción», dice Manuel Padilla, principal agente de la Patrulla Fronteriza en la zona.