Tras informar sobre su muerte la mañana de este martes, las autoridades han confirmado que la creadora se quitó la vida en su apartamento de Nueva York. La diseñadora será recordada por la marca de aire juvenil que creó a principio de los años 90 que le dio reconocimiento mundial aunque luego en 2007 la vendió.
La policía de Nueva York confirmó que la diseñadora de modas Kate Spade, de 55 años de edad, se suicidó en su apartamento de Nueva York al ahorcarse con una pañoleta en su propia habitación. El cuerpo de la diseñadora fue encontrado por su empleada del servicio a las 1020 de la mañana de este martes en el apartamento que tenía la creadora en una exclusiva zona de Park Avenue y, según confirmaron las autoridades, habría dejado una nota, aunque se deconoce su contenido.
La marca de la creadora, que empezó su carrera en los 80, estaba sobre todo enfocada en la producción de accesorios como carteras y zapatos con un aire juvenil y muy influenciada por el estilo colorido y vibrante de los años 60. Fue en 1993 cuando lanzó su línea de carteras con su nombre que empezó a ganar renombre mundial, llevándola luego a desarrollar líneas de ropa y joyería. En 1999 la mayoría accionaria de la firma la adquirió Neiman Marcus quien, 8 años después, hizo la millonaria transacción de 124 millones de dólares con el Liz Claiborne Inc. La marca actualmente cuenta con 140 tiendas en Estados Unidos y 175 tiendas internacionales.
En mayo de 2017, la marca Coach, que ahora opera bajo el nombre del grupo Tapestry, pagó 2,400 millones de dólares por la adquisición de la marca Kate Spade como una estrategia de apuntarle a un mercado más joven y millennial con sus productos. Sin embargo, la diseñadora no recibió ni un solo centavo de esta transacción una vez que ella y su marido ya habían perdido todo el control sobre la marca.
Aunque en 2007 la diseñadora había vendido su marca para dedicarse a su hija, en 2016 había vuelto al mundo de la moda con un nuevo lanzamiento, Frances Valentine, una marca de calzado y carteras de lujo que de hecho era un homenaje al nombre de su pequeña y que apenas contaba con 20,000 seguidores en Instagram. Tras su muerte, la diseñadora deja a su esposo Andy Spade y a su hija Frances Beatrix Spade.