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La Junta Estatal de Educación de Texas comienza hoy la votación, cuya resolución tendrá lugar el próximo viernes, para agregar al calendario educativo un nuevo curso centrado en la historia mexicano-estadounidense en los institutos de la región.
En el debate propuesto, la junta valora la posibilidad de aplicar el plan de estudios que ya está en marcha en algunos centros del distrito de Houston o crear uno completamente diferente para este curso, aunque será, en todo caso, de carácter opcional.
Por su parte, la Asociación Nacional de Estudios Chicanos, a través de su Comité de Pre-K-12 de Estudios Mexicoamericanos de Tejas, explicó que 454 estudiantesrealizaron este tipo de cursos durante el año escolar 2016-17, según publica el diario local Austin American-Statesman.
El presidente del comité, Christopher Carmona, detalló en un comunicado que los niños nacidos en Estados Unidos pero con familias de origen mexicano, o de otros países latinos, comprenden el 52 % de los aproximadamente 5.4 millones de estudiantes de Texas en las escuelas públicas.
«Se prevé que este porcentaje aumente al 70% para el año 2050, por lo que los estudios étnico-estadounidenses ayudan a nuestros estudiantes, independientemente de su origen étnico, a obtener una mejor comprensión de la diversidad en la sociedad, la fuerza del trabajo y la economía global de hoy en día«, analizó Carmona.
Esta votación se produce después de una campaña de cuatro años para que el organismo educativo texano definiera un curso con estas características.
El consejo rechazó en 2014 la implementación de un programa sobre estudios mexicano-estadounidenses, aunque no se negaron a que los distritos escolares pudieran optar por desarrollar e implementar dicho curso por sí mismos.
En relación a esta decisión, la junta ofreció la posibilidad de crear una lista de libros de texto recomendados para la materia, que dada la escasa acogida de la iniciativa, nunca tuvo lugar y todavía hoy deben escoger dicha referencia.
En los últimos años, dos libros propuestos fueron rechazados: uno de ellos se valoró como racista por parte académicos mexicano-estadounidenses; y el otro libro no fue considerado suficientemente exhaustivo por la junta.
Los defensores de la propuesta creen que si sale adelante un plan de estudios estatal, más distritos escolares querrán ofrecerlo en sus centros y, por tanto, más editores crearán libros de texto para ello.
Si finalmente la votación resulta favorable, Texas se unirá al estado de Arizona como los únicos estados que ofrecen en las escuelas públicas una clase dedicada a la historia común de ambos países.
En Arizona el curso fue creado en 1990 y suspendido en 2010 por los legisladores estatales, quienes argumentaron que impartir esta materia podría promover la división entre estudiantes por etnias.
Un juez federal anuló la prohibición a finales del año pasado.