SOCIEDAD MUZYCHUK VISITA LA EUROCÁMARA TRAS EL ‘JAQUE MATE’ A RIAD POR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES por María G. Zornoza
Perdió su campeonato mundial en ajedrez por no presentarse, pero la lucha por la igualdad de género ganó esa partida aquel 26 de diciembre en Arabia Saudí. Para las ajedrecistas Mariya Muzychuk y su hermana las condiciones que impone el reino wahabí a las mujeres eran “inaceptables”. Con este mensaje ha llegado al Parlamento Europeo para reivindicar los derechos en un deporte y sociedad que están lejos de alcanzar la paridad.
Muzychuk lo ha ganado casi todo a nivel de ajedrez. Campeona de Ucrania en 2012, bronce en la Olimpiada de ajedrez de 2014 con su selección y campeona del mundo en 2015. Pero hay algo que es más grande que ella y que tiende sus tentáculos más allá del mundo del deporte: la desigualdad de género. Junto a su hermana Ana, también campeona mundial, su apellido saltó a los medios de todo el mundo por negarse el pasado 26 de diciembre a jugar la final en Arabia Saudí, uno de los peores lugares para ser una mujer libre.
Mariya reconoce que la decisión fue difícil, pues no solo renunciaba a revalidar su título sino también a una importante compensación económica (que sigue siendo hasta diez veces inferior que la que reciben sus homólogos chicos). La brecha de género comienza en la brecha salarial que en la media de la Unión Europea es de 16%, o lo que es lo mismo: ellas trabajan gratis los dos últimos meses del año.
Para la feminista y deportista, las condiciones que imponía Riad eran “inaceptables”. Aceptar las reglas del juego como el uso de hijab o los movimientos restringidos por hombres suponían renunciar a sus convicciones de “libertad de elección y derechos de las mujeres”. Por eso espera que su movimiento dé alas a otras deportistas para seguir sus pasos. Por el momento, un 40% de hombres ajedrecistas se negaron a participar en el torneo en muestra de solidaridad y las saudíes, por lo general, aplaudieron su valentía.
La ucraniana ha llegado con este mensaje al Parlamento Europeo de la mano del eurodiputado Florent Marcellesi, de Los Verdes, y el ex eurodiputado Jordi Sebastia. El recién ex eurodiputado polaco Janusz Korwin-Mikke, conocido por sus salidas misóginas en las que describía a la mujer como un ser débil y poco inteligente para jugar al ajedrez, no ha querido aceptar el pulso de Muzychuk. “Invitando a la campeona de ajedrez hemos querido reivindicar la igualdad de género en todas las disciplinas deportivas, además de recordar que en países como Arabia Saudí o Irán se siguen violando los derechos fundamentales de las mujeres”, ha afirmado Marcellesi.
La activista ha recordado que el ajedrez es un “juego muy justo”, no así todo lo que le rodea: «Sigue siendo considerado para hombres». Muzychuck ha querido demostrar en la capital comunitaria que es posible decir no ante las injusticias y desigualdad que rodean a las mujeres en el mundo del ajedrez, del deporte y del día a día.
La deportista ha compartido que jugar al ajedrez le ayuda a anticiparse, a predecir el futuro. Lo más probable es que los próximos campeonatos vuelvan a jugarse en Riad, pero lo que también parece ser es que desde el momento en el que dijo «no» junto a su hermana, las mirada sobre las partidas de ajedrez en el reino wahabí no se quedarán solamente en el movimiento del jaque-mate.