Santiago Abascal: «Buscaremos que se investiguen a venezolanos corruptos que viven en España»
En entrevista con el PanAm Post, el líder de Vox conversó sobre su propuesta de un contrapeso al Foro de Sao Paulo, el régimen de Maduro, la naturaleza socialista de la oposición venezolana y los valores que defiende su partido
Abascal conversó con el PanAm Post luego de desayunar en un sencillo diner de Manhattan. No es el hombre de los discursos combativos y los epítetos contra su adversario. Es otro. Mucho más modesto. Incluso parece subestimar su influencia, no solo en España, sino en América. Tiene vocación de poder, por supuesto, pero se nota que aún no digiere la rapidez con la que ha crecido. Aunque es ambicioso. Quiere, de hecho, como le dijo al PanAm Post, construir una plataforma que se contraponga al Foro de Sao Paulo. Insiste en que no se trata de una unión de partidos de derecha sino de aquellos que buscan la libertad y la democracia en Iberoamérica.
Fue una larga conversación en la que se repasaron sus propuestas, su postura frente a Venezuela, el régimen de Maduro, la naturaleza socialista de la oposición venezolana, los boliburgueses que hoy viven en Madrid y los valores y principios de Vox.
Entiendo que usted no fue a Washington con las manos vacías. Fue con un proyecto. Un proyecto que, de hecho, se lo presentó al secretario general de la OEA, Almagro: el Foro de Madrid. ¿Qué es esto exactamente?
Es un proyecto que en realidad está diseñándose. Lo que queríamos era que los interlocutores participasen desde el primer momento, prácticamente. Creemos que esta es una causa común y nosotros solo tratamos de ofrecer la plataforma en España, que es un lugar esencial, estratégico, por razones históricas, lingüísticas y culturales, para dar una respuesta a lo que está ocurriendo en Iberoamérica y para, en la medida de nuestras posibilidades, si no liberar, contribuir a esa causa de la libertad.
Cuando hablamos del Foro de Sao Paulo hablamos de grupos criminales. Hablamos de narcotráfico, terrorismo, mafia organizada. Ellos se mueven con unos márgenes mucho más elásticos, mil veces más elásticos, que los de aquellos que respetan la ley. ¿Usted realmente ve la capacidad de enfrentar esto? Es un monstruo.
Bueno, nosotros no creemos que sea Vox el que tenga que enfrentarse a ese monstruo. Precisamente por eso queremos concertar las voluntades de muchísimos actores políticos. Estamos convencidos de que se les puede dar una respuesta, y sobre todo se puede hacer no teniéndoles ningún tipo de miedo. Tienen que saber que somos conscientes de lo que son y lo que somos capaces de hacer. Debemos enfrentarnos a sus métodos antidemocráticos y criminales.
Hablemos del crimen transnacional. Hablemos del chavismo. Porque, para bien o para mal, hoy el problema de los venezolanos es también el de los españoles. Y la gravedad es inmensa. Se trata de una infección que de Rusia saltó a Cuba, de Cuba a Venezuela y ahora toma la Moncloa. ¿Lo ve así?
Bueno, esa es una reflexión que nosotros hemos hecho. Que habíamos hecho hace tiempo. Decían que no puede pasar en Cuba lo que pasó en la Unión Soviética; no puede ocurrir en Venezuela lo que pasó en Cuba; no puede pasar en España lo que pasó en Venezuela… Pero nosotros pensamos que sí. Porque la naturaleza humana es la misma. Las instituciones pueden ser más o menos fuertes, pero las personas se mueven por las mismas razones. Tienen los mismos miedos, las mismas pasiones. Entonces, nosotros pensamos que España no está a salvo. Y no es que lo pensemos, es que estamos seguros.
Al día de hoy hay ministros comunistas sentados en el Consejo de Ministros por primera vez en España desde el año 1936. Y esto nos tiene que llevar a la reflexión. Porque, es verdad que todavía están de alguna manera agazapados, disimulando, suavizando sus posturas. Pero esa es la estrategia de los comunistas.
Ayer Pablo Iglesias, cuando fue escrachado por aquellos que antes lo acompañaban a él a hacer escraches en la universidad, decía: «Les habla un humilde reformista». Es imposible no reírse escuchándolo. Él hace dos años decía, y con rabia: «¡Yo soy comunista!». Lo decía en las televisiones en distintos debates. Muchos no creemos que haya existido algún tipo de cambio. Consideramos que estamos ante un político verdaderamente nocivo para la democracia.
No sé si es una percepción que comparte: el caso venezolano ya no es solo el caso venezolano sino es también el caso español. Pero hay gente en el Gobierno de Pedro Sánchez que ha dicho, «Venezuela no importa»… ¿Cómo lo ve usted? ¿Realmente ambos casos van de la mano?
Esos que hoy dicen que no importa Venezuela son aquellos que han contribuido con provocar que en Venezuela haya ocurrido lo que ha ocurrido. Son aquellos que nos decían que Chávez era el elemento a emular. Y son ahora los que se ríen de nosotros cuando hablamos de Venezuela en el Parlamento. «A ellos solo les importa Venezuela. No les importa España»… Es un discurso muy retorcido y con mucha maldad. Pero yo creo que a la mayor parte de los españoles le importa Venezuela.
Ellos por primera vez no están interesados en que se mire Venezuela. Ellos no quieren que se mire Venezuela porque el experimento ya se ha producido. Ya todo el mundo ha visto las causas. Y las ha visto con claridad. El señor que se sienta con Pablo Iglesias en el Consejo de Ministro, Pedro Sánchez, hace seis meses dijo que Pablo Iglesias representaba «el camino hacia Venezuela, hacia la pobreza y hacia las cartillas de racionamiento». Hasta ellos saben las consecuencias.