La Estación Espacial Internacional se acaba de convertir en un auténtico plató de cine por obra y gracia de la Agencia Espacial de Rusia, Roscosmos.
Emplazada a 400 kilómetros de altura sobre la Tierra y repleta de laboratorios, equipos de ensayo y tecnologías de todo tipo enviadas desde Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y Europa, la vida de los siete astronautas que la habitan acaba de sufrir un radical y revolucionario cambio con la llegada de la estrella del cine y la televisión rusa Yulia Peresild y del importante productor, guionista, actor y director Klim Shipenko.
La rubia y esbelta actriz de 37 años y el cineasta de 38 van a permanecer 12 días en la Estación Espacial Internacional o ISS ‒acrónimo de International Space Station‒ para filmar con el máximo realismo las escenas en condiciones de ingravidez que se van a incluir en la película rusa titulada “Vyzov”, en español, “El desafío”. Según Roscosmos, Yulia Peresild fue elegida entre 20 finalistas de un total de 3.000 mujeres de 25 a 40 años, de entre 50 y 70 kilos, que debían correr un kilómetro en tres minutos y medio, nadar 800 metros estilo libre en 20 minutos, lanzarse desde un trampolín de 3 metros y superar los exámenes médicos.
El papel que interpreta es el de una cirujana enviada con urgencia a la estación orbital para practicar una intervención quirúrgica a vida o muerte a un cosmonauta ruso con una grave afección cardíaca. Las escenas se rodarán en varios de los módulos rusos del complejo orbital, así como en la cúpula panorámica situada en el componente norteamericano de la ISS. En torno a media hora del metraje final de la película rusa se desarrolla en órbita, rodeados de los cables, tuberías, equipos de ensayos muy diversos, herramientas y ordenadores fijados a las paredes de los módulos, tal como está la ISS en realidad.
La intención es transmitir a los espectadores los movimientos y emociones de la actriz en condiciones reales de ingravidez durante la crítica situación que tiene que afrontar y resolver. El resto se filmará en escenarios y decorados en tierra, una vez que ambos hayan regresado de su aventura espacial. Se anticipa a una superproducción de Hollywood anunciada en la primavera 2020, en la que el actor norteamericano Tom Cruise también debe interpretar escenas a bordo de la estación espacial.
El reconocido director ruso hará las veces de iluminador, cámara e incluso de maquillador. Los efectos de la micro gravedad impiden aplicar maquillaje en polvo, pero si con textura compacta, para que no se esparza por todo el complejo orbital. En cambio, no existe problema para usar cosméticos en ojos, cejas o en los cabellos.
La cosmonauta Elena Serova, de 45 años, cuarta mujer rusa en volar al espacio (2014), ha sido la responsable de tutelar a Yulia Peresild durante su periodo de entrenamiento en el Centro de Adiestramiento de Cosmonautas Yuri Gagarin de las cercanías de Moscú. A lo largo de tres meses recibió el entrenamiento imprescindible para conocer la estructura del complejo orbital, la capsula Soyuz y los sistemas de soporte vital que permiten a ella y a Klim Shipenko vivir y rodar a bordo de la ISS.
Durante el rodaje, los siete astronautas profesionales no pueden sus trabajos ni descuidar el mantenimiento del complejo espacial, puesto que algunos de sus módulos están en órbita desde hace más de 20 años y requieren una atención continuada. No obstante, Yulia Peresild estará acompañada en varias escenas por algunos de ellos como figurantes o actores secundarios: el japonés Akihiko Hoshide, los norteamericanos Mark Vande Hei, Robert Kimbrough y Megan McArthur, el francés Thomas Pesquet. Por supuesto, contará con los rusos Oleg Novitskiy, Pyotr Dubrov y el recién llegado Anton Shkaplerov.
Tanto la actriz rusa como el director de cine partieron a primera hora de la mañana del martes, 5 de octubre, desde el cosmódromo ruso de Baikonur a bordo de un lanzador Soyuz. En su viaje iniciático estuvieron acompañados por el coronel de la Fuerza Aérea y veterano cosmonauta Anton Shkaplerov, que acumula 533 días en órbita y ejercía la función de comandante de la astronave en la que era su cuarta misión espacial.
Unas tres horas y media después del despegue, la capsula tripulada Soyuz MS-19 alcanzaba las inmediaciones del puerto de atraque asignado en la ISS. Pero entonces surgió un contratiempo, que puso los nervios de los cineastas a flor de piel. El sistema automático Kurs que debía acoplar la capsula Soyuz a la ISS no funcionó correctamente. Afortunadamente, el experimentado cosmonauta Anton Shkaplerov tomó las riendas de la situación y efectuó en modo manual el anclaje entre ambas estructuras.
Si no surgen anomalías que lo impidan, los dos cineastas regresarán a tierra el 17 de octubre en la capsula espacial Soyuz MS-18, que junto a la MS-19 permanece acoplada al complejo orbital. En esta ocasión les acompañará el cosmonauta ruso Oleg Novitskiy, que será el comandante de la misión. Documentales y películas Imax de gran formato ya se han filmado en órbita, pero “El desafío” es la primera gran superproducción comercial que se estrenará en los cines de Rusia y de todo el mundo.
Más de 40 películas sobre viajes espaciales han recibido nominaciones a los Oscar de Hollywood a los mejores efectos visuales o incluso lo han ganado, como es el caso de la espectacular ‘Avatar’ de 2009 del canadiense James Cameron. En ella, tan solo las imágenes imposibles en la tierra permiten identificar donde comienza y termina la realidad. Pero no ocurre así con otras secuencias, en las que resulta muy complicado discernir donde empieza y acaba el mundo imaginario digital.
También ganó el Oscar de 1968 a los efectos especiales la mítica cinta de Stanley Kubrick ‘2001: una odisea del espacio’, basada en una novela del divulgador científico Arthur C. Clarke. La obra recrea un gran complejo orbital con un interior diáfano, de color blanco impoluto y minimalista gobernado por un ordenador inteligente, muy lejos de la realidad de la ISS.
Las técnicas operatorias para futuras misiones espaciales están en pleno desarrollo, en especial de cara a misiones de larga duración, como los futuros viajes tripulados a Marte. Las compañías tecnológicas del sector médico están metidas de lleno en desarrollar soluciones robóticas y entornos encapsulados para aislar a los pacientes, pero que también permiten practicar intervenciones sanitarias.